La noticia que impactó a muchos caleños por estos días es que se conoció que en la ciudad la temperatura de las próximas semanas estará entre los 32 y 35 grados centígrados a la sombra. Sin embargo, la sensación térmica podría llegar a 40 grados, algo que depende de variables como la salud y edad de cada persona.
Esta no es una noticia que les agrade mucho a las personas. Sin embargo, hay que verle el lado positivo a cada situación y en este caso, según diversos estudios, las altas temperaturas hacen que crezca el deseo sexual en hombres y mujeres.
Uno de los estudios más reconocidos es el llamado: ‘Estacionalidad en la reproducción humana’, publicado por la Universidad de Oxford, Reino Unido. Los científicos concluyen que en los países de climas templados o fríos, con veranos de temperaturas elevadas, los nacimientos aumentan durante los diez meses posteriores al verano. La conclusión es que las altas temperaturas y el verano, en el caso de países con estaciones, hace que el número de relaciones sexuales crezca, siempre y cuando las temperaturas no sean extremas.
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Una cuestión hormonal
“Lo que provoca el calor es una gran vasodilatación, es decir, el aumento del calibre de un vaso por relajación de las fibras musculares. Al producirse esto aumentan los flujos de sangre y también ocurre un amento en el óxido nítrico, uno de los neurotransmisores que favorecen la respuesta sexual y provocan los fenómenos de erección en el pene y en el clítoris”, explica Edison Pazmiño, médico sexólogo y terapeuta sexual.
Otro de los protagonistas que cobra vida durante las altas temperaturas se llama testosterona. Esta hormona alcanza su nivel más alto con el calor y con la luz solar, pues el sol predispone mayor liberación de estas hormonas sexuales masculinas de una manera natural.
“La luz solar sobre nuestro cuerpo produce una reacción química que genera mayor producción de vitamina D. Se ha demostrado que esta vitamina tiene una incidencia fundamental sobre la producción hormonal y sobre la respuesta sexual masculina y femenina, es decir, tiene efectos sobre la testosterona y sobre los estrógenos. Este aumento hormonal de testosterona y estrógenos ayudará mucho a mejorar el proceso de excitación y aumenta, sin duda, el deseo sexual”, dice Edison Pazmiño.
Incluso hay quienes han sacado la calculadora sexual para saber cuántas horas de luz hacen falta para disparar el deseo. Es el caso del estudio publicado en la revista científica especializada The Journal of Reproductive Rhythms. En el artículo afirman que el momento del año perfecto para concebir y disfrutar del sexo es cuando el sol brilla durante al menos 12 horas al día. Una ecuación que en Cali se cumple todos los días del año, pero con diferente intensidad. Sin embargo, en Europa esto solo se presenta durante algunos meses del año.
Con relación a la oxitocina, una hormona que ejerce funciones como modular comportamientos sociales, sentimentales, patrones sexuales y la conducta parental, también aumenta en el organismo gracias a las altas temperaturas que hay en el ambiente. “No se produce en grandes cantidades como cuando se tiene un orgasmo o como cuando la mujer se encuentra en periodo de lactancia, pero sí aumenta considerablemente su producción durante los días calurosos”, asegura el sexólogo y terapeuta sexual.
No son solo las hormonas
Es claro que no se le puede dar toda la culpa a un conjunto de hormonas, pues según la sociología, con los cambios de clima y temperatura los seres humanos también varían su manera de comportarse.
Por ejemplo, se cambia la vestimenta, se exponen más partes del cuerpo, se buscan prendas más atractivas, las personas se vuelven más sociables y comparten más momentos. La actitud y humor, condicionado por estos cambios fisiológicos, impulsan a que las personas se sientan más cercanas, activas y felices.
“Todas las vestimentas de verano son un poco atractivas porque cuando usted muestra más piel, eso se convierte en algo interesante que va a influir sobre nuestros estímulos visuales”, explica Edison Pazmiño, y agrega que en los hombres el estímulo principal es la parte visual. “Eso sí, aunque ellas no son tan visuales también se sentirán estimuladas si ven a un hombre con ropa cómoda y con un cuerpo atlético. Los seres humanos tenemos estímulos visuales, olfatorios y auditivos. Las mujeres resultan ser más olfativas que el varón”.
En definitiva, los seres humanos somos más proclives fisiológicamente y también etológicamente, es decir, en comportamiento. Todo se une para elevar los niveles de líbido y, por supuesto, propiciar los encuentros amorosos, algo que también suma en el aumento del deseo sexual. Por supuesto, esto no sirve cuando se presenta demasiado calor.
El exceso de calor puede provocar una actitud contraria. De hecho, en muchos países tropicales se observa que la actividad sexual parece descender en los meses del año más calurosos.
El sol y el sexo
Es claro que hay que protegerse de los rayos ultravioleta, pero quizás usted no es consciente de que esta exposición, por corto tiempo, aporta beneficios a la hora de tener relaciones.
Distintos escenarios:
El sol hace que desaparezca la monotonía sexual y se abra la puerta a la experimentación. Lanzarse a la aventura y probar cosas nuevas, en distintos lugares, incrementa la satisfacción en el sexo.
Estado de ánimo:
Los días soleados animan a todos, a muchos los hacen estar de buen humor y ayudan a aumentar la autoestima. En consecuencia, hará que se sientan con más seguridad a la hora de mantener relaciones sexuales.
Testosterona:
Los rayos solares generan el 90% de la vitamina D, la cual es esencial para nuestro organismo y ayuda a aumentar el nivel de testosterona en los hombres. De este modo, aumenta la libido, el deseo sexual, y la calidad y movilidad de los espermatozoides.