Lejos de circuitos de cámaras de vigilancia, zonas WiFi o edificios con sistemas domóticos, el concepto de ‘Smart City’ —Ciudad Inteligente— va más allá de lo netamente tecnológico y se centra en la calidad de vida de sus ciudadanos, sostiene Leopoldo De Albuquerque, presidente global del Instituto Smart City Business America.
¿Cuáles son los retos que enfrenta una ciudad que quiera ser ‘Inteligente’? El País habló al respecto con De Albuquerque, quien estuvo en Colombia en días pasados participando en el Claro Tech Summit que se llevó a cabo en Cartagena.
¿Qué es y qué no es una Ciudad Inteligente?
Una Ciudad Inteligente es aquella que ofrece a sus ciudadanos calidad de vida. Ella puede, y normalmente utiliza, las tecnologías disponibles, las cuales pueden contribuir mucho para la solución de varios de los problemas que hoy las ciudades enfrentan, pero no son lo único. Las pequeñas ciudades, por ejemplo, demandan una cantidad menor de tecnología que una gran ciudad, por cuenta de muchas situaciones que no enfrentan; pero ambas tienen la necesidad de ofrecer calidad de vida para los ciudadanos y eso puede ser obtenido de muchas maneras. Cada uno de los alcaldes tiene que desarrollar un plan que tenga en consideraciones las potencialidades y las singularidades de cada ciudad.
O sea, a pesar de que la tecnología ayuda mucho, no se trata de llenar la ciudad de cámaras...
No, no, eso es un camino. Si una ciudad tiene un problema de tráfico o inseguridad, las cámaras pueden ayudar mucho, porque se tiene una central de control y monitoreo de todo lo que pasa, eso hace que se necesite de menos personas en las calles y se envíe a los policías a donde hay efectivamente una situación de peligro, es una manera muy racional de hacer las cosas; pero eso es solo un punto, no se puede decir que una ciudad es inteligente, digamos, si hay cámaras que cubren todos los espacios de la ciudad... ¿cómo están todos los demás ítems que ofrecen a los ciudadanos la calidad, los servicios que ellos necesitan? ¿La salud, la educación...? Son puntos a ser considerados, pero también hay muchas otras cosas, como la convivencia, los espacios públicos para que la gente pueda vivir de una manera adecuada: en la mayoría de las ciudades del mundo todos los espacios son ocupados por los autos, eso es un problema, las calles son de los autos, no de la gente, y eso es un proceso que las ciudades tienen que revertir a lo largo de los próximos años.
En Latinoamérica, ¿qué ciudades se pueden calificar como “Ciudades Inteligentes”?
Ninguna, no hay Ciudad Inteligente e incluso puedo decir que en todo el mundo hay algunas ciudades muy tecnológicas, especialmente en Asia; y hay muchas ciudades que avanzaron mucho y resolvieron muchos de sus problemas de una manera tecnológica, pero no hay una ciudad 100% inteligente.
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¿Qué podría implementar una ciudad como Cali, de más de dos millones de habitantes, con problemas de seguridad y movilidad?
No conozco la realidad de Cali porque lamentablemente nunca he estado allí, pero conozco Bogotá y viví un tiempo en Medellín. La seguridad de la capital de Antioquia y la movilidad son una referencia para muchas de las ciudades de Latinoamérica.
El sistema de cámaras es un instrumento muy adecuado para eso, pero también es muy importante hacer entrenamiento de los policiales, crear una institución más humana, más proactiva; la investigación es muy importante, tener toda una inteligencia que permita desbaratar organizaciones criminales antes que cometan delitos.
¿Qué tipo de perfiles profesionales se requieren para poder avanzar en el proceso de que la ciudad se convierta en una 'Smart City'?
Hay dos perfiles en los que las alcaldías deben trabajar. De un lado incentivar a que los profesionales en tecnología ocupen los nuevos espacios que surgen todos los días: estimular la creación de 'startups' (empresas emergentes con gran potencial), crear planes que fomenten el aparecimiento de nuevas tecnologías en la ciudad, desarrollar centros de tecnología para los jóvenes. En el otro lado están los profesionales que van a perder sus empleos y no tienen la calificación para las nuevas funciones, porque no tienen los estudios necesarios o la habilidad y muchos de ellos ya pasaron de una edad más joven. Los gobiernos tienen que crear todo un planeamiento para que puedan aprovechar sus vocaciones y singularidades para crear y fomentar nuevos negocios, negocios creativos, negocios circulares donde se pueda, por ejemplo, reaprovechar la basura.
Se tiene que identificar las potencialidades de la ciudad y de cada uno de los sectores que la conforman para dinamizarla. Se debe calificar a la gente para que tenga renta, porque usted no tiene que tener un empleo, usted tiene que tener renta, algo de lo que pueda vivir. Se debe mantener la dignidad de las personas.
Cuando se inician estos proyectos se lanzan con 'bombos y platillos' pero, en especial en Latinoamérica, resulta que por diversos motivos (cambio de gobierno, corrupcion, negligencia) terminan abandonados. ¿Qué pueden hacer los evitantes para evitar que este tipo de situaciones se den?
Eso es una cuestión que solo el tiempo puede resolver. He estado cubriendo cada vez más el empoderamiento de la sociedad, si miramos 20 años atrás no había nada, hoy ya avanzó mucho, pero la solución pasa por la ejecución de planes directores, es decir, que sean una política del Estado o del Municipio y no de un alcalde. Eso ayuda bastante, pero también es necesario que la gente pueda participar de las discusiones y que puedan decir qué es necesario tener en ese plan director. Es muy difícil, sin embargo, ahora tener una regla porque eso tiene que ver con la madurez de los habitantes, de los ciudadanos: Si los ciudadanos son mucho más maduros para tomar las decisiones y conscientes de su papel en la sociedad, ellos exigen su participación y no aceptan que se haga de otra manera. Hay otros lugares donde no hay esa madurez y los gobiernos hacen las cosas como quieren y a la sociedad no le importa o no sabe que tiene ese poder. Es un proceso.
Finalmente, ¿cómo reducir el analfabetismo digital?
Creo que todos los problemas de una ciudad pueden ser solucionados compartiendo la responsabilidad. Acá ustedes tienen una cantidad de organizaciones muy grandes que pueden ayudar en este proceso. Si los gobiernos entendiesen el poder que tienen para cambiar las cosas, para articular las alianzas, no perderían tanto tiempo con muchos de los problemas que tienen. Se podría hacer un trabajo con las instituciones educativas de la ciudad para que ellas ofrezcan las salas de clase y después llamar a las grandes empresas. ¿Cree que alguna va a decir 'no, no participo'? Ninguna, si ellos saben que la calificación tiene que ver con su producto, ¿por qué no van a entrenar esas personas?
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Sobre el instituto
¿Qué es el Instituto Smart City Business America?
El instituto surgió en 2013 y desde ese año nosotros empezamos con un congreso que, hoy en día, es el congreso estratégico más grande de Ciudades Inteligentes, porque hay muchos otros pero tratan de cosas que nosotros no tratamos. Nuestro foco es 'business' (negocios), porque creemos que solo a través de los negocios, de las empresas, las ciudades van a lograr ser inteligentes, ya que los gobiernos no tienen dinero para invertir ni la competencia técnica para manejar las tecnologías, entonces nuestro objetivo es hacer que los negocios entre público y privado florezcan, se creen nuevos modelos de negocios y todo lo que pueda ser hecho por privados, sea hecho por privados.