En un entorno cada vez más digital, las contraseñas representan la primera barrera contra los ciberataques, siendo esenciales para garantizar la privacidad y la seguridad en línea. No obstante, una gran cantidad de usuarios continúa utilizando claves débiles y predecibles que los exponen a los ataques de hackers.

Entre las múltiples opciones disponibles, hay una contraseña que destaca como “la peor de todas”: “123456″. Según un informe reciente de NordPass, gestor de contraseñas, esta combinación lideró la lista de las más utilizadas en 2023 y también ocupó el primer lugar en 2020 y 2022.

A pesar de los avances en tecnología, el 20 % de los usuarios sigue eligiendo una de las contraseñas más comunes y predecibles. Esto evidencia una falta notable de concienciación sobre las mejores prácticas de seguridad en línea.

¿Por qué es tan peligrosa? En pocas palabras, esta contraseña suele ser la primera opción que los hackers prueban en ataques de fuerza bruta. Este tipo de ataque consiste en probar de manera sistemática diferentes combinaciones de caracteres hasta acertar con la clave. Las contraseñas simples pueden ser descifradas en segundos gracias a herramientas automatizadas.

Las contraseñas sirven para proteger las cuentas de los usuarios. | Foto: Getty Images

El listado incluye contraseñas como “admin”, “12345678″, “123456789″ y “1234″, que pueden ser descifradas en segundos, dejando expuesta tanto la información personal como las cuentas bancarias a cualquiera con conocimientos básicos.

El problema no solo está en lo comunes que son, sino también en la falsa sensación de seguridad que tienen muchos usuarios. Creen que no serán víctimas de un ciberataque porque consideran que su información no es relevante, lo que los lleva a subestimar la importancia de usar contraseñas seguras.

No obstante, los hackers no hacen distinciones; su propósito puede ser tan simple como utilizar cuentas para enviar spam, robar credenciales o cometer fraudes financieros.

Los delincuentes usan las llamadas telefónicas para engañar a los usuarios. | Foto: Getty Images

La elección de contraseñas como “123456″ suele deberse a la búsqueda de comodidad y a la falta de conocimientos en ciberseguridad. En un contexto donde cada persona administra numerosas cuentas, recordar contraseñas únicas y complejas puede resultar una tarea difícil. Por ello, muchas personas prefieren combinaciones simples de recordar, aunque sean altamente vulnerables.

Para abordar este problema, el Centro Nacional de Seguridad Cibernética del Reino Unido sugirió una alternativa práctica para evitar contraseñas débiles: usar tres palabras aleatorias como clave. Un ejemplo podría ser “elefante-pizza-lámpara”, que ofrece la ventaja de ser suficientemente compleja para resistir ataques, pero al mismo tiempo fácil de recordar.