Un escenario con la forma del símbolo de la feminidad; las banderas de Puerto Rico y Estados Unidos en un mismo lienzo; niñas dentro de jaulas reflejando el horror de las políticas anti migratorias de Donald Trump; un mix de ‘Born in the USA’ y ‘Let’s Get Loud’: ¡todo el half time Show del Super Bowl 2020 dominado por el Poder Latino por primera vez en la historia! En un show, el concepto es el engranaje del mensaje, el cimiento sobre el que se construye la propuesta artística para transmitir algo a la audiencia. Con su show, Jennifer Lopez y Shakira enviaron un mensaje contundente al mundo sobre lo que está pasando hoy con los migrantes latinos en Estados Unidos. Y también sobre la imparable revaloración del papel de la mujer en el Siglo 21. Si se tiene en cuenta que el Super Bowl es el programa de televisión con la mayor audiencia y la inversión publicitaria más grande del mundo, y que por tanto su desarrollo es vigilado celosamente por la Casa Blanca, es justo valorar lo que hicieron JLo y Shakira como un acto político de rebeldía y valentía. Sobre todo en el contexto de una campaña política por la Presidencia que empieza a calentarse cada vez más, y en la que el asunto de la migración latina tiene un enorme peso. Algo radicalmente distinto de lo que hicieron en su momento Maroon 5, Katy Perry, Lady Gaga o Michael Jackson, quienes se dedicaron básicamente a crear euforia desde la forma, desde la experiencia del espectáculo, sin hacer mayor énfasis en el fondo, en el contenido. Esta fue una puesta en escena basada totalmente en un concepto político: milimétricamente planeada, extraordinariamente ejecutada, absolutamente fantástica en su conjunto. Y no fueron pocos, ni leves, los mensajes enviados. Cuando JLo gritó “¡Latinos!”, no solo lanzaba una expresión. Literalmente, el escenario del show deportivo más cercano al corazón de la Norteamérica blanca y conservadora, que conforma la base electoral de Donald Trump, estaba inundado de latinos.

No solo eso: por primera vez el Halftime del Súper Bowl tuvo cuatro súper estrellas del espectáculo salidas de las entrañas de Latinoamérica (Shakira, JLo, J Balvin y Bad Bunny). Y por primera vez, dos mujeres hicieron el show central, en el país que dio origen al poderoso movimiento del #MeToo.

Cuando en el escenario se iluminaron decenas de jaulas blancas, con niñas adentro, fue inevitable que muchos estadounidenses recordaran la dolorosa portada de la revista Time con la imagen de una niña latina llorando, mientras es separada de sus padres por agentes de migración. A renglón seguido vino otro golpe contundente: después de salir cubierta con un gigantesco abrigo que entrelazaba las banderas de Estados Unidos y Puerto Rico, JLo cantó con Emme Muñiz, la hija que tuvo con la estrella de la salsa Marc Anthony.

Y no cantaron cualquier cosa: 'Born in the USA', quizá la más reconocida canción del 'Jefe', Bruce Springsteen, es un himno del alma estadounidense. Pero ambas lo fusionaron a 'Let's Get Loud', ese otro himno que 'JLo' lanzó en su álbum debut, y que hace un llamado contundente a la rebeldía de la comunidad latina en suelo estadounidense: "¡Vamos a hacer ruido!". Simbolismo puro y duro frente a la crítica situación de los 'Dreamers', esa generación de 700.000 migrantes indocumentados que nacieron en suelo gringo y hoy sufren el terror a una posible deportación. Shakira vino a complementar la escena con 'sketchs' de orgullo colombiano: después de lanzar en la guitarra eléctrica un guiño a Led Zeppelin, bailó champeta y le mostró al mundo la graciosa mueca que caracteriza la danza 'Son de negros', en el Carnaval de Barranquilla.

Le puede interesar: "Los latinos hemos hecho historia esta noche", dijo Shakira Para cerrar, JLo se despidió con el ritmo frenético de la salsa caleña, de la mano de 24 bailarines de Salsa salidos de las barriadas de Cali y unidos en esa hermandad que Luis Eduardo Hernández 'El Mulato' creó con el nombre de 'Swing Latino'. Hay quienes dicen que en el Mainstream de la industria del entretenimiento no hay cabida para cuestionar y solo prima lo superficial. No les falta razón. Pero momentos como el vivido en el Súper Bowl 2020 reafirman la idea fundamental de que el arte, incluso en sus expresiones más comerciales, es un poderoso instrumento para tocar y mover la voluntad humana. Y en estos tiempos de miedo, persecución, desesperanza y desamparo, el mundo necesita la fuerza gigante de los que parecen más débiles. El show de JLo y Shakira no se trató solo de cantar, bailar y brillar. Se trató, ante todo, de fijar una posición en defensa del pueblo latino.

Y saber que un grupo de caleños hizo parte de ello, es una razón para sentirnos orgullosos de nuestra ciudad, sus frutos y su inimitable esencia.

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