Colombia, Ecuador y Venezuela son países hermanos que se conectan por medio de las fronteras y comparten similitudes culturales, tres países que además concuerdan en un gran parecido con el orden y los colores de su bandera, una decisión que está alejada de la casualidad, y que se dio por la relación histórica entre los países.
El amarillo, azul y rojo son una herencia de La Gran Colombia, una nación, que era la unión de estos tres países, fundada por Simón Bolívar en entre 1819 y 1831, después de la liberación del dominio español.
El estilo de la bandera que identifica a estos tres países nación de la creatividad de Francisco de Miranda, un precursor de la independencia latinoamericana, quien en 1806 diseñó una bandera tricolor con los colores amarillos que representa las riquezas de a tierra latinoamericana; el azul, un símbolo de la distancia que impone el océano Atlántico entre América y Espala; y el rojo que es la representación de la sangre derramada en las luchas de la independencia.
Cuando Simón Bolívar tomó las tierras de la Gran Colombia para independizarse del gobierno español fundó la Gran Colombia, que abarcaba el territorio de Colombia, Venezuela y Ecuador, y optó por tomar como bandera el diseño de Francisco de Miranda, quien fue uno de los primeros en luchar por la independencia de Venezuela y otras regiones de Sudamérica.
Para ese momento la Gran Colombia fue una de las mayores repúblicas de sur América y su bandera representaba a aquellos países que buscaban liberarse del dominio colonial español.
Con la disolución de la Gran Colombia en 1831, los territorios que la componían se convirtieron en las naciones independientes de Colombia, Ecuador y Venezuela. Aunque cada uno de estos países desarrolló su propia identidad nacional, todos mantuvieron los colores de la bandera del país como un homenaje a su historia compartida y su lucha por la independencia.