Uno de los principales cambios que se evidencian con la llegada de nuevas generaciones como los millennials y centennials es la alimentación. El veganismo ha venido creciendo en Estados Unidos un 500% desde el 2014. Casi la mitad de todos los veganos del mundo (el 42%) tienen menos de 34 años, mientras el 14% de ellos son mayores de 65. A su vez, la Unión Vegetariana Internacional estableció en su último estudio de 2017 que había más de 600 millones de veganos en el mundo.
En Latinoamérica, Nielsen, empresa británica de datos e información, reveló que el 19% de los encuestados se declaró vegetariano, 15% flexitariano (mínimo consumo de carne) y 9% vegano. Destacan a México como el país con más vegetarianos en América Latina.
Frente a este panorama, la opción de llevar una vida más sana es cada vez más frecuente en Colombia y el mundo, sin embargo, por el afán de cambiar ciertos hábitos, las personas cometen constantes errores que desencadenan en frustración y abandono de este propósito.
Amor por los animales, cuidado al medio ambiente, salud y bienestar, entre otras razones, son las más comunes por las cuales las personas están llevando a cabo cambios en su alimentación, muchos de estos enfocados al vegetarianismo y veganismo.
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Es importante destacar los factores diferenciales entre una dieta vegetariana y vegana: la primera, en esencia, es aquella en la que no se incluye ningún tipo de alimento de origen animal, no obstante, permite el consumo de lácteos y/o huevos; la segunda, en cambio, no permite el consumo de productos derivados de animales, es decir, es una alimentación más estricta.
Adriana Ruiz, nutricionista y experta en salud y bienestar, comenta que cualquier persona puede cambiar su alimentación a alguna de estas dos dietas si así lo desea, pero debe ser muy cuidadoso e implementar la dieta adecuadamente en etapas como el embarazo, lactancia y vejez, puesto que el cuerpo tiene un requerimiento nutricional diferente.
La profesional dice que son los adultos entre 20 y 30 años la población que más está optando por este estilo de alimentación y de vida saludable en el país.
Los errores más comunes que se cometen se suelen dar por desinformación, como cambios dietarios bruscos, sustitución inadecuada de los alimentos y, por consiguiente, efectos negativos para la salud.
Ruiz indica que “en el mercado hoy en día se encuentra una gran cantidad de productos orgánicos y aptos para los veganos y vegetarianos, pero se debe verificar los ingredientes en las etiquetas nutricionales para tomar la mejor elección. Panes de semillas y cereales, tofu o ‘queso de soya’ y yogurt de soya, por ejemplo, son opciones deliciosas y que benefician el organismo”.
Cabe resaltar que cada persona y organismo es diferente, por lo tanto la aceptación a cambios estrictos de dieta puede variar, es por esto que los profesionales aconsejan que se cuente con el acompañamiento de un profesional de la salud.
Algunos consejos nutricionales
Hacer una transición paulatina: se aconseja cambiar de una dieta común a vegana o vegetariana empezando por implementarla de forma estricta una vez a la semana e ir aumentando con el paso del tiempo hasta llegar al 100% del cambio en mínimo seis meses.
Incluir un adecuado aporte de alimentos proteicos como fríjoles, arvejas, soya, tofu, semillas y frutos secos.
Utilizar condimentos naturales: finas hierbas, perejil y orégano son una excelente opción para marinar los alimentos.
Optar por las opciones más naturales posibles y evitar lo procesado, es decir, verduras, frutas, legumbres, semillas y cereales. Estos ingredientes pueden usarse en preparaciones de repostería con harinas integrales, bebidas vegetales bajas en azúcar, etc.
Consumir diariamente frutas y vegetales, incluyéndolos en diferentes recetas, no solo para diversificarlos, sino para tener un aporte nutricional adecuado.
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