Este sábado terminó la audiencia para legalizar la captura de Jefferson Marcial Angulo Quiñones y Juan Carlos Loaiza Ocampo, dos de los tres presuntos responsables de la masacre perpetrada en el barrio Llano Verde, el pasado 11 de agosto.

El juez de control de garantías aceptó la solicitud del fiscal que lleva la investigación por lo que ambos permanecerán detenidos hasta que concluya el procedimiento legal. Los acusan de los delitos de homicidio agravado, porte y tráfico de armas.

En la diligencia la Fiscalía entregó su versión del asesinato de cinco menores, cuyos cuerpos fueron hallados en un cañaduzal del oriente de Cali. Angulo Quiñones y Loaiza Ocampo reconocieron su participación en los hechos, pero afirman que quien disparó contra los niños fue Gabriel Alejandro Bejarano, aún prófugo, y no aceptaron los cargos.

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Según el fiscal asignado los tres "les quitaron a los menores unos cuchillos que usaban para cortar la caña que estaban comiendo y procedieron a intimidarlos con arma de fuego. Los amenazan, les disparan y abandonan los cuerpos en el lugar", detalló la Fiscalía que también considera el crimen como un acto de intolerancia.

En medio de la audiencia también se conoció que los hoy detenidos no hacen parte de la seguridad privada del predio donde se encontraron los cuerpos, como informó inicialmente el fiscal Francisco Barbosa.

En realidad, y según la defensa de una de las familias de las víctimas, están contratados por una compañía bumanguesa para transporte logístico que además ofrece servicios de seguridad y adelanta trabajos en el sector del Jarillón.

La Fiscalía hizo la solicitud señalando toda la evidencia recolectada y la gravedad de los hechos en medio de los que asesinaron a los menores. Argumentan que lo anterior implica que estas personas son un peligro para la comunidad y que, de ser puestos en libertad, buscarían el entorpecimiento del caso.

Detallaron que ambos intentaron evadir a las autoridades durante su captura: mientras Angulo Quiñonez saltó desde un tercer piso y huyó corriendo por varias cuadras en el oriente de Cali, Loaiza Ocampo intentó escapar por una de las ventanas del inmueble donde estaba.

A su vez, el procurador Henry Díaz consideró que la petición de la Fiscalía estaba plenamente justificada.