Desconectar un electrodoméstico antes de apagarlo puede suceder de manera accidental o intencional. Si bien muchos dispositivos están diseñados para resistir estas interrupciones, es importante entender los riesgos y efectos que esta práctica puede tener sobre los aparatos eléctricos, así como la manera correcta de manejar cada situación para evitar problemas a largo plazo.
Cuando un electrodoméstico se desconecta de la corriente eléctrica antes de apagarse de manera adecuada, el aparato puede sufrir daños, especialmente aquellos que dependen de procesos internos para su funcionamiento. Por ejemplo, los electrodomésticos que utilizan motores o componentes electrónicos complejos, como neveras, lavadoras, microondas o televisores, corren el riesgo de verse afectados si se interrumpe repentinamente su suministro de energía.
El principal problema radica en que muchos dispositivos realizan un ciclo de apagado o tienen componentes electrónicos que siguen operando incluso después de presionar el botón de apagado. Cuando se desconectan bruscamente, los procesos internos se interrumpen, lo que puede causar cortocircuitos o dañar componentes sensibles. En el caso de computadoras o televisores inteligentes, el riesgo es aún mayor, ya que se pueden perder datos o causar corrupción en los sistemas operativos.
El daño causado al desconectar un electrodoméstico sin apagarlo puede no ser visible de inmediato, pero a largo plazo puede generar fallos en el funcionamiento del aparato. Uno de los efectos más comunes es el desgaste acelerado de los componentes electrónicos. Por ejemplo, en los dispositivos que manejan grandes cantidades de energía, como aires acondicionados o microondas, una desconexión repentina puede provocar picos de tensión que desgastan los circuitos con el tiempo.
Además, muchos electrodomésticos están equipados con unidades de memoria interna o configuraciones electrónicas que podrían perderse o dañarse con una desconexión abrupta. Esto es especialmente relevante en el caso de los dispositivos inteligentes conectados a redes Wi-Fi, como routers o asistentes virtuales, que necesitan un proceso de apagado controlado para preservar sus configuraciones y evitar problemas de conectividad o funcionamiento.
Por otro lado, en electrodomésticos que utilizan compresores, como las neveras y congeladores, el ciclo de encendido y apagado es esencial para su correcto funcionamiento. Desconectarlos antes de que terminen su ciclo podría causar sobrecalentamiento o daños en el compresor, lo que a largo plazo puede llevar a fallos importantes o incluso la necesidad de reemplazar el aparato.
Para evitar los problemas mencionados, es recomendable seguir algunas buenas prácticas al momento de manejar electrodomésticos. En primer lugar, es esencial que se apaguen utilizando los botones o controles correspondientes antes de desconectarlos. Esto es particularmente importante en dispositivos que dependen de motores o procesadores, como las computadoras, las lavadoras y los sistemas de calefacción o aire acondicionado.
En el caso de electrodomésticos que no tienen un botón de apagado, como las lámparas o los cargadores de batería, es recomendable desconectarlos directamente del enchufe solo cuando no estén en uso. Sin embargo, aunque estos aparatos no suelen sufrir daños por una desconexión abrupta, es importante asegurarse de que no estén en funcionamiento activo cuando se retiren de la corriente para evitar chispazos o cortocircuitos.
Por otro lado, en situaciones en las que sea inevitable una desconexión repentina, como en casos de emergencia o cortes de energía, es importante permitir que los aparatos se enfríen o se estabilicen antes de volver a conectarlos. Esto es particularmente relevante en electrodomésticos que operan con altas temperaturas o que requieren ciclos de compresión, como los hornos o las neveras.
*Este artículo fue creado con ayuda de una inteligencia artificial que utiliza machine learning para producir texto similar al humano, y curado por un periodista especializado de El País.