Hay rumores que sostienen que el hombre después de practicarse la vasectomía perderá su masculinidad, verá afectado su deseo sexual o que el pene le dolerá durante las relaciones sexuales después de la cirugía. Todos, mitos que han sido desmentidos por la ciencia.

A la hora de realizarse este procedimiento quirúrgico, que consiste en impedir el paso de los espermatozoides a través de los conductos deferentes y así evitar el embarazo, hay muchos mitos que hacen que hombres se pregunten si es o no una buena decisión para ellos y su pareja.

“Otro de los mitos fuertes es que a las personas con vasectomía les da cáncer de próstata, afirmación que es totalmente falsa y ha sido creada por algunos grupos religiosos. Estudios científicos muy bien hechos han comprobado que practicarse la vasectomía no tiene nada que ver con este tipo de cáncer”, explica Lupi Alejandro Mendoza, urólogo del Centro Médico Imbanaco.

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El experto cuenta que otro mito alrededor de la vasectomía es “que después de la cirugía los hombres engordan, situación que tampoco es cierta, pues estarían relacionando esta cirugía con la castración”, una técnica quirúrgica diferente que está destinada a retirar los órganos sexuales, los testículos de un macho o los ovarios en las hembras. Inclusive, se ha llegado a decir que quienes se hacen la vasectomía son más propensos a sufrir infartos, afirmación que los especialistas se dedican a desmentir casi a diario.

Según Profamilia, este procedimiento quirúrgico de esterilización masculino es cada vez más común en el país, pues en dos décadas su uso creció en gran medida. En 1995 solo era reconocido como método de planificación familiar por el 0,7 % de la población y en el 2015 aumentó su prevalencia al 3,6 %, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Demografía y Salud (ENDS 2015), dada a conocer en el 2017.

Eso sí, a pesar de que es una cirugía reversible en la que el hombre si quiere tener más hijos podrá volver a operarse, los especialistas recomiendan practicársela solo cuando se tenga una pareja estable y los hijos ya sean adolescentes.

“La decisión se debe tomar cuando esté muy clara. He conocido muchos casos de hombres que tienen un solo hijo y ya se quieren hacer la vasectomía. Otros más jóvenes consideran que la mejor opción para no dejar en embarazo a la novia es operarse, pero luego, cuando la novia se convierte en la esposa y quieren tener hijos, inician los problemas”, cuenta el urólogo Lupi Alejandro Mendoza, quien afirma que podría escribir un libro con cientos de historias de hombres que se han realizado la vasectomía y luego se arrepienten.

“Recuerdo que un día llegó a mi consultorio un paciente que quería tener seis hijos, pero por la situación económica tan complicada cuando nació el primero se realizó la vasectomía. Días después quería revertir la cirugía porque se acababa de ganar la lotería”, dice el experto.

Una decisión que beneficia a la mujer

“La vasectomía beneficia a la pareja de muchas formas, pues es 99 % efectiva y más confiable que otros métodos anticonceptivos. Elimina el riesgo que las pastillas anticonceptivas pueden ocasionarle a la mujer, permite disfrutar de la sexualidad sin necesidad de preservativo y sin miedo a embarazos”, explica Frauky Jiménez Mazo, psicóloga clínica, y agrega que cuando el hombre se realiza esta cirugía evita que la mujer se someta a la ligadura de trompas, un procedimiento más fuerte y mucho más doloroso que la vasectomía.

La experta comenta que “las mujeres reportan que después de que sus esposos se han sometido a la cirugía existe mayor placer para ambas partes y mejora la frecuencia de las relaciones sexuales, pues ya no existe el temor del embarazo. Además, se sienten más libres porque ellas ya no tienen que consumir anticonceptivos. Es una muestra de valentía y responsabilidad por parte de sus parejas”.

Es importante aclarar que los hombres después de que se realizan la vasectomía, al momento del orgasmo, siguen teniendo una eyaculación normal, pues en ella hay varios líquidos: el prostático, que se almacena en la próstata, y detrás de esta hay un par de bolsas que acumulan semen en la vesícula seminal. El único líquido al que con la vasectomía se le impide su salida es al que trae los espermatozoides desde los testículos, pues al cortar los conductos deferentes se le impide su llegada a la fosa prostática.

Diana Pardo, psicóloga especialista en terapia de pareja, concluye que “para los hombres que estén decididos a no seguir teniendo hijos, la mejor opción es la vasectomía. Todos pueden estar tranquilos porque es una cirugía ambulatoria que no genera efectos secundarios. Es una buena opción para hombres mayores y que estén más o menos por encima de los 30 años”.

¿Por qué no es 100 % efectiva?

Hay dos situaciones que pueden ocurrir y por las que la vasectomía es 99 % efectiva.

“La primera es que si el especialista tiene demasiada confianza haciendo el procedimiento, algunas veces cuando abre la piel del escroto corta las túnicas del testículo que simulan exactamente el conducto deferente, que es el que se debería cortar. En este caso el médico termina ligando lo que no es”, explica Lupi Alejandro Mendoza, urólogo del Centro Médico Imbanaco.

“También puede ocurrir que, como la naturaleza es demasiado sabia, si por alguna razón el nudo en el conducto deferente no quedó bien hecho o muy poco separado el uno del otro, con el pasar del tiempo se vuelven a unir y volverán a permitir el paso de los espermatozoides”, cuenta Mendoza.

Para finalizar el experto brinda una importante recomendación: “Después de que el hombre se someta a la vasectomía durante los tres meses siguientes debe seguir utilizando preservativos, pues producto de las anteriores eyaculaciones pueden quedar almacenados algunos espermatozoides en las vesículas seminales y se podrían presentar embarazos no deseados”.

Es posible  revertir la vasectomía, con una posibilidad de 90 % de éxito hasta 10 años después de operarse, cosa que no ocurre con la mujer si se cortan las Trompas  de Falopio.

La vasectomía interrumpe el conducto deferente que lleva los espermatozoides, con una incisión de menos de un centímetro a través del escroto. Se hace con una pinza especial que corta, liga o quema dicho canal.