De las casi 2,2 millones de hectáreas de suelo que tiene el Valle del Cauca, 400.000 presentan un estado de erosión, que pone en riego la salud del ecosistema del departamento.
Esto quiere decir que existe un desgaste del suelo provocado por prácticas como el monocultivo, la sobreutulización de la tierra, la minería, la deforestación, entre otras, lo que genera problemas de infertilidad en la tierra, asimismo, deslizamientos, contaminación del agua para el consumo humano y en el peor casos, llega a la desertificación (tierras inicialmente fértiles que se convierten en desierto).
El reporte fue dado a conocer en el marco del Tercer Encuentro Nacional por los Suelos de Colombia, ‘Con los Pies en el Suelo’, que concluye hoy en la Universidad Autónoma de Occidente.
Según Claudia Martínez, profesional de la Corporación Autónoma Regional del Valle del Cauca, CVC, en el departamento ya se registran terrenos donde no se dan algunos cultivos y donde la tierra está perdiendo sus propiedades y capacidades de proteger su ecosistema. Estos casos se presentan de manera crítica, en municipios como Dagua, Restrepo, La Cumbre y Darién.
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“Aquí encontramos sectores sin ningún tipo de vegetación, lugares donde la única alternativa de recuperación del suelo es el aislamiento, es decir, la esperanza de que el terreno se recupere solo de manera natural”, explicó la experta, quien también señaló que en el Valle del Cauca existen 600.000 hectáreas con niveles de salinidad, un estado de la tierra que afecta la diversidad de la vegetación y la debida purificación del agua que consumimos.
40%
del suelo del área nacional está afectada por algún tipo de erosión.
3.3
millones de hectáreas del país presenta erosión severa y muy severa.
Para el viceministro de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible, Carlos Arturo Botero, es muy importante empezar a vislumbrar soluciones efectivas y contundentes sobre la preservación del suelo.
“Hay que empezar por entender que el suelo es como la piel del planeta, el que nos garantiza la sostenibilidad del futuro para la seguridad alimentaria. Sin un suelo saludable no hay cultivos, no hay ordenamiento del territorio, no hay purificación del agua, nada”, manifestó el funcionario.
Es por eso que, en marco del Tercer En encuentro Nacional, el vocero dio a conocer las diferentes estrategias que el Ministerio de Ambiente plantea seguir poniendo en marcha para mitigar el deterioro de los suelos del territorio.
Esta labor, encaminada a seguir los lineamientos de la Política para la Gestión Sostenible del Suelo.
Según el Ideam, a través de los ríos, Colombia pierde cada año cerca de 300 millones de toneladas de sedimentos. En su mayoría suelos. Esta degradación quebranta la regulación hídrica.
“Buscamos poder llegar a las comunidades y desarrollar proyectos de educación, capacitación y sensibilización sobre el debido aprovechamiento de los recursos naturales. Asimismo, buscamos garantizar el monitoreo y seguimiento de la calidad de nuestros suelos y el apoyo en la investigación para su preservación, restauración y uso sostenible de las zonas impactadas”, concluyó el funcionario.