Ubicado en el corazón del Valle del Cauca, el Parque Nacional Natural Los Farallones de Cali es un destino ideal para los amantes de las escapadas naturales, que buscan una conexión profunda con el entorno a través de prácticas más responsables y respetuosas con los diversos ecosistemas.

Este atractivo turístico de la Sucursal del Cielo es conocido por sus impresionantes paisajes, rutas diseñadas para hacer ecoturismo y una rica biodiversidad que cada año atrae a miles de turistas nacionales y extranjeros.

La razón por la que cautiva a sus visitantes es porque se trata de una majestuosa cadena montañosa que se eleva sobre la ciudad, extendiéndose en un área de 196.429,90 hectáreas, según explica la página de Parques Naturales Nacionales de Colombia.

A lo largo de este espacio los visitantes pueden disfrutar de una amplia variedad de ecosistemas y microclimas, además de una gran oferta de actividades para apreciar en detalle su riqueza de fauna y flora mientras se recorren sus diversas rutas naturales, que se destacan entre las favoritas para los amantes del senderismo.

Parque Nacional Natural Farallones de Cali | Foto: Cortesía - Página Parques Nacionales Naturales de Colombia

Allí se pueden realizar desde caminatas tranquilas hasta desafiantes ascensos, encontrando opciones para todos los niveles de habilidad. Lo único que se recomienda para vivir una experiencia agradable es tener siempre a la mano el documento de identificación y usar calzado cómodo y con buen agarre, que proteja los tobillos durante los recorridos, preferiblemente botas.

También se aconseja llevar ropa ligera y holgada, incluyendo camisas de manga larga y mudas de ropa para cambiarse durante los recorridos, si es necesario, así como sombrero o gorra, protector solar, gafas de sol y chaqueta impermeable.

Parque Nacional Natural Farallones de Cali | Foto: Cortesía - Página Parques Nacionales Naturales de Colombia

Sus atractivos naturales más populares son el Pico de Loro, una majestuosa montaña cargada de historia; la Ruta Burbujas, que ofrece un espectacular paisaje montañoso, y el Cañón del Anchicayá o Siete Charcos, un paraíso cristalino que se compone de varias piscinas naturales color esmeralda.

Además de hacer senderismo y admirar su belleza natural, en este lugar es posible hacer otras actividades como avistamiento de aves y una exuberante vegetación que adorna cada sendero.