Estudiantes de las ingenierías mecánica y biomédica de la Universidad Autónoma de Occidente, UAO, han ideado diferentes sillas de ruedas y prótesis para ayudar a mascotas que tienen dificultades para movilizarse.
Dentro de los diferentes programas académicos que brindan las universidades de la ciudad se crean constantemente proyectos por parte de los estudiantes con la intención de poder impactar positivamente el entorno social, cultural y ambiental de la comunidad caleña.
Este es el caso de María Camila Thorp, Laura Escobar y Juan Camilo Vergara, estudiantes de ingeniería biomédica, quienes formaron parte del grupo de alumnos de la Universidad Autónoma de Occidente, UAO, que desarrollaron sillas de ruedas y prótesis veterinarias.
Gracias a una asignatura llamada Actividad complementaria que se brinda en la Universidad dentro de la Facultad de Ingeniería, fue que este grupo de jóvenes a los cuales siempre les ha interesado el cuidado y la protección del medio ambiente, pudieron fusionar su pasión por la ingeniería y su amor por los animales.
Logramos encontrar una forma de acoplar la parte de mecánica y diseño de nuestra carrera con el cuidado hacia los animales, comenta María Camila Thorp.
El grupo utilizó materiales ABS, una clase de elemento de la familia de termoplásticos, muy utilizados dentro de la ingeniería y cuya elaboración y procesamiento es más complejo, lo que lo hace un material que proporciona resistencia, estabilidad, durabilidad a altas temperaturas, así como dureza.
Los muchachos encontraron el caso de Milor, un perro mestizo que perdió una de sus patas al quedar enredado con una lona de nailon mientras jugaba en el albergue donde vive junto a otros perros en estado de abandono.
?Los modelos de sillas de rueda de los estudiantes de la UAO los desarrollaron utilizando tecnología disponible dentro de la universidad y materiales reciclados y caseros de bajo costo.
Con la ayuda de un grupo de expertos en veterinaria pudieron fabricar la prótesis que le permitiría al perro recuperar la estabilidad y movilidad que había perdido después del accidente.
Al igual que ellos, Luis Ospina y Alejandra Hurtado, otro grupo de estudiantes de ingeniería mecánica de la Universidad Autónoma de Occidente, UAO, también hallaron la forma de ayudar a mascotas que sufrieran de algún tipo de discapacidad física.
Es así como a través de una convocatoria por redes sociales en la cual buscaron casos especiales, encontraron a Donna, una perrita de 16 años de raza Frech Poodle y que desde los 6 años padecía una enfermedad infecciosa llamada poliomielitis, la cual es producida por un virus que ataca la médula espinal y provoca atrofia muscular y parálisis total o parcial.
En el mercado ya existen algunos modelos de sillas de ruedas, pero el que desarrollaron los estudiantes de la Autónoma fue realizado utilizando tecnología disponible dentro de la Universidad y materiales reciclados y caseros de bajo costo, como las ruedas que dan estabilidad a las bicicletas de los niños y el asiento de un juguete infantil, ya que según los estudiantes las otra clase de ruedas que encontraron eran muy rígidas y no dejaban que el perro descansara las patas afectadas por la enfermedad.
Esos factores eran algo que el grupo quería corregir en su diseño y adaptarlos al caso que encontraron. También hicimos uso de polímeros y polipropileno, material que, además, nos dio buenas propiedades mecánicas gracias a su resistencia, y que para cortarlo era muy blando. De igual forma, usamos tornillos y correas muy livianos, explicó Luis Ospina.
Después de diez años con la enfermedad, Donna pudo utilizar su nueva silla de ruedas y recuperar su movilidad, la cual antes solo era posible con la asistencia de su dueña. Cuando le colocamos en la silla se puso muy feliz, al poder volver a caminar por sus propios medios y andaba de un lado para otro, añade Maurin, la dueña de la perrita.
Donna murió hace poco por complicaciones con su corazón, pero gracias a la creación de estos creativos estudiantes pudo recuperar la movilidad y mejorar su calidad de vida en sus últimos días.
Todos estos proyectos fueron también posibles gracias a la tutoría del profesor Andrés González, quien les brindó la guía necesaria en todos los aspectos logísticos en los que los jóvenes tenían dudas.
Los grupos de estudiantes no descartan la idea que este proyecto que inició en un aula de clase tenga un desarrollo como idea de emprendimiento empresarial.
Por ahora ayudan a los nuevos grupos de alumnos de la clase de Actividad complementaria ofreciéndoles asesoría en los aspectos logísticos del proceso de diseño e implementación de la prótesis en los animales, e investigando de igual manera en aspectos biomecánicos y de materiales que les permitan tener mejores resultados.