Un hecho sin precedentes ocurrió en la astronomía, pues un equipo de expertos en la materia descubrieron un agujero negro supermasivo cuya rapidez para crecer desafía todo lo conocido hasta ahora.
El objeto, que fue detectado en el corazón de un cuásar extraordinariamente luminoso, consume lo que equivaldría a más de la masa de un sol por día, que lo convierte en un récord en el universo observable.
Este descubrimiento, además de dar pistas sobre la naturaleza de los agujeros negros, puede poner un punto de referencia para la comprensión de la dinámica cósmica.
Es así como, en una colaboración entre el Observatorio Europeo Austral (ESO) y el Telescopio Muy Grande (VLT, por sus siglas en inglés), se logró medir con precisión la tasa de crecimiento y la luminosidad de este fenómeno.
La luz del quásar ha viajado durante aproximadamente 12.000 millones de años antes de llegar a nosotros, lo que proporciona una visión privilegiada del universo en sus etapas más tempranas.
Sobre el hecho, Christian Wolf, autor principal del estudio en Nature Astronomy dijo a través de un comunicado difundido por ESO, que: “hemos descubierto el agujero negro de más rápido crecimiento conocido hasta la fecha”.
Este agujero negro supermasivo, que se detectó en el núcleo del cuásar J0529-4351, redefine la comprensión sobre la capacidad de crecimiento de estos objetos celestes.
Con una masa estimada entre 17.000 y 19.000 millones de veces la del Sol, su voraz apetito se traduce en la acumulación de más de 370 masas solares anualmente.
La relevancia de este descubrimiento reside en su habilidad para desafiar y enriquecer nuestra comprensión del universo en sus primeras etapas. Al investigar objetos como J0529-4351, los científicos pueden obtener información crucial sobre la formación y evolución de los agujeros negros supermasivos, así como sobre las condiciones cósmicas en sus primeras etapas.