Profusas arboledas que se divisan a muchos pies de altura ya presagian una inmersión en un santuario natural de la Amazonía colombiana, como es el departamento del Putumayo.

Lo que se evidencia luego de aterrizar en el aeropuerto del municipio de Puerto Asís, y empezar a recorrer los diferentes destinos de esta región del sur del país.

Quienes se inclinen por la aventura pueden realizar tubing, descendiendo sobre el río Caquetá en flotadores, y guiados por jóvenes nadadores. Algunos querrán apreciar los paisajes de selva y agua en recorridos en lancha. | Foto: El País

A todos los cautivó las imponentes cascadas, cuya belleza hace que los turistas desafíen largas caminatas para refrescarse en sus cristalinas aguas. Una de ellas está en la reserva natural ‘Donde se oculta el sol’, un terreno de 96 hectáreas donde varias familias conservan el bosque húmedo.

En este ecosistema, a ocho kilómetros de Villagarzón, está la cascada Mohano, “cuyo significado es ‘hombre Jaguar’ en lengua Inga”, explica Jhon Jairo Rincón, guía profesional e integrante de dicha asociación, que además cuenta con hospedajes literalmente entre la naturaleza.

La fuente hídrica se precipita por peñascos a una altura de once metros, rodeada de guarangos, caimos, achapos, canaletes y muchos otros árboles, hábitats de 346 especies de aves. De hecho, el avistamiento está entre las actividades que se promueven en la región, a la par del senderismo.

Entretanto, a una hora de Mocoa se puede confirmar que el Putumayo, además de su riqueza en biodiversidad, también lo es en interculturalidad, como se aprecia en el poblado Puerto Limón. Ubicado justo donde se unen los ríos Mocoa y Caquetá, y donde se fusionan los Andes con la Amazonía.

Allí conviven indígenas del pueblo Inga, afrocolombianos y colonos que han aprendido a respetar sus diferencias y a unir esfuerzos para sacar adelante su comunidad, trabajando por sus identidades, costumbres y tradiciones.

Esa amalgama de culturas la perciben los visitantes cuando son recibidos con cantos del Pacífico, amenizados con marimbas, cununos y tambores. También, al escuchar el saludo del pueblo Inga en su lengua, una variante del quechua. “Qué alegría tenerlos en nuestro territorio. Bienvenidos a Putumayo: “Allillapi samunguichi Nukanchipa llagtama kusikurispa kanchi tukuilla Putumayo”.

Para llegar a varios destinos es necesario emprender largas caminatas, siempre guiadas por expertos de la región. | Foto: El País

En este pueblo se puede experimentar, por ejemplo, la felicidad que genera el perdón a través de la fiesta denominada Karrustulinda; degustar bebidas como chicha o anduche, y platos como el maitu kuzao rayana o pescado encocado. así lo destaca Nadia Mutumbajoy, líder indígena y representante del operador turístico Suma Selva.

Quienes se inclinen por la aventura pueden realizar tubing, descendiendo sobre el río Caquetá en flotadores, y guiados por jóvenes nadadores. Algunos querrán apreciar los paisajes de selva y agua en recorridos en lancha.

Un baño fresco corre por cuenta de las cascadas del Paujil y La Honda, al otro lado del río Caquetá, las cuales hacen parte del departamento de Cauca, muy cerca a Puerto Limón.

Otra de las delicias de estas tierras putumayenses son los llamados frutos amazónicos como asaí, camu camu, copoazú y arazá, que se pueden degustar en jugos, galletas y otros dulces. Muchos de ellos crecen en zonas donde otrora la tierra estaba cubierta con matas de coca, de la cual derivaban el sustento las familias.

Así que los recorridos por el Putumayo también son propicios para conocer historias de vida inspiradoras de personas que pasaron de los cultivos ilícitos a la legalidad, a través del turismo rural.

Pequeña cascada en la cascada Fin del Mundo en Mocoa, sur de Colombia: esta cascada es parte de las cascadas Fin del Mundo, que se traduce como Fin del Mundo. | Foto: Getty Images/iStockphoto

Otros espacios para extasiarse con la belleza natural del departamento son el Cañón de MadiYako, (vía Mocoa-Pitalito, y Horno Yako (Mocoa). Al final de las caminatas a cada lugar, la recompensa puede ser una tilapia o un pirarucú asados en hoja de plátano.

El auge del turismo rural

Laura Durana, directora de Acotur, considera que este es apenas el inicio de la transformación turística y económica de la región, pues su potencial natural y sus atractivos son insuperables.

“Creemos, sin duda alguna, que la transformación económica, social y ambiental del Putumayo, desde la perspectiva del desarrollo sostenible, va a llegar con el fortalecimiento del turismo. Gracias al trabajo mancomunado con USAID, hemos logrado que estos ‘Destinos Emergentes’ sean un ejemplo de responsabilidad, economía circular y desarrollo para toda la región, pues se han convertido en una alternativa eficiente para que las familias creen su proyecto de vida, mostrándole al mundo lo que este bello departamento tiene para ofrecer”, añadió la Directora.

Tradiciones ancestrales en Puerto Limón. La comunidad Inga hace parte de los 15 pueblos indígenas del Putumayo. | Foto: El País