Villavicencio, más conocida como la puerta al llano colombiano, es uno de los destinos favoritos de los amantes de la naturaleza, ya que al ser un lugar casi 90% plano ofrece hermosos paisajes, en especial en la puesta de sol. Además, la ciudad está rodeada de lugares mágicos que le permiten a propios y turistas vivir experiencias únicas.
Uno de los planes recomendados para disfrutar del llano es hacer rafting por el cañón del Río Güejar, para enlistarse a este plan lo primero que se debe hacer es tomar un bus desde Villavicencio hasta el parque principal del municipio de Mesetas.
En el parque, por lo general, hay un grupo de guías, quienes se encargan de explicarle a los visitantes los planes ecoturísticos del sector. Aquellos que deciden embarcarse hacen un recorrido de unos 17 kilómetros y en el camino se encuentran con formaciones rocosas y caídas de agua. Además, los visitantes a mitad de camino pueden observar el ‘titanic’ del llano, una imponente formación rocosa muy similar al famoso barco.
Otro plan imperdible es la visita al Paraíso de las Cascadas cerca a Villavicencio, en el mismo municipio de Mesetas se realiza esta actividad, y para participar se debe caminar por un sendero que lleva hasta las cascadas de Pelton, los amantes de la aventura pueden internar hacer canyoning descendiendo de un camino de unos 100 metros.
El recorrido no termina ahí, pues se deberá seguir para llegar a la cascada Caracas que cuenta con hermosas cuevas y agua cristalina; después de un descanso, el camino lleva a los visitantes hasta la cascada el Santuario, llamada así por encontrarse oculta entre las rocas; finalmente, el recorrido llega hasta el mirador Sierra Mágica, donde las personas pueden disfrutar de uno de los paisajes más hermosos de Colombia.
A la lista de cosas por hacer se debe sumar la visita a un glamplig en el municipio de Lejanías, donde se puede visitar la cascada Maravillas del Amor, un plan ideal para hacer en pareja y para conectarse con la naturaleza. Durante el recorrido, se podrá disfrutar de las maravillas del llano, e incluso muchos dejan su huella al sembrar un árbol.