La ocurrencia de terremotos es un fenómeno natural que sigue siendo impredecible con exactitud, aunque los avances científicos han permitido identificar regiones con alta actividad sísmica. Según expertos en sismología, las zonas más propensas a experimentar terremotos al inicio de 2025 son aquellas ubicadas en los límites de las placas tectónicas, donde la acumulación de energía provoca movimientos telúricos de gran magnitud.
El País consultó con ChatGPT y se conocieron las zonas donde más hay probabilidades de que ocurra uno de estos eventos de alto impacto.
Una de las regiones con mayor probabilidad de registrar un sismo significativo es la conocida como el Cinturón de Fuego del Pacífico, que abarca países como Japón, Indonesia, Chile y México. Este área concentra el 75% de los volcanes activos del mundo y el 90% de los terremotos globales debido a la intensa actividad tectónica.
En Japón, en particular, se han registrado recientes movimientos menores en las cercanías de Tokio y en la región de Hokkaido, lo que podría ser un indicio de un sismo de mayor intensidad en los próximos meses.
Otro punto de atención es la región de California, en Estados Unidos, específicamente la Falla de San Andrés. Este sistema de fallas es conocido por generar terremotos devastadores y los científicos han advertido durante años sobre la posibilidad de un gran sismo, conocido como el “Big One”. Aunque no se puede predecir con exactitud cuándo ocurrirá, los modelos sugieren que las tensiones acumuladas en esta falla podrían desencadenar un evento significativo en cualquier momento.
En América Latina, países como Chile y Perú también se mantienen en alerta. Estas naciones, ubicadas sobre la placa de Nazca y su interacción con la placa Sudamericana, han sido históricamente escenarios de terremotos de gran magnitud. Las autoridades chilenas han intensificado los programas de prevención y simulacros, especialmente en las zonas costeras, para mitigar posibles daños ante un eventual terremoto.
Por otro lado, en Asia, la región del Himalaya representa otro foco de riesgo. Este área, donde chocan las placas tectónicas india y euroasiática, ha registrado terremotos devastadores en el pasado, como el ocurrido en Nepal en 2015. Algunos expertos han señalado que las tensiones acumuladas en esta región podrían dar lugar a un nuevo sismo en un futuro cercano.
Aunque las predicciones exactas siguen siendo imposibles, las comunidades en estas zonas deben mantenerse preparadas. Los esfuerzos en educación sísmica, la construcción de infraestructura resistente y la implementación de planes de emergencia son esenciales para reducir el impacto de futuros terremotos. A medida que avanza el 2025, los sismólogos seguirán monitoreando cuidadosamente estas regiones críticas, buscando señales que puedan ofrecer advertencias tempranas.
Es importante recordar que Mhoni Vidente, famosa pitonisa latina, ha hablado del tema, alertando sobre hechos que marcarán el 2025, tal y como pasó en diciembre de 2024.