Pasto, la capital del departamento de Nariño, se erige como una joya escondida en el suroccidente de Colombia, ofreciendo una vasta gama de actividades y planes para todo tipo de viajeros.
Rodeada de montañas, volcanes y rica en cultura, esta ciudad colonial invita a los visitantes a explorar sus encantos naturales, históricos y gastronómicos.
Uno de los principales atractivos de Pasto es su cercanía al imponente Volcán Galeras. Los aventureros pueden embarcarse en excursiones para ascender hasta sus laderas, donde disfrutarán de vistas espectaculares de la ciudad y sus alrededores.
Además, la Reserva Natural Galeras ofrece senderos para caminatas que permiten observar la flora y fauna local, haciendo de este un destino imperdible para los amantes de la naturaleza.
A pocos kilómetros de la ciudad se encuentra la Laguna de La Cocha, un paraje idílico rodeado de montañas y vegetación exuberante. Los visitantes pueden tomar un bote para recorrer sus aguas, disfrutar de un almuerzo en las cabañas de madera que bordean la laguna o simplemente relajarse y admirar el paisaje.
La Cocha también es un excelente lugar para practicar pesca deportiva y observar aves.
Pasto es una ciudad rica en historia y cultura, lo cual se refleja en su arquitectura colonial y sus numerosos museos. El centro histórico, con sus calles adoquinadas y casonas de colores vivos, es ideal para un recorrido a pie.
Entre los lugares más destacados se encuentran la Catedral de Pasto, una majestuosa iglesia construida en el siglo XVIII, y la Iglesia de San Juan Bautista, famosa por sus impresionantes vitrales.
El Museo del Oro de Pasto, ubicado en el antiguo convento de San Agustín, alberga una valiosa colección de piezas precolombinas de oro y cerámica, ofreciendo una visión fascinante de las culturas indígenas que habitaron la región.
Por otro lado, el Museo Taminango de Artes y Tradiciones Populares presenta una variedad de artesanías, textiles y objetos cotidianos que narran la historia y las tradiciones del pueblo pastuso.
Pasto es conocida por sus festividades coloridas y vibrantes, siendo el Carnaval de Negros y Blancos el evento más destacado. Celebrado cada año del 2 al 7 de enero, este carnaval es una explosión de música, danza, y color, donde la ciudad se llena de desfiles, comparsas y juegos de pintura.
Este evento, declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO, atrae a miles de visitantes de todo el mundo, convirtiéndose en una experiencia inolvidable para quienes buscan sumergirse en la cultura local.
Además del carnaval, Pasto celebra la Semana Santa con una devoción profunda. Las procesiones y ceremonias religiosas son una muestra del fervor religioso de sus habitantes y ofrecen una oportunidad única para conocer las tradiciones y costumbres locales.
Por su parte, la cocina pastusa es una delicia para el paladar, con platos que reflejan la riqueza de su tierra y la diversidad cultural. Entre los manjares que no se pueden dejar de probar se encuentran el cuy asado, una especialidad de la región, y los tamales nariñenses, preparados con maíz, carne y especias envueltos en hojas de plátano.
El hornado, un plato de cerdo asado servido con mote y llapingachos, es otra delicia que los visitantes deben degustar. Para los amantes del dulce, el dulce de chilacuán y las empanadas de pipián son opciones irresistibles que capturan los sabores tradicionales de Pasto.
Los visitantes que deseen llevarse un recuerdo de su viaje encontrarán en Pasto una amplia variedad de artesanías. Los talleres de barniz de Pasto, una técnica ancestral que utiliza una resina especial para crear diseños intrincados en madera, son lugares ideales para adquirir piezas únicas.
Además, los mercados locales ofrecen textiles, joyería y cerámica elaborados por artesanos de la región, perfectos para llevar un pedazo de Pasto a casa.
*Este artículo fue creado con ayuda de una inteligencia artificial que utiliza machine learning para producir texto similar al humano, y curado por un periodista especializado de El País.