La Reserva Natural Jardín de Rocas es una joya natural, ubicada a pocos minutos del parque principal del hermoso pueblo de Jardín, Antioquia (Colombia), donde la observación de aves es una experiencia única y enriquecedora, que debe hacerse de manera respetuosa.
Se trata de una iniciativa de conservación, investigación, educación ambiental y turismo sustentable establecida desde el año 2013 por el Biólogo Luis Orlando Marulanda, para proteger la biodiversidad y garantizar la tranquilidad de este entorno, en el que existe una serie de reglas establecidas que todos sus visitantes deben cumplir.
Su nombre se debe a que brinda el espacio ideal para hacer avistamiento del Gallito de Roca Andino, una emblemática ave que se destaca por el color de su plumaje: los machos exhiben tonos intensos como el naranja y el rojo, mientras que las hembras, en cambio, presentan tonos más discretos, como marrones y grises, que les permiten camuflarse mejor en su entorno.
Otra característica distintiva de esta especia es la prominente cresta semicircular de los machos, la cual usan en sus rituales de cortejo para atraer a las hembras. Su comportamiento es otro aspecto que los convierte en una especie de ave interesante por descubrir, pues para atraer a las hembras, los gallitos de rocas se reúnen en áreas llamadas leks, donde realizan despliegues llamativos para ganarse su atención.
En cuanto a las hembras, se diferencian de otras aves porque construyen nidos en cavidades rocosas, utilizando lodo y vegetación para proteger a sus crías, lo que resalta la importancia de esta especie en la biodiversidad tropical.
Además de Colombia, los gallitos de rocas habitan en los bosques húmedos de montaña, principalmente en Perú, Ecuador y Venezuela. No obstante, para conocerlos en el país, solo se debe visitar la Reserva Natural Jardín de Rocas, un espacio rodeado de naturaleza, con jardines y áreas tranquilas para disfrutar del entorno.
Este lugar no solo es hogar de más de 30 especies de aves, sino que también ofrece actividades como disfrutar de un café local, leer guías de aves, comprar souvenirs, caminar por jardines llenos de mariposas e insectos, y participar en talleres educativos.