En Colombia vivir de arriendo cada vez toma más fuerza. De hecho, actualmente en el país más del 40% de los hogares viven bajo esta modalidad, por lo que pagar un arriendo se ha vuelto un punto importante para el ipulso de la economía nacional.
Mario Ramírez, líder de Fedelonjas, gremio que reúne a más de 10.500 agentes inmobiliarios en el territorio nacional, al respecto señaló que muchos de los siete millones de hogares que viven en arriendo están encontrando en el alquiler la mejor forma de tener una vivienda de calidad, con la ubicación óptima para mejorar su calidad de vida.
Al haber tantas personas viviendo así, las disputas entre propietarios e inquilinos sobre quién debe hacerse cargo de las reparaciones en una propiedad arrendada son comunes. En Colombia, por ejemplo, estas controversias se rigen por ciertas normativas que es importante conocer para evitar conflictos innecesarios.
Estas son las responsabilidades del arrendador y el arrendatario
Según la legislación colombiana, el propietario es responsable de mantener la propiedad en condiciones habitables para el inquilino. Esto lo que quiere decir es que se debe hacer cargo de realizar las reparaciones necesarias para garantizar la habitabilidad del lugar, como goteras, fugas de agua y problemas eléctricos causados por el desgaste normal del inmueble.
Sin embargo, existen excepciones. Las reparaciones locativas, es decir, aquellas ocasionadas por el mal uso o negligencia del inquilino o sus visitantes, deben ser asumidas por este último. Por ejemplo, si se tapona el baño debido a que el inquilino arrojaba cosas no aptas, será su responsabilidad asumir el costo de la reparación.
Estos son algunos ejemplos del tipo de reparaciones a cargo del arrendador y del arrendatario:
Reparaciones a cargo del inquilino:
Daños causados por mal uso: si se rompen elementos de la propiedad debido a una conducta irresponsable del inquilino, como dañar las paredes, puertas o ventanas. Obras no autorizadas: si el inquilino realiza modificaciones al diseño y que no están permitidas en la propiedad sin el consentimiento del propietario.
Reparaciones a cargo del propietario:
Problemas estructurales: goteras, problemas de humedad y defectos en la estructura del edificio. Desgaste normal: deterioro de la pintura, fallos en sistemas de climatización, como el aire acondicionado o el calentador de agua.
Teniendo claro lo anterior, es crucial que tanto propietarios como inquilinos tengan pleno conocimiento de sus derechos y obligaciones contractuales para evitar conflictos futuros. Ante cualquier duda sobre quién debe asumir los costos de una reparación específica, es recomendable consultar con un profesional legal o revisar detenidamente el contrato de arrendamiento.
Así las cosas, la conclusión es que mientras que las reparaciones necesarias para mantener la habitabilidad de la propiedad son responsabilidad del propietario, aquellas ocasionadas por el mal uso del inquilino deberán ser asumidas por este, por lo que es en esos casos donde el propietario podría cobrar de más.