Al adquirir un nuevo dispositivo móvil, muchos usuarios se enfocan en protegerlo adecuadamente para evitar daños en componentes como la pantalla o el cuerpo, preocupándose especialmente por rayones o caídas que puedan generar costosos gastos de reparación. Sin embargo, son pocos los que prestan la atención necesaria a la batería, una de las partes más esenciales del smartphone y que, si no se cuida adecuadamente, puede sufrir daños graves con el tiempo.
Las baterías de iones de litio, utilizadas en la mayoría de los teléfonos actuales, han mejorado considerablemente en términos de rendimiento y durabilidad en comparación con las de generaciones anteriores, como las de níquel-cadmio. Estas baterías tienen una mayor densidad energética, lo que les permite almacenar más carga y durar más tiempo sin perder capacidad de forma acelerada.
Asimismo, los sistemas operativos modernos, como Android e iOS, han optimizado la gestión de la energía. Los desarrolladores se centran en mejorar el uso de la batería, reduciendo el consumo energético en momentos de inactividad. Además, muchas aplicaciones ahora se suspenden o se cierran de manera más eficiente, evitando el drenaje innecesario de la batería.
Por otro lado, los avances en los procesos de fabricación de baterías han incrementado su resistencia al desgaste físico y químico, lo que se traduce en una mayor capacidad para mantener su rendimiento a lo largo de varios ciclos de carga.
No obstante, ciertos hábitos incorrectos durante el proceso de carga pueden ocasionar un deterioro acelerado de la batería, reduciendo su capacidad y, por ende, afectando negativamente la experiencia del usuario.
A continuación, se presentan dos prácticas que, si se adoptan, pueden prolongar la vida útil del dispositivo y de su batería:
Evitar que la batería llegue al 100%
Según Xataka, portal especializado en tecnología, se recomienda seguir la regla del 20/80. Esta consiste en no dejar que la batería se agote por debajo del 20%, ni cargarla hasta el 100%. Ambos extremos pueden acelerar la degradación de la batería, lo que podría acortar su vida útil. Aunque no es necesario seguir esta regla de manera estricta, se sugiere usarla como una guía para mantener la salud de la batería.
Evitar el uso de cargadores genéricos o no originales
Muchos cargadores no certificados no están diseñados para regular adecuadamente el flujo de electricidad, lo que puede generar sobrecalentamientos tanto en el accesorio como en el dispositivo. Esto podría dañar la batería y reducir su vida útil. En particular, los cargadores genéricos pueden carecer de los mecanismos de protección necesarios contra sobrecargas, cortocircuitos o picos de voltaje, aumentando así el riesgo de incendio o daño físico al dispositivo.
Adoptar buenos hábitos de carga y utilizar los accesorios adecuados son claves para asegurar que la batería del smartphone conserve su rendimiento por más tiempo, optimizando la experiencia del usuario y prolongando la vida útil del equipo.