Las relaciones de pareja son dinámicas y, en la mayoría de ocasiones, desde el noviazgo se van adoptando algunos cambios y resolviendo conflictos que van apareciendo en el camino. Sin embargo, ante los primeros desacuerdos y pequeñas desilusiones que se manifiestan en tiempos de conquista, son muy pocas las parejas que consideran acudir a terapia.
Lo cierto es que se ha comprobado, y los expertos lo reafirman, que hacerlo a tiempo resulta beneficioso para una relación, funcionando como medio de renovación del vínculo que existe entre ambas partes.
Para Lorena Polanía, psicóloga experta en terapia de pareja, más que una formación para la convivencia, la terapia en el noviazgo tiene como propósito saber sí más allá del amor, conviene la relación para la pareja. Es decir, se trata de un medio, más que de un fin, para fortalecer la conexión y el bienestar emocional de los implicados.
Para ella, resulta importante entender que, en lugar de ver la terapia como la solución a una crisis, considerarla como un aspecto integral, puede lograr llevar una relación en armonía.
“Usualmente las parejas buscan terapia cuando están en un punto de no retorno, cuando la relación ya está tan desgastada, hay tantas heridas y están tan desmotivados que no encuentran una salida, es ahí cuando deciden buscar terapia, pero en ese punto la energía que tienen que imprimir para resolver los conflictos y mejorar la relación no existe, por eso es mucho mejor comenzar a hacerlo desde el noviazgo y a tiempo”, dice la psicóloga clínica.
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Polanía explica que, siempre que las parejas maduras llegan a una consulta cuando se está en crisis, quieren continuar la relación por los motivos equivocados: los hijos, la estabilidad económica, el estatus..., y no por la proyección , el afecto, la conexión, así que ir a terapia desde el noviazgo permite identificar ciertas alertas tempranas y trabajar en ellas para evitar estas situaciones.
“Todas las parejas, por más bien que se la lleven, tienen alertas y si estas se detectan desde el noviazgo y de manera temprana, podrán ser mejor manejadas. Conocer esas debilidades que hay en la relación les permitirá adquirir herramientas para sobrellevar las dificultades que se les presente a lo largo de su relación”.
En ese sentido, si desde el noviazgo se pueden identificar esos puntos críticos, existirán muchas más posibilidades de llegar a un acuerdo, hablando de las expectativas que se tienen y entendiendo que el cambio hace parte de una relación.
Así las cosas, más allá de las relaciones convencionales, se debe tener en cuenta que existen otros modelos de relación, que permiten construir desde la confianza y el disfrute de las personas involucradas.
“Cada pareja debe imprimir sus características en la relación, solo así se sentirán más libres, le quitarán la presión a tener una relación perfecta; pues no existe una receta para llevar a cabo un noviazgo ideal, es por eso que deben haber unos mínimos consensuados que permitan que la pareja se sienta cómoda y así lograr llevar una relación sana, orientada al placer y al disfrute”, asegura Lorena Polanía, para quien el solo hecho de que las parejas acudan con un profesional es una gran oportunidad, desde el inicio, de liberarse de resentimientos pasados y acumulación de conflictos, encontrando la forma de expresar aquello que se les dificulta.
Un proceso que más que fortalecer, será de gran aprendizaje, siendo la forma idónea de comunicarse con el otro.
Es por eso que, cada vez más, desde tempranas etapas de la relación las parejas acuden a terapia en la fase donde el amor no permite ver los defectos del otro o cuando se piensa que con el paso del tiempo las cosas que no nos gustan cambiarán.
Por tanto, este recurso -la terapia-, cada vez más utilizado en los últimos años, ha dejado de ser un estigma, pensado solo para matrimonios en crisis o abusos en las relaciones, y se ha convertido en un ejercicio para conocerse de manera individual y en pareja, construyendo hábitos que fortalezcan la conexión emocional y generando mayor consciencia con el otro.
“La terapia del noviazgo se centra, más que en atacar un problema, en desarrollar hábitos saludables para la relación, así como también permite que las parejas identifiquen aspectos implícitos dentro de ella, es decir, lo que es importante para cada uno desde sus propios valores y cuáles serían esas cosas negociables y no negociables que protegen mi dignidad, lo cual es favorable que nuestra pareja conozca”.
Lo cierto es que buscar ayuda profesional cuando se está a tiempo en una relación no solo permitirá que las parejas tengan expectativas más reales, sino que también podrá prevenir problemas de comunicación, uno de los pilares fundamentales de la relación, y adicional a eso, fortalecerá el pilar de la proyección en conjunto.
“En este sentido también quedan claros los aspectos o las variables que se deben tener en cuenta para que el amor y el deseo, entre otros, permanezcan de una manera saludable durante una relación de convivencia y de compromiso de larga duración”.
Y, adicional a eso, explica la experta, “permite conocer y respetar las diferentes personas que componen la relación de pareja que es el tú, el yo y el nosotros”, concluye Polanía.
El 90 % de las parejas que asisten a terapia mejoran su estado de ánimo y dos tercios de estas experimentan mejoras en su salud, según José Bustamente, secretario de la Asociación Española de Especialistas en Sexología.
¿Cuándo ir a terapia?
Si bien hoy en día las parejas buscan que todo se centre en su compañero; el afecto, la sexualidad, la seguridad, la complicidad, amistad, entre otros, son aspectos que requieren de mucho trabajo y no siempre el otro está dispuesto a asumirlo. Es por eso que uno de los puntos claves para lograr una sana relación es no idealizarla y, por el contrario, trabajar en aquellos puntos débiles para no caer en conflicto constante. Pero, ¿cómo saber si la relación requiere de ayuda profesional?
- Discuten por todo: Si las diferencias se convierten en una fuente constante de tensión, la asistencia de alguien externo podría ayudar a que la conversación se aleje del típico punto de estancamiento. Exponer lo que se piensa, buscando el bien común, puede ser de gran ayuda.
- Falta de comunicación: Muchas parejas dejan de entenderse con el tiempo, se oyen pero no se escuchan, algo que indudablemente puede provocar sentimientos de ira y resentimiento. Quejarse constantemente de la pareja y hacer críticas negativas frecuentes también demuestra una ruptura en la comunicación.
- Indiferencia: Si es de los que se aleja de su pareja más seguido de lo que se acerca, no solo significa que hay distancia, puede que ya no exista interés. Un especialista puede ayudarle a buscar el origen de este problema.
Lorena Polanía Pérez, psicóloga clínica
Su propósito de vida y pasión se conectan con el servicio y sobre todo con el acompañamiento a parejas en la construcción de relaciones sanas.
Tiene 18 años de experiencia participando en trabajos vinculados a organizaciones en el diseño, implementación y ejecución de proyectos asociados a las relaciones humanas, a la resolución de conflictos de pareja, manejo de violencia intrafamiliar, sexualidad y comunicación asertiva.
Se ha formado en temas de salud sexual y reproductiva; matrimonios sólidos, familias sustentables; transformación de narrativas sexuales y pruebas psicológicas. Actualmente cursa el Master en Sexología en la Universidad Autónoma de Chile con titulación en la Universidad de Almería en España. Ha adquirido experiencia de 14 años en consultorio privado en terapia individual y de pareja.
Coautora del libro ‘Dos para ser felices’. Editorial Grijabo y lidera el programa Co- Razón y PolPer Psicología, que se enfocan en servicios para fortalecer relaciones sanas.
Escritora del BLOG de PolPer Psicologia. www.polperpsicologia.com/articulos