La lavadora es un aparato indispensable en el hogar, ya que permite lavar grandes cantidades de ropa sin esfuerzo manual. Su uso no solo ahorra tiempo, sino que también reduce la carga física. Además, al combinar agua, detergente y movimiento mecánico, logra una limpieza más efectiva que el lavado a mano.

Como todos los electrodomésticos, la lavadora tiene un ciclo de uso antes de su deterioro. A continuación, seis señales que debe tener en cuenta antes de cambiarla:

1. Ruidos extraños y vibraciones excesivas

Si al encender la lavadora escucha ruidos fuertes, chirridos o golpes inusuales, esto puede ser una señal de que algo no está funcionando correctamente. Algunas de las posibles causas incluyen: desgaste en los rodamientos del tambor, amortiguadores dañados o sueltos y desbalanceo del tambor debido a un problema estructural interno.

Si los ruidos y vibraciones persisten incluso después de nivelar la lavadora y distribuir bien la carga de ropa, es probable que los componentes internos estén deteriorados y requieran un reemplazo completo.

2. Fugas de agua

Las filtraciones de agua durante el lavado pueden ser un problema grave, ya que no solo afectan el funcionamiento del electrodoméstico, sino que también pueden generar daños en el suelo y las paredes de tu hogar.

Algunas de las causas comunes de las fugas son:

  • Mangueras rotas o desgastadas.
  • Juntas y sellos deteriorados.
  • Fisuras en el tambor.

Si las fugas persisten a pesar de cambiar las mangueras o revisar las conexiones, es una señal clara de que la lavadora necesita ser reemplazada.

3. No lava bien la ropa

Si después del ciclo de lavado notas que la ropa sigue sucia, con residuos de detergente o mal enjuagada, esto puede deberse a varios problemas, como:

  • Fallos en el sistema de distribución de agua y jabón.
  • Desgaste en el tambor o los agitadores.
  • Problemas en la rotación del motor, lo que impide un lavado eficiente.

Cuando la lavadora ya no cumple su función principal de limpiar correctamente la ropa, es hora de considerar la compra de una nueva.

Lavadora | Foto: Cris Cantón

4. Consumo excesivo de agua y energía

Las lavadoras modernas están diseñadas con tecnologías de ahorro de energía y agua, lo que a largo plazo se traduce en una reducción significativa en los costos operativos. Si su modelo actual es muy antiguo, reemplazarlo por uno más eficiente puede ser una inversión inteligente.

Las lavadoras modernas están diseñadas con tecnologías de ahorro de energía y agua, lo que a largo plazo se traduce en una reducción significativa en los costos operativos. Si su modelo actual es muy antiguo, reemplazarlo por uno más eficiente puede ser una inversión inteligente.

5. Ciclo de lavado más largo de lo normal

Si antes su lavadora completaba un ciclo en un tiempo determinado y ahora tarda mucho más, puede ser una señal de problemas en los sensores, el motor o el sistema de drenaje.

Algunas posibles razones para este problema incluyen:

  • Sensores defectuosos que no detectan correctamente el nivel de agua o el peso de la carga.
  • Problemas en la bomba de drenaje que hacen que el agua tarde más en salir.
  • Fallos en el motor que impiden que el tambor gire a la velocidad adecuada.
El consumo de energía provocado por la lavadora puede impactar negativamente el bolsillo de los usuarios. | Foto: Getty Images

Si la lavadora tarda el doble de lo habitual en terminar un ciclo y esto ocurre con frecuencia, lo mejor es considerar un reemplazo.

6. Averías frecuentes y reparaciones costosas

Algunos puntos a considerar:

  • Si la reparación cuesta más del 50% del precio de una nueva lavadora, es mejor reemplazarla.
  • Si ya has reparado varias piezas y siguen apareciendo nuevas fallas, la lavadora puede estar en el final de su vida útil.
  • Si los repuestos son difíciles de conseguir o muy costosos, cambiarla puede ser la opción más práctica.

Las lavadoras tienen una vida útil promedio de 8 a 12 años. Si la suya ya tiene más de una década y empieza a fallar constantemente, es un claro indicio de que es momento de renovarla.