La estudiante caleña Vanessa Giraldo Escobar concibió una idea de negocio que, según los expertos, tiene mucho futuro: una aplicación para ayudar a las mujeres cuando se sientan en situación de emergencia o peligro. La app la llamó Sorority, haciendo alusión a la sororidad, a esa relación de amistad y afecto entre mujeres, de solidaridad y empatía entre ellas.

La idea le surgió por esa sensación de inseguridad al desplazarse por calles solitarias, al esperar un MÍO o al oír los comentarios irrespetuosos de hombres al verla pasar; además, por haber tenido “una pareja un poco tóxica”.

Conversando un día con sus amigas se llegó a plantear que si se le llegara a presentar una emergencia, más rápido podría llegar alguien que estuviera cerca de ella, que conociera que estaba en una situación de peligro, antes que las propias autoridades. Y en la asignatura Creación de Empresa que tomó como opción complementaria en su carrera como bióloga en la Universidad Javeriana, comenta, le dieron muy buenas herramientas para alimentar su idea y poder anhelar ahora convertirla en un emprendimiento.

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La idea, explica la joven de 24 años, es que Sorority conecte a la usuaria con otras mujeres que estén a su alrededor, en un radio de más o menos 2 Kms. La app contará con tres botones de pánico: uno que la comunicará con las mujeres que hayan descargado la aplicación y que estén cerca suyo; otro que alerte a las autoridades y un tercero que la conecte con alguien de confianza.

“Tiene que ser algo muy sencillo de manejar porque realmente uno en una situación de esas tiene segundos para mandar un aviso de ayuda, tiene que ser algo como abrir y enviar”, argumenta esta ex estudiante del Colegio Hispanoamericano y que se graduó como bachiller en el Colegio El Bosque.

Debe ser muy rápida, insiste la futura bióloga. “Ojalá sea usada en celulares con huella para que la mujer pueda ingresar aún más rápido, sin necesidad de colocar una identificación y que oprima un botón de inmediato, no ponerse a buscar a quién le va a enviar el llamado, sino que se configure todo apenas la descargue”.

Tampoco desea que tenga anuncios o que por lo menos no ocupen toda la pantalla, “porque mientras uno espera 15 o 30 segundos a que pase el comercial puede ocurrir la desgracia”.

Le gustaría, además, que la aplicación pudiera ser gratuita y usada por mujeres desde los 12 o 14 años, ya que a esas edades ya tienen más autonomía para manejar sus celulares y lo que descargan en él.

Para pertenecer a esta red de mujeres vulnerables, resilientes, que dicen basta o que no quieren llegar a ser víctimas de abusos, se buscará que para entrar a la aplicación se tenga un filtro, “que no deje que haya un hombre o alguien que esté buscando hacer daño porque tendría acceso a la ubicación de otras mujeres. La entrada tiene que ser algo muy riguroso”, dice la estudiante.

Por lo pronto, en el prototipo que ella ha diseñado, tanto la persona que necesita la ayuda como quien le va a colaborar, cuenta con un perfil básico de la otra, para que pueden encontrarse en caso de una emergencia.

Sigue adelante

Vanessa anhela que su app esté funcionando este año porque su gran deseo es que las mujeres no sigan siendo violentadas y que cuenten con una herramienta con qué combatir el peligro. Más, en este tiempo de confinamiento por la pandemia del Covid-19 que obliga a muchas a estar conviviendo con su agresor. Esto, sin contar el número de feminicidios que ocurren en la ciudad.

“Yo daría todo por tenerla ya funcionando en este momento porque sé que sería muy útil”, manifiesta segura.

Sin embargo, su idea aún no la ha materializado porque necesita la colaboración de estudiantes de ingeniería de sistemas que la ayuden a desarrollar la app, montar la interfaz y también de profesionales que la orienten sobre cómo monetizar su creación para entregar un producto funcional. Pero “todo está en stand by”, como explica, por culpa del confinamiento . “He querido darles a los compañeros un poco de espacio para no saturarlos de responsabilidades, ya es bastante responsabilidad tratar de sacar el semestre adelante cambiando el ‘chip’ de la modalidad presencial a la virtual, para muchos ha sido complejo”.

Pero sigue entusiasmada con su proyecto, tanto, que está aprendiendo por su cuenta a programar para lograr tener un avance importante sola.
Las voces femeninas que la alientan a seguir adelante en redes sociales
—donde explicó a través de un video su idea para validarla— también la animan: “buenísima idea, felicitaciones”, “me parece importantísima y solidaria tu idea de la aplicación, quisiera compartirla a mi hija y a mi nieta...”, “espectacular, la quiero descargar ya”.

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"Tiene un mercado casi asegurado"

Entre las personas que han brindado apoyo a Vanessa en la Universidad Javeriana para que su sueño sea una realidad están el director de Biología, Mateo López-Victoria, y el director de Ingeniería de Sistemas y de Computación, Gerardo Mauricio Sarria. Y por supuesto, Carmen Amelia Lozano Cadena, quien fuera su docente en la asignatura de Creatividad e Idea de Negocio, a quien fue la primera que le expuso su iniciativa y también la primera en alentarla a seguir con su proyecto de emprendimiento.

Para la ingeniera industrial con maestría en Innovación al Desarrollo Empresarial, Sorority es una aplicación bastante pertinente para nuestro país porque el propósito es tener un asistente de seguridad para las mujeres quienes muchas veces estamos expuestas a abusos, a personas mal intencionadas que se nos acercan sobre todo, en espacios públicos y horarios difíciles.

Comenta que en la Universidad Javeriana existe un laboratorio de innovación y emprendimiento llamado Campus Nova, “donde los estudiantes pueden continuar con sus ideas hasta sacar un producto al mercado”, por eso pronostica: Vanessa lo que tiene es futuro con su iniciativa.

Agrega la profesora que en este mundo donde hay gente con buenas ideas como Vanessa y personas con excedentes, “qué bueno que se encontraran, porque considero que esta es una app con mucho futuro y con un mercado casi asegurado”.

Destaca que la estudiante integró en su aplicación la posibilidad de contacto con la Policía, lo que es súper bueno porque podría facilitar la detección de un hecho delictivo en flagrancia y esto es muy importante para hacer juzgamiento judicial.

Tenga en cuenta

Según datos de la Fundación WWW Colombia (con corte al 25 de abril), el 50.4 % de las mujeres en Cali han sido víctimas de al menos un tipo de violencia en su vida.

El 23.9 % de las mujeres en Cali han sido víctimas de violencia física por parte de sus parejas.

El 10.1 % de las mujeres en Cali han sido víctimas de violencia sexual.

En Cali se han registrado 10 feminicidios durante el primer cuatrimestre de 2020, de ellos 5 ocurrieron en marzo y 3, en el periodo de cuarentena.

142 % ha sido el incremento del número de llamadas a la línea 155 para reportar hechos asociados a violencia intrafamiliar (25 de marzo a 11 de abril).