Si bien la utilización de luces LED se ha extendido durante los últimos años por su confiabilidad y bajo costo, esta tecnología no se encuentra exenta de los riesgos y peligros que pudieran ocurrir por un manejo inadecuado.

Al respecto, este tipo de luces no se calienta lo suficiente para desencadenar un incendio, sin embargo, un cableado defectuoso acompañado de circuitos sobrecargados serían suficientes para originar un incendio. En este caso, una de las recomendaciones es revisar detenidamente la instalación de las mismas.

Al interior de los hogares pueden ocasionarse incendios de múltiples formas. | Foto: Getty Images

En caso de observar algún tipo de cable suelto se sugiere no hacer uso de las luminarias, por el riesgo de incendio que puede ocurrir. Si el cableado se mantiene expuesto podría ocurrir una chispa que al hacer algún tipo de contacto con algún material inflamable podría desencadenar en una conflagración de grandes magnitudes.

Tenga en consideración que algunas señales de posibles funcionamientos inadecuados son parpadeos o atenuación, ello es sinónimo de algún inconveniente en el flujo de electricidad recibido por las luces LED.

¿Cómo evitar un cortocircuito?

Evitar un cortocircuito es una tarea muy importante al interior de los hogares. Por esa razón se recomienda desconectar aquellos aparatos que no vayan a ser utilizados, de esa forma se interrumpe el suministro de electricidad y se mitigan los riesgos asociados a fluctuaciones en el voltaje.

También es necesario revisar el estado de los cables de los artefactos que se encuentren conectados a la red eléctrica, de esa forma se corrigen posibles situaciones adversas, si uno de ellos se mantiene expuesto es más probable que ocurra algún incendio. No deje de verificar el estado de los enchufes donde conecta sus aparatos, un funcionamiento inadecuado también es un factor de riesgo considerable.

Un último consejo es cambiar cada 10 o 15 años de electrodomésticos debido a las innovaciones en materia de seguridad que incluyen en sus diseños.

Se recomienda sustituir electrodomésticos cada 10 o 15 años por las mejoras en la tecnología. | Foto: Marc Beresford