Diciembre es un mes de celebraciones, luces y reuniones familiares, pero también puede ser un período de altos consumos energéticos en el hogar. Entre decoraciones navideñas y electrodomésticos funcionando a toda marcha, la factura de electricidad puede dispararse si no se toman precauciones.
En este contexto, hay un electrodoméstico en particular que puede convertirse en un enemigo silencioso del ahorro energético: el microondas.
Aunque el microondas no es el aparato que más consume cuando está en uso, el problema radica en el consumo en modo de espera o stand-by. Este electrodoméstico, al igual que otros como televisores o cargadores, sigue utilizando energía para mantener su reloj digital y otros sistemas encendidos incluso cuando no se está utilizando. Según estudios de eficiencia energética, este “consumo fantasma” puede representar entre un 5 % y un 10 % de la factura de electricidad mensual.
En diciembre, la suma de este consumo adicional, junto con el uso prolongado de luces decorativas y otros aparatos, puede hacer que el gasto energético se dispare. Por esta razón, los expertos en ahorro energético recomiendan desconectar el microondas cuando no se esté utilizando, especialmente si su uso es esporádico.
Además, este sencillo hábito no solo reduce el consumo de luz, sino que también puede alargar la vida útil del electrodoméstico al evitar que sus componentes electrónicos trabajen continuamente.
Si desconectar el microondas no resulta práctico para algunos hogares, otra opción es utilizar regletas con interruptores para apagar completamente varios aparatos al mismo tiempo. De esta forma, no solo se corta el consumo en stand-by del microondas, sino también de otros dispositivos conectados a la misma regleta.
Diciembre es un mes perfecto para reflexionar sobre el consumo responsable de energía. Además de desconectar el microondas, se pueden aplicar otras medidas como usar luces LED para las decoraciones navideñas, limitar el uso de electrodomésticos durante las horas pico y aprovechar la luz natural al máximo.
Pequeños cambios en los hábitos diarios pueden marcar una gran diferencia en la factura de electricidad, permitiendo disfrutar de las festividades sin preocupaciones económicas.