Uno de los aparatos electrónicos que más se utiliza en los hogares y que pueden aumentar el consumo de energía en los hogares son los televisores; en especial aquellos que son más antiguos.
Los televisores de plasma, que ya están pasando de moda, son conocidos por su alto consumo energético, ya que utiliza gases y fósforo para crear las imágenes, esto hace que tengan un mayor consumo de energía, en especial aquellos modelos que son más grandes.
Otro de los televisores que se suma a esta lista son los LCD, pues requiere de más potencia para iluminar la pantalla de manera uniforme. Así como los televisores Led, estos por lo general suelen ser más efectivos en cuanto a consumo de energía; pero, de igual manera, están dentro de los aparatos que consumen más energía.
Para evitar pagar de más en la cuenta de la energía existen una serie de recomendaciones que se pueden seguir, entre ellas optar por un televisor de tamaño adecuado, teniendo en cuenta que entre más grande es el televisor, más energía va a consumir.
Ajustar el brillo y el contraste también es una buena opción, ya que ayudan de manera significativa a disminuir el consumo de energía. Incluso algunos televisores modernos cuentan con el modo ahorro de energía que ajusta de manera automática los niveles según la luz ambiental. Usar el modo ahorro de energía es fundamental si el televisor se mantiene prendido en el hogar.
Aunque este último parece un consejo un poco extraño, en realidad es muy común, se trata de desconectar el televisor cuando no se está utilizando de manera prolongada, esto ayuda a evitar el consumo energético “fantasma”.