Las planchas, fundamentales en muchos hogares para mantener la ropa sin arrugas, tienen un impacto considerable en el consumo energético. Aunque el gasto puede parecer pequeño, conocer el consumo de energía de estos electrodomésticos es importante para gestionar mejor las facturas de electricidad y reducir el impacto ambiental.
A continuación, se exploran las cifras de consumo y se ofrecen recomendaciones para utilizar las planchas de manera más eficiente.
Variaciones en el consumo de energía
- El consumo energético de las planchas puede variar significativamente dependiendo de su potencia y características. Según Energygo, una comercializadora de energía, una plancha convencional consume entre 1,000 y 1,800 vatios. Esto significa que en una sesión de planchado de aproximadamente una hora, el consumo puede oscilar entre 1 y 1.8 kWh. Este rango refleja el consumo típico de muchas planchas, aunque puede variar según el modelo y el uso.
- El portal Fallabela menciona que el consumo promedio de una plancha es de 1,200 vatios. Esta cifra representa la potencia intermedia de muchas planchas disponibles en el mercado, proporcionando una referencia útil para los consumidores.
- Por otro lado, el portal Elmueble destaca que algunas planchas pueden utilizar entre 1,000 y 3,000 vatios. Este rango más amplio abarca desde modelos básicos hasta opciones de alta gama, lo que demuestra la diversidad en el diseño y la funcionalidad de las planchas. La etiqueta de la plancha, que típicamente indica detalles como «230V 50Hz 1,600 W», es fundamental para identificar el consumo específico de cada aparato.
Recomendaciones para un uso eficiente
Para maximizar la eficiencia energética al usar la plancha, se pueden seguir las siguientes recomendaciones:
- Elegir una plancha eficiente: Optar por modelos con características de ahorro energético y funciones de apagado automático puede reducir el consumo de energía y mejorar la seguridad.
- Planchar en lotes: Reunir una cantidad de ropa para planchar en una sola sesión permite que la plancha se mantenga caliente por más tiempo, reduciendo el tiempo total de uso y el consumo energético.
- Ajustar la temperatura: Utilizar la temperatura adecuada para cada tipo de tela evita el sobrecalentamiento, lo que puede aumentar el consumo energético y dañar las prendas.
- Mantener la plancha en buen estado: Limpiar regularmente la suela de la plancha asegura un calentamiento uniforme y eficiente. Los residuos y manchas pueden hacer que el aparato trabaje más de lo necesario.
- Considerar alternativas: Explorar el uso de vaporizadores de ropa, que suelen tener un menor consumo energético y son eficaces para eliminar arrugas, puede ser una opción viable.
*Este artículo fue creado con ayuda de una inteligencia artificial que utiliza machine learning para producir texto similar al humano, y curado por un periodista especializado de El País.