La Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio de Estados Unidos, más conocida por sus siglas en inglés como NASA, ha realizado diferentes misiones e investigaciones que marcan la historia con sus hallazgos, entre estos, algunos muy curiosos. De hecho, finalizando el mes de octubre, por el Día de Halloween, se conocieron unas imágenes que han suscitado muchas especulaciones y se han vuelto tendencia en redes sociales.
Se trata de una inquietante ‘cara’ en Júpiter y una nebulosa fantasmagórica con forma de ‘mano’ esquelética, unas formas celestes captadas recientemente por misiones de la NASA.
La imagen asociada a una ‘cara’, fue captada durante un sobrevuelo cercano que hizo la misión Juno alrededor del planeta Júpiter. Esta misión orbita Júpiter y algunas de sus lunas más grandes desde 2016, el 7 de septiembre realizó su sobrevuelo número 54. Fue con el instrumento JunoCam que la NASA logró tomar fotografías de remolinos de nubes y tormentas en las regiones septentrionales del gran coloso del sistema solar. En estas atmósferas se puede distinguir un rostro algo deformado, semejante al de una pintura cubista de Pablo Picasso.
Según el científico Vladimir Tarasov, quien procesó la información de esta misión, la imagen fue tomada en un sobrevuelo de 7.700 kilómetros por encima de las cimas de las nubes del planeta, proporcionando una luz solar peculiar que contribuyó a resaltar las formas de los remolinos.
La ‘mano’ de esqueleto
Por otro lado, en la zona de Júpiter también se halló una ‘mano’ como de esqueleto. Se conoció gracias a que unos telescopios de rayos X, a 16 mil años luz de la Tierra, captaron una nube brillante con forma de mano que se formó tras el colapso de una estrella masiva.
El fenómeno se generó cuando se agotó el combustible nuclear de la estrella y colapsó, dejando un remanente conocido como estrella de neutrones, a las que también se les llama púlsares cuando giran rápidamente y tienen campos magnéticos intensos. Bajo esta forma pueden provocar potentes vientos y chorros de material energizado que toman forma de nebulosa.
Según las observaciones de la NASA con el telescopio IXPE, esta nube de gas y polvo, o nebulosa, se creó hace 1.500 años. La nebulosa fue nombrada como MSH 15-52 y se encuentra a unos 16.000 años luz de la Tierra.
El Observatorio de Rayos X Chandra de la NASA pudó observar el púlsar, conocido como PSR B1509-58, por primera vez en 2001. El brillante púlsar fue detectado desde la base que parece una “palma” de nebulosa y se larga formando una ‘mano’. También tiene un chorro procedente del púlsar la ‘muñeca’.
Para una de las científicas que estudió la imagen usando rayos X, “todos estamos familiarizados con los rayos X como herramienta médica de diagnóstico para humanos. Aquí utilizamos los rayos X de otra manera, pero nuevamente revelan información que de otro modo estaría oculta para nosotros”, aseguró Josephine Wong.
¿A qué se deben los cambios de color de Júpiter?
Gracias a un nuevo descubrimiento, posible por la misión Juno de la NASA que proporcionó nueva información sobre el campo magnético de Júpiter, la Dra. Kumiko Hori y el profesor Chris Jones de la Escuela de Matemáticas de la Universidad de Leeds creen haber encontrado la respuesta sobre los cambios de color que se observan en Júpiter, así lo exponen en un artículo de la revista Nature Astronomy publicado este año.
En un comunicado reciente, el profesor Jones afirmó: “Si miras a Júpiter a través de un telescopio, ves las rayas, que van alrededor del ecuador a lo largo de las líneas de latitud. Hay cinturones claros y oscuros, y si miras un poco más de cerca puedes ver nubes moviéndose rápidamente llevadas por vientos del este y del oeste extraordinariamente fuertes. Cerca del ecuador, el viento sopla hacia el este, pero a medida que cambias un poco de latitud, ya sea hacia el norte o hacia el sur, se dirige hacia el oeste. Y luego, si te alejas un poco más, va hacia el oeste y hacia el este nuevamente. Este patrón alternado de vientos hacia el este y hacia el oeste es bastante diferente del clima en la Tierra”.
Agrega que “cada cuatro o cinco años, las cosas cambian. Los colores de los cinturones pueden cambiar y, a veces, se ven trastornos globales cuando todo el patrón climático se vuelve un poco loco por un momento, y ha sido un misterio por qué sucede eso”.
Partiendo de los datos recopilados por la misión Juno, que ha estado orbitando el planeta Júpiter desde 2016, el equipo de investigadores pudo monitorear y calcular los cambios en su campo magnético.
Llegaron a esta conclusión debido a que lograron observar el campo magnético durante varios años, así han podido rastrear sus ondas y oscilaciones, e incluso han podido seguir un punto específico del campo magnético de Júpiter llamado la Gran Mancha Azul. Esta mancha se ha estado moviendo hacia el este, pero los últimos datos muestran que el movimiento se está ralentizando, lo que lleva al equipo de Juno a creer que se trata del comienzo de una oscilación, con el movimiento ralentizándose antes de que se invierta y comience a ir hacia el oeste.
Es por ello, que los científicos ahora saben que la apariencia cambiante de Júpiter está relacionada de alguna manera con las variaciones infrarrojas a unos 50 km por debajo de la superficie del gigante gaseoso, y esta nueva investigación ha demostrado que estas variaciones podrían a su vez ser causadas por ondas producidas por el campo magnético del planeta en su interior.