Empacar una maleta de viaje puede convertirse en una tarea compleja debido a múltiples factores que requieren planificación y estrategia.
Entre los principales desafíos que se encuentran está la organización y optimización del espacio, lo que en muchas ocasiones requiere de bolsas organizadoras para llevar productos de higiene, maquillaje y accesorios.
Sin embargo, existen varios trucos que son claves para empacar de manera inteligente y sin estrés, como lo es enrollar la ropa en lugar de doblarla para aprovechar huecos entre prendas que reducen la capacidad de la maleta.
A este tipo de estrategias se suma la técnica 5-2-1-1-1, que no solo ayuda a evitar el desorden, sino el sobrepeso, un problema que puede ocasionar cobros adicionales en los aeropuertos o dificultar el desplazamiento en estaciones de tren o autobús.
Para ponerla en práctica, se recomienda llevar estrictamente lo necesario, descartando todo aquello que posiblemente no se use durante la travesía. En este sentido, una alternativa es escoger solo 10 prendas y aplicar la proporción de 5-2-1-1-1 para ganar espacio dentro de la maleta.
En otras palabras, consiste en incluir en ella 5 prendas superiores (camisas o camisetas) 2 prendas inferiores (pantalones, jeans, faldas o shorts), 1 vestido (que se ajuste tanto al día como a la noche), 1 prenda cómoda para dormir (puede ser una camisa larga) y 1 suéter o sudadera con capucha.
Una vez se logren organizar estas prendas en las maletas, podrá ver que hay espacio para los elementos que hacen falta como zapatos, accesorios y artículos de aseo personal.
Otro método clave
Para ahorrar espacio y evitar contratiempos relacionados con el equipaje, existe otro método conocido como el 5-4-3-2-1, que hace referencia a llevar una cantidad determinada de prendas de ropa y accesorios, evitando esos artículos innecesarios.
De acuerdo con la revista Glamour, una de las primeras precursoras de este truco es la blogger Geneva Vanderzeil, quien les mostró a sus seguidores cómo funciona este truco para guardar toda la ropa, utilizando únicamente el equipaje de mano.
En este caso, el método indica que en el equipaje deben ir cinco prendas superiores como tops, chaquetas, camisas o blusas; cuatro inferiores, tres pares de zapatos, dos vestidos y un par de accesorios (collares y pulseras), sin olvidar las gafas para protegerse del sol y sombrero, dependiendo el destino al que se dirija.
De hecho, antes de empezar a empacar la maleta, es fundamental investigar sobre el clima del lugar que planea visitar y tener claro el tipo de actividades que planea llevar a cabo durante su estadía ya que, de esta manera, es más fácil seleccionar prendas útiles que realmente se ajusten a las necesidades que implica su nueva aventura.
Si esto no se realiza de manera anticipada, lo más probable es que alistar la maleta se convierta en un verdadero dolor de cabeza y se olviden cosas que son realmente esenciales.