Por esa tradición de cultura y arte que rodea a Roldanillo, que empezó con los versos de su poeta Carlos Villafañe y se selló con esa impronta que le dejó el Maestro Ómar Rayo con su museo internacional, y con el Encuentro de Mujeres Poetas que lidera su esposa, Águeda Pizarro, este municipio del centro del Valle es el primer Pueblo Mágico de la región y de Colombia.
“La tierra del alma”, como es conocido Roldanillo, ganó la primera convocatoria realizada por la Gobernación del Valle, para ser beneficiaria de ‘Pueblos Mágicos’, iniciativa de promoción turística que busca potencializar y fortalecer la identidad local e invitar a los turistas y visitantes a quedarse a ‘pueblear’ y disfrutar de su encanto.
Juan José Madrid, secretario general del Museo Rayo, explica que Roldanillo ganó el primer lugar con un concepto que proyecta a esta localidad como un museo a cielo abierto, al aire libre. “No es un pueblo con un museo, sino un museo alrededor de un pueblo”, afirma.
De ahí que como el programa Pueblos Mágicos busca embellecer las plazas principales, se pintaron las fachadas de las casas, que eligió cada propietario, según la paleta de colores dominante en las obras del artista natal, Ómar Rayo, quien le dio la identidad cultural, artística, pictórica a Roldanillo.
Como también eligió una opción de color para decorar la parte superior, con una de cuatro cenefas inspiradas en los intaglios que inmortalizaron a Rayo.
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Enmarcada en esta apuesta cultural, en cada fachada se instaló una urna tipo eucol que exhibe obras de arte, muestra itinerante y rotativa cada seis meses. Los artistas seleccionados para este semestre fueron Ómar Rayo, Lucy Tejada, Pedro Alcántara y Diego Pombo, cuyas obras enlucen las casas de Roldanillo, con la curaduría de Miguel González.
“Todos están felices con el proyecto y ahora todos quieren tener la cenefa de Rayo en sus casas y es lo que se busca, que todos se contagien de esa vocación por el arte, la pintura y la cultura”, apunta Madrid.
Para resaltar la devoción literaria de Roldanillo, la calle de los poetas no fue pintada, sino que contiene poesía de Villafañe, Eustaquio Palacios, Águeda Pizarro y otros vates de la comarca.
Pero además de la vocación cultural, “la tierra del alma” ha sido bendecida con otros atractivos turísticos, como es su topografía y clima ideal para la práctica de deportes como el parapentismo.
Por ello, Roldanillo fue elegido por segundo año consecutivo por la Federación Británica de Parapentismo para “sacar de su país el campeonato mundial de este deporte y realizarlo en este pueblo mágico del Valle, y que nos den esa preferencia es muy importante para nosotros”, explica la secretaria de cultura y turismo, Alexandra Vaca.
Así que del 18 al 25 de enero, 130 pilotos de alto nivel provenientes de 27 países, volarán entre las verdes montañas y cielo azul de ‘Roldayork’, como le decía Rayo. Y desde este domingo 5 al 12 de enero, otros 58 pilotos estarán en el DGD Open, una competencia académica de fogueo.
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“Este mes de enero es un carnaval de la alegría, seguimos de celebración con estos campeonatos de parapentismo de talla internacional; del 28 de enero al 1 de febrero es la Feria Agroindustrial y Equina, y la exposición de arte y cultura a cielo abierto”, destaca la funcionaria.
Esto, además del equipamiento hotelero, logístico y de restaurantes con buena oferta gastronómica que ha desarrollado Roldanillo, y atractivos como cascadas de agua a 20 minutos en zona montañosa, hitos religiosos o sitios de rumba, sumaron para la máxima puntuación de Pueblo Mágico, afirma Alexandra, ratificada por el entrante alcalde, Jorge Mario Escarria, tras su labor con el saliente, Jaime Ríos.
Ginebra, un oasis de tranquilidad
Ginebra tiene identidad, tiene historias qué contar, es una sociedad construida en un remanso de tranquilidad, distante de la dinámica comercial de la vía Panamericana. Y no es un pueblo cualquiera, no fue improvisado, sino que fue planificado y trazado por los dueños de la tierra. Y un sacerdote suizo la bautizó Ginebra, en alusión a la ciudad del pie de los Alpes.
Estas son algunas ventajas de este municipio, posicionado como destino cultural por su Festival Internacional de Música Colombiana Mono Núñez. De ser apetecido como ruta gastronómica por su oferta de restaurantes que preparan el tradicional sancocho de gallina en fogón de leña. Y ahora se proyecta como ‘Ginebra, Jardín Botánico, Musical y Gastronómico’, por ser la localidad con mayor población arbórea del Valle del Cauca por casa.
Tantas virtudes juntas las sintetizó Julián Solano y un equipo de trabajo que dispuso el alcalde saliente, John Jairo Aragón, en la propuesta con la cual Ginebra fue el segundo ganador de la convocatoria de la Gobernación del Valle de Pueblos Mágicos.
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La iniciativa consiste en desarrollar todo el potencial turístico de las poblaciones de menos de 50.000 habitantes. Y Solano, un ginebrino que para variar es músico, además de magister en educación y desarrollo comunitario, sostiene que “Ginebra ya es un pueblo mágico por naturaleza”.
“Ginebra tiene el encanto de que no queda a la orilla de la Panamericana, donde hay movilidad comercial, pero no hay movilidad turística”, dice Solano, coordinador de la Fundación Canto por la vida, de la Escuela de Música de Ginebra y de la Mesa de Participación Ciudadana.
Añade que como pueblo planificado, entre casa y casa hay 17 metros y en todas hay árboles, incluso, en algunas hay hasta ocho. Eso la convierte en una reserva de oxígeno que atrae visitantes.
Para completar, Ginebra es un oasis de tranquilidad, donde si un ginebrino deja la bicicleta olvidada en el parque, se la llevan a la casa. “Este es un pueblo muy sano, sus índices de seguridad son muy altos, tiene principios de buen vivir porque todavía es comarca”, sentencia Solano.
Con el premio, la Gobernación del Valle hizo la primera fase consistente en una intervención estética: pintaron las fachadas de las casas y hasta la iglesia, con los colores de la naturaleza: verdes, tonos madera y rojo por las flores; sus puertas las enlucen guitarras, bandolas o tiples, y pusieron materas en los balcones con la uñae’gato, una planta que se adhiere a las paredes y cambiaron los avisos comerciales de los establecimientos por unos de estilo más tradicional, explica Paola Tascón, jefe de Desarrollo Social de Ginebra.
En el parque principal domina el color verde de los árboles, se sembraron jardines, los muros se pintaron de verde, como la iglesia, se construyó un mirador para observar atardeceres y se instalaron ‘hoteles para insectos’, unas cajitas de madera, de tal forma que todo sea más agradable para el visitante y éste quiera quedarse en el pueblo para vivir una experiencia más turística.
Lo importante es que toda la comunidad está comprometida en la realización del proyecto, incluso los niños, niñas y adolescentes de los colegios que integran la mesa de participación ciudadana, que hicieron el censo arbóreo.
Para Luz Amparo Osorio, beneficiaria del programa, “es un proyecto muy bonito e interesante, se espera que lleguen más visitantes que vienen a conocer lo nuevo, lo diferente, y siguen más proyectos turísticos. Por ejemplo, el alumbrado navideño estuvo mucho más bonito que en municipios aledaños y eso atrajo mucho turista”, comenta esta sevillana adoptada hace 40 años por Ginebra, donde alquila carpas y sillas y vende licores para eventos.
Ojalá la segunda fase no se demore, que consiste en peatonalizar el carril próximo a las casas y dejar el otro carril vehicular, en dos vías frente al parque principal, para que los visitantes puedan disfrutar más del entorno y “que eso no se convierta en parqueadero de carros”, sostiene Julián Solano.
¿Qué son los Pueblos Mágicos?
Pueblos Mágicos es un proyecto de intervención y renovación urbana, en cuya convocatoria participaron cuatro municipios y ganaron Roldanillo y Ginebra. “Pueblos Mágicos busca incentivar no solo que los turistas internacionales visiten esos municipios, sino que los vallecaucanos y los colombianos vayan a ‘pueblear’”, dice Julián Felipe Franco, secretario de turismo del Valle.
“Por ejemplo, a Ginebra iba la gente a almorzar, pero no se quedaba activando la economía. Para ello, se hizo una intervención conceptual resaltando la identidad, la cultura y los atractivos de cada pueblo, y de acuerdo con la vocación que tienen, hacer un concepto diferenciado que lo convierta en un destino distinto”, argumenta.
El objetivo es atraer visitantes y llevar al Valle al lugar que se merece como territorio con un potencial bastante fuerte en turismo. “El proyecto incentiva el turismo y genera una derrama económica y de bienestar en estos territorios; esa es la intención, que genere oportunidades a las comunidades locales para evitar desplazamientos (a grandes urbes), que puedan ser productivas y se genere empleo porque a mayor empleo, mayor prosperidad y mayor bienestar social”, concluye Julián Franco.
Proyecto de México
Pueblos Mágicos es una iniciativa que la Gobernación del Valle trabajó desde 2017 con el Gobierno de México, que la implementó en ese país hace 18 años, dijo Julián Franco, Secretario de Turismo del Valle.
En Roldanillo y en Ginebra, se instaló un punto de información turística, PIT, donde el visitante recibe la oferta turística, de ese epicentro urbano y resto del departamento. Ya hay una red de 10 PIT en el Valle.
La inversión para Pueblos Mágicos fue de $1200 millones.
La segunda fase en Ginebra y Roldanillo será peatonalizar una parte de ese epicentro. “Tenemos que entender que el turismo se hace caminando, y donde no hay problemas de movilidad, una calle de cuatro carriles, podemos peatonalizar dos carriles; en otros casos, puede ser todo”, dijo Franco.
La tercera fase incluye obras de infraestructura como subterranizar los cableados que generan obstáculos visuales.
A la par, se evaluará qué otros municipios pueden aplicar a Pueblos Mágicos y llegar a un tope de siete u ocho. En los demás, se harán otros programas, como una ruta industrial, a un ingenio o a la Industria de Licores del Valle.
“Entre más actividades y oferta turística tengamos, vamos a ser más competitivos en este sector”, concluyó Franco.