El suero fisiológico es una solución salina estéril que contiene una concentración de sal similar a la del fluido extracelular en el cuerpo humano. Este se utiliza comúnmente con fines médicos y para el cuidado de la salud debido a su compatibilidad con el cuerpo, ya que administrar líquidos y electrolitos a pacientes, restableciendo o manteniendo la hidratación.

No obstante, también puede utilizarse para lavar heridas y enjuagar los ojos, eliminando partículas extrañas y promoviendo la limpieza, e incluso, como solución salina nasal, para limpiar las fosas nasales y aliviar la congestión.

La mayoría de las personas sanas pueden mantenerse hidratadas bebiendo agua; sin embargo, en el embarazo y lactancia se puede requerir más líquido. | Foto: 123RF/ El País

Dado que las células necesitan agua para llevar a cabo procesos metabólicos, la eliminación de desechos y la absorción de nutrientes, se hace fundamental que ante situaciones de enfermedad, o deshidratación por actividad física o calor extremo, el cuerpo reciba una suficiente dosis de electrolitos.

La buena hidratación es fundamental para el organismo. | Foto: Dougal Waters Photography Ltd | Getty Images

Cabe decir que, aunque en general, el suero fisiológico es bien tolerado por el cuerpo y tiene pocos efectos secundarios cuando se utiliza adecuadamente, en casos de administración intravenosa, se deben tener en cuenta las indicaciones médicas y la dosificación.

Importancia de mantener una sana hidratación

  • Circulación Sanguínea: La sangre es principalmente agua, y la deshidratación puede llevar a una disminución del volumen sanguíneo. Esto puede resultar en una menor eficiencia del sistema circulatorio, afectando la entrega de oxígeno y nutrientes a los tejidos.
Durante el ejercicio es necesario hidratarse para recuperar sales y electrolitos. | Foto: 123RF/ El País
  • Salud Renal: Los riñones necesitan agua para filtrar y eliminar los desechos del cuerpo. La deshidratación puede aumentar el riesgo de cálculos renales y otras complicaciones renales.
  • Función Cognitiva: La deshidratación puede afectar la función cognitiva, incluyendo la concentración, el estado de alerta y la memoria. Incluso una ligera deshidratación puede influir en el rendimiento mental.