En un comunicado alarmante, la banda delincuencial autodenominada Los Cancerberos lanzó amenazas dirigidas a cinco uniformados y una patrullera de la Policía en Tuluá, Valle del Cauca.
En el mensaje difundido, la banda señaló a estos agentes como colaboradores de La Oficina, un grupo armado que, según ellos, controla la zona.
En el texto, Los Cancerberos acusan a los uniformados de recibir sobornos y sueldos por parte de la mencionada organización criminal, lo que ha despertado una fuerte preocupación entre las autoridades locales y la población.
En sus declaraciones, Los Cancerberos advierten que estos agentes deben abandonar el territorio que consideran bajo su control o enfrentarán graves consecuencias. El grupo armado los amenaza con convertirlos en “objetivo militar”, lo que pone en grave riesgo su integridad y vida.
El comunicado no solo expone la tensión y la violencia existente en la región, sino que también deja al descubierto la presencia y operación de bandas criminales que buscan mantener el control y expandir su influencia a través del miedo y la intimidación.
Es importante destacar que la situación de inseguridad en Tuluá ha sido motivo de preocupación para las autoridades y los ciudadanos. Las amenazas hacia los uniformados resaltan la complejidad del panorama de seguridad en la zona y la necesidad de tomar acciones contundentes para enfrentar a estos grupos delincuenciales.
También amenazaron a periodistas
En un preocupante episodio, la banda delincuencial autodenominada Los Cancerberos ha lanzado amenazas a siete comunicadores en Tuluá. Los panfletos intimidantes fueron entregados personalmente o a través de WhatsApp, y exigían a los periodistas que divulgaran los comunicados de la banda o enfrentarían graves consecuencias.
La Fundación para la Libertad de Prensa (Flip) alertó sobre estas amenazas y resaltó que esta situación agrava la ya delicada situación de la prensa que cubre asuntos de interés público en el municipio. La entidad subrayó la necesidad de proteger a los periodistas que enfrentan este tipo de intimidaciones y presiones mientras realizan su labor informativa.
La relación entre el crimen organizado y los medios de comunicación en Tuluá es preocupante, ya que estas amenazas se suman a otros incidentes de violencia y presiones que han afectado a la prensa en la región. En los últimos dos años, la Flip ha registrado seis amenazas, un caso de exilio y el trágico asesinato del periodista Marcos Efraín Montalvo, lo que demuestra el ambiente hostil y peligroso en el que trabajan los comunicadores.
El panfleto de Los Cancerberos advierte que aquellos periodistas que no cumplan con sus demandas serán considerados “objetivo militar” del grupo armado, lo que ha llevado a una situación de incertidumbre y miedo entre los comunicadores.
Además, se ha informado que la candidatura de Gustavo Vélez a la Alcaldía de Tuluá ha desencadenado una serie de amenazas no solo contra los periodistas, sino también contra aquellos que apoyan al político en la contienda electoral. El mensaje amenazante proviene de la estructura delincuencial conocida como La Oficina de Tuluá, y advierte a los colaboradores de Vélez que serán considerados objetivos militares.
Ante este clima de intimidación y violencia, el candidato Gustavo Vélez se ha visto obligado a cancelar una rueda de prensa programada. Su equipo señaló que la decisión se tomó para proteger su integridad y la de su equipo de trabajo, debido al clima de presiones y mensajes intimidantes que buscan afectar el proceso democrático en el municipio.
Asesinado un policía en Tuluá
El terrible suceso ocurrió en el corregimiento de Tres Esquinas, mientras el uniformado se encontraba de vacaciones.
El fatídico incidente tuvo lugar alrededor de las 2:30 p. m. del miércoles 26 de julio, cuando el agente, que se encontraba de descanso, viajaba en su motocicleta. Según el reporte del Departamento de Policía del Valle del Cauca, el miembro de la Fuerza Pública fue víctima de un ataque con arma de fuego.
Es importante resaltar que el policía, identificado como José Antonio Sánchez Girón, tenía una destacada trayectoria de servicio de 11 años en la Policía Antinarcóticos. Sin embargo, se supo que había solicitado su retiro de la institución antes del trágico suceso.