La ceguera es una enfermedad silenciosa afecta a más de 60 millones de personas a nivel mundial, según lo indica la Organización Mundial de la Salud; además que, de acuerdo con varios estudios, es una enfermedad que no presenta síntomas de alarma, sino hasta que ya está avanzada, por lo que en su mayoría, quienes actualmente la padecen no saben que la tienen.
El glaucoma crónico, de ángulo abierto, disminuye el campo visual, reduciendo en gran medida la visibilidad, y provocando una visión comúnmente denominada “visión de cañón de escopeta”.
Vale decir que esta afección se crea a partir de un estancamiento ocular, puesto que, cuando no se drena el fluido correctamente, lo que hace es estancarse, lo que genera que el ojo aumente su presión y dañe el nervio óptico, que conecta el ojo con la corteza cerebral.
A su vez, el líquido responsable de mantener la presión en niveles bajos -también llamado humor acuoso- interviene, provocando graves daños en el órgano ocular. “Este líquido se renueva cada 90 minutos, Cualquier desequilibrio entre su producción y reabsorción incrementa la tensión ocular”, indica Canal Salud.
Son varias las señales que pueden indicar que una persona está perdiendo la vista. Si usted o uno de sus seres queridos presenta alguno de los siguientes síntomas, es necesario que consulte a su oftalmólogo lo antes posible para que le haga una evaluación y le indique los pasos a seguir.
- Problemas de adaptación de la vista en habitaciones oscuras o en el exterior por la noche
- Dificultad para enfocar objetos próximos o lejanos
- Parpadear o entrecerrar los ojos debido a sensibilidad excesiva a la luz o al brillo
- Ojos rojos o inflamados, o párpados hinchados
- Dolor repentino en los ojos o alrededor
- Ver una mancha oscura en el centro del punto de visión
- Visión doble
- Ver manchas o imágenes fantasmales
- Pérdida repentina de la vista en un ojo
- Visión repentina nublada o borrosa
- Percibir destellos de luz o ráfagas de puntos negros
- Ver halos o arco iris alrededor de luces o focos
- Pérdida de la visión periférica (lateral)
A medida que avanza el glaucoma, la visión del ojo se va perdiendo desde la periferia (o sea los lados) hacia el centro, por eso una de las últimas funciones que se pierde es la de poder leer, pero al caminar es fácil tropezarse o deambular. Es como ver el final de un tubo largo y delgado.
De acuerdo con la oftalmóloga, Martha Luz Araújo Martínez, la principal causa del glaucoma es la elevación de la presión ocular, que como se mencionó anteriormente, ocurre cuando el sistema de drenaje del ojo se obstruye por diversos mecanismos, impidiendo su salida.
De acuerdo con Canal Salud IMQ, el 50 % de las personas con glaucoma no les es diagnosticada. “El 90% de las cegueras por glaucoma se podrían haber evitado con un diagnóstico precoz y un tratamiento adecuado” asegura el informe.
De acuerdo con el anterior, existen cuatro factores de riesgo que pueden derivar en esta enfermedad silenciosa:
#1
En primer lugar, si se tienen antecedentes familiares, en especial si lo han padecido familiares de primer grado, es probable que se pueda contraer. Sin embargo, “no es existe un patrón claro de herencia, pues parecen estar implicados diferentes genes” indica Canal Salud IMQ. En segundo lugar, si se sufre de miopía, pues este defecto puede llegar a ser clave para su aparición.
#2
Según el informe, las personas de raza negra o asiática, o que padezcan de diabetes; tienen una mayor predisposición a sufrir esta enfermedad. Además de los anteriores, el riesgo de padecer glaucoma se incrementa a partir de los 40 años, y se multiplica a los 60, pues la posibilidad de manifestarse aumenta con la edad.
#3
Cuando el glaucoma está en un nivel intermedio, se recurre al láser -especialmente si se trata de un glaucoma por cierre angular-. Solo se recurrirá a la cirugía, cuando el glaucoma está avanzado; lo que hará esta, es que facilitará la salida del humor acuoso -líquido que rellena la parte anterior al ojo- lo que reduce los noveles de presión ocular.