Tres nuevos medicamentos podrían abrir un nuevo espacio en el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer.
Se trata de Aducanumad, Lecanemab y ahora Donanemab, siendo este último el que ha mostrado resultados muy positivos según la compañía Eli Lilly.
Esto fue confirmado tras un ensayo de fase 3 del tratamiento con el anticuerpo Donanemab, el cual se utilizaría para tratar la enfermedad de Alzheimer en su fase inicial.
Durante 18 meses se realizó un estudio, en el que participaron 1.736 personas en ocho países.
Según una publicación en la revista JAMA, en algunos casos la progresión clínica de la enfermedad logró ralentizarse.
Por ello, la autoridad sanitaria de EE. UU., la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA), vaticina la aprobación de este tercer fármaco.
Cabe indicar que por ahora dichos medicamentos no están aprobados ni en Europa ni en España, aunque según la Agencia Europea de Medicamentos (EMA), el Lecanemab se encuentra en proceso de evaluación y podría ser aprobado en el último trimestre del año.
Los expertos señalan que Donanemab es eficaz en las primeras fases de la enfermedad, pero siguen siendo necesarias otras terapias para ayudar a las personas con la enfermedad más avanzada, tal y como lo menciona el director del Centro de Investigación de la Enfermedad de Alzheimer de la UCSF, Gil Rabinovici.
“Es probable que este sea solo el capítulo inicial de una nueva era de terapias moleculares para la enfermedad de Alzheimer y otros trastornos neurodegenerativos relacionados!, indicó Rabinovici en el editorial publicado en JAMA.
Allí se dan a conocer además los resultados del fármaco Donanemab, donde el director del centro de investigación no participó en el ensayo.
Un cambio total
“Por primera vez tenemos dos moléculas, en este caso Donanemab, que cambian el curso de la enfermedad de Alzheimer y que atacan los mecanismos de la enfermedad. Es un cambio de era. La hipótesis amiloide, que ha sido muy cuestionada, se ve reforzada con estos resultados”, indica.
Para el especialista, Donanemab es radicalmente diferente con respecto Aducanemab.
En este último fármaco, “los ensayos clínicos se tuvieron que interrumpir y se analizaron los datos de un ensayo detenido, que había obtenido resultados positivos en un ensayo y negativos en otro. En este caso, todos los resultados han sido positivos. Debería haber congruencia en las decisiones de las agencias reguladoras”, le recalcó a ABC Salud.
Donanemab, al igual que los otros dos fármacos, ataca las placas cerebrales formadas por una proteína llamada amiloide. Además, altera la función celular y provoca la propagación de otra proteína llamada tau.
Emiloide y tau contribuyen al desarrollo de la enfermedad de Alzheimer.
El ensayo publicado en JAMA señala que lo que logra Donanemab es ralentizar el deterioro cognitivo en un 35 %, en comparación con el placebo que se utiliza en pacientes con niveles de tau en el cerebro de bajos a intermedios.
Dichos resultados son similares a los obtenidos con Lecanemab, que ya recibió la aprobación de la FDA.
Se requiere de un estudio más riguroso
Los alcances de los medicamentos son alentadores, pero para Rabinovici es necesario desarrollar un análisis a mayor profundidad, sobre todo para comprender cómo afectan estos hallazgos a los resultados de los pacientes.
Donanemab, igual que los otros dos fármacos, solo tuvo efecto en aquellos pacientes que presentan una enfermedad más avanzada.
Por ello su uso debe estar limitado a pacientes con niveles de tau de bajos a intermedios, es decir aquellos que presentan una enfermedad leve.
Preocupan sus efectos secundarios
Ivan Koychev, de la Universidad de Oxford, a Science Media Centre, recalcó que un pequeño grupo de pacientes desarrolló una forma de edema cerebral, efecto secundario que finalmente fue resuelto sin causar síntomas en la mayoría de los pacientes.
Liz Coulthard, de la Universidad de Bristol, opina que los datos empiezan a mostrar cómo es posible adaptar el tratamiento a los pacientes, sobre todo aquellos que más se beneficiarán.
“Es decir, aquellos con evidencia de amiloide sin niveles muy altos de tau, además de cómo se puede limitar la dosis de la medicación. Esto es importante en la práctica clínica, sobre todo, porque hay efectos secundarios y los costes pueden ser significativos”, indagó.
Pero para adoptar un tratamiento tan sofisticado, es necesario adoptar cambios que requieren de enormes recursos.
Una enfermedad gradual
El Alzheimer, considerada una enfermedad mental progresiva que se caracteriza por una degeneración de las células nerviosas del cerebro y una disminución de la masa cerebral, tiene como manifestación la pérdida de memoria, la desorientación temporal y el deterioro intelectual y personal.
Aunque los especialistas consideran que esta es una enfermedad común, lo que se quiere es que las personas puedan optar por un tratamiento en función de sus necesidades.
Martínez-Lage explicó que los resultados logran confirmar así la importancia que tiene el diagnóstico temprano y preciso en esta clase de enfermedad.
Sobre todo porque un diagnóstico precoz logrará cambiar las actitudes en todos aquellos profesionales que no han hecho uso de los avances en materia de biomarcadores.