El secuestro de los 12 diputados del Valle del Cauca perpetrado por las Fuerzas Armadas revolucionarias de Colombia (FARC) ha sido uno de los actos delictivos que más han estremecido al país y que se perpetró en la ciudad de Cali el 11 de abril de 2002.
Este hecho se recuerda hoy, dado que inteligencia militar hizo algunas advertencias de que las disidencias de las Farc estarían planeando un acto similar.
¿Cómo sucedió?
Como una película de ficción, los guerrilleros se infiltraron disfrazados de miembros del ejército colombiano y tomaron por sorpresa el edificio de la Asamblea Departamental, ubicada en la Carrera 6 entre calles 9 y 10, en pleno centro de la ciudad y detrás de la Gobernación del Valle. En ese momento de la mañana los secuestradores neutralizaron a los policías presentes y procedieron al secuestro de los diputados.
En un bus fueron montados los diputados y que hasta el momento no tenían conocimiento que estaban secuestrados, solo hasta un trayecto llegando a las montañas, se les dijo que estaban siendo retenidos por las Farc. En videos grabados por el grupo armado, se nota la angustia y el clamor de los diputados ante su tragedia.
El objetivo de las Farc era presionar al gobierno nacional, en cabeza del expresidente Andrés Pastrana, para negociar un acuerdo humanitario, buscando intercambiar a los políticos secuestrados por guerrilleros presos. Sin embargo, la tragedia se desencadenó cinco años después, el 18 de junio de 2007, cuando once de los doce diputados fueron asesinados por sus captores al ser confundidos con efectivos del ejército colombiano.
Este trágico suceso ocurrió en medio de clamores de la sociedad colombiana por un acuerdo humanitario que permitiera la liberación de los políticos secuestrados.
Un secuestro inesperado
La operación de secuestro fue meticulosamente planeada por las Farc, quienes entrenaron a un comando especial para llevar a cabo esta acción. Tras el secuestro, los guerrilleros trasladaron a los diputados por un camino que pasa por el zoológico de Cali, luego fueron conducidos por trochas hacía los Farallones de Cali, la rápida reacción del ejército y la policía comenzaron a establecer cercos militares para presionar la liberación de los rehenes, y hasta altas horas de la noche se podía observar como helicópteros atacaban a los insurgentes.
El trágico episodio que marcó la muerte de los once diputados del Valle se desencadenó después de una serie de mensajes de supervivencia enviados por los secuestradores y difundidos por las Farc el 28 de junio de 2007. La organización anunció la fatal noticia, alegando un enfrentamiento con un grupo no identificado que atacó el campamento donde se encontraban los diputados.
El gobierno colombiano, en cabeza del expresidente Álvaro Uribe, lamentó esta situación y negó haber realizado cualquier operativo militar de rescate y responsabilizó directamente a las Farc por el asesinato de los 11 diputados.
Posteriormente, las propias Farc admitieron en un comunicado interno que los diputados habían sido asesinados por orden de los comandantes Pablo Catatumbo y Alfonso Cano, calificando el hecho como una “falla de seguridad” interna.
Los detalles de este oscuro suceso se revelaron más tarde a través de información encontrada en los computadores del jefe guerrillero Raúl Reyes después de su muerte. Se especuló sobre un intento de rescate por parte de paramilitares, supuestamente con ayuda del gobierno colombiano, que habría desencadenado el fatal desenlace.
Liberación del último diputado
A pesar de la tragedia, un rayo de esperanza surgió con la liberación del diputado Sigifredo López en una operación de rescate humanitario el 5 de febrero de 2009. Sin embargo, este evento deja una profunda cicatriz en la historia de Colombia, evidenciando la violencia y la complejidad del conflicto armado en el país.
Años después, López fue acusado por la Fiscalía General de la Nación de varios cargos relacionados con el incidente, pero fue puesto en libertad en agosto de 2012 debido a la falta de pruebas en su contra, poniendo fin a una larga y dolorosa saga para él y las familias de las víctimas.