Aunque muchos piensen que apagar un dispositivo es suficiente para evitar el consumo de energía, la realidad es que múltiples aparatos electrónicos siguen consumiendo electricidad mientras están en ‘stand by’ o modo de espera.
Este consumo ‘silencioso’ puede representar una gran parte de la factura de electricidad anual. Según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) de España, algunos electrodomésticos consumen más de lo que imaginamos cuando están inactivos.
Impresoras
Las impresoras son uno de los dispositivos que más energía consume en modo de espera. Aunque no parezca, una impresora conectada puede consumir hasta 52,6 kWh al año simplemente estando enchufada y encendida.
Este consumo ocurre porque muchos modelos de impresoras están diseñados para mantenerse en un estado de preparación constante, lo que les permite responder rápidamente a cualquier solicitud de impresión. Sin embargo, esto implica un consumo continuo de energía.
Router
Este dispositivo es esencial en casi todos los hogares, pues proporciona conexión a internet las 24 horas del día. Sin embargo, este servicio continuo también tiene un costo energético. Según la OCU, un router consume alrededor de 35 kWh al año en ‘stand by’.
Aunque es complicado desconectar el router debido a la necesidad constante de internet, es recomendable apagarlo durante la noche o cuando no se necesite internet por períodos prolongados.
Equipos de sonido
Al igual que otros dispositivos electrónicos, estos están diseñados para mantenerse listos para su uso, lo que implica un consumo constante de aproximadamente 35 kWh al año. Desenchufar los equipos de sonido o utilizar regletas con interruptores que permitan cortar la corriente completamente puede ayudar a reducir su consumo.
Caldera de gas
Aunque las calderas de gas están asociadas principalmente con el consumo de combustible para calefacción y agua caliente, muchas también consumen electricidad cuando están conectadas a la red. En ‘stand by’, una caldera de gas puede consumir hasta 27,2 kWh al año, consumo que suele ser necesario para mantener los sistemas de control y monitorización en funcionamiento, así como los mecanismos de encendido rápido.
Altavoces inteligentes como Alexa
Los altavoces inteligentes como Alexa y Google Home están diseñados para estar siempre “escuchando” comandos de voz, lo que implica un consumo constante de energía. Estos dispositivos consumen aproximadamente 26,3 kWh al año en modo de espera.