Atravesar Colombia de occidente a oriente, entre Buenaventura, en el Valle del Cauca y Puerto Carreño, en el Vichada, no es un sueño nuevo.
Desde hace 90 años se habla del tema y en los mapas nacionales está la ruta 40, que es la transversal Buenaventura-Villavicencio, pasando por la Línea y Bogotá. Sin embargo, a esta fecha no se puede hablar de un corredor completo que fluya en buenas condiciones.
En el Valle el sueño de conectar Buenaventura con la Altillanura ha revivido, a tal punto que autoridades, gremios y congresistas de la región lograron que el proyecto quedara incluido en el Plan Nacional de Desarrollo del presidente Iván Duque.
Esta semana se dio otro paso y Propacífico, con el apoyo del sector privado y la Financiera de Desarrollo Nacional, presentó un estudio de impacto socioeconómico del corredor, que se plantea como una conexión alterna al paso de la Línea.
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El proyecto es de 1490 kms. y atraviesa los departamentos del Valle, Huila, Tolima, Meta y Vichada; de ese largo trayecto, el 25 % ya se encuentra construido, el 18 % está en ejecución (preconstrucción o construcción) y el 57 %,se encuentra en fase de estudios.
Pablo Roda, director de Geonómica Consultores, entidad que realizó el estudio, explicó que el proyecto -que está dividido en ocho tramos- requiere recursos por unos $25 billones en un horizonte de doce años.
Los beneficios
De acuerdo con el estudio de impacto socioeconómico, el desarrollo de la vía permitirá el incremento de la frontera agrícola de Colombia hasta en cuatro millones de hectáreas, para el escenario más optimista, “debido a la facilidad de transportar desde nuevos puntos de la Altillanura hasta Buenaventura y otras zonas del país. En un escenario conservador, el incremento de la frontera agrícola sería de 784.000 hectáreas”, dijo el directivo.
Esto iría acompañado de un proceso de sustitución de importaciones de productos como soya, maíz y arroz, además del impuso a otros cultivos que se han desarrollado en la Altillanura como la caña, la palma de aceite y la ganadería. La sustitución de importaciones le generaría ahorros al país de $1,6 billones al año.
Asimismo, el estudio arrojó que los costos asociados al transporte de una tonelada entre Puerto Carreño y Buenaventura pueden presentar una disminución del 27 %.
En términos económicos, se calcula que se tendrían al año $30.000 millones entre ahorros en tiempos de viaje y reducción de costos de transporte.
“En trece años de beneficios acumulados, una vez el proyecto entre en operación, se recupera la inversión desde el punto de vista socioeconómico. Se generan cuantiosos beneficios para la población del corredor y se crea una reconfiguración del consumo y producción a nivel nacional”, aseguró Pablo Roda.
También habría unos efectos durante la construcción con un impulso a la economía calculado en $32 billones.
Ante este panorama, María Isabel Ulloa, directora de Propacífico, comentó que “estamos convencidos de la importancia para la industria y la agricultura del país de este corredor vial, es un proyecto estratégico que asegura la conexión de Buenaventura con la Altillanura”.
Agregó que los pasos a seguir deben ser continuar con la financiación de cada uno de los tramos en los que está dividido el corredor y la terminación de los estudios de factibilidad que correspondan, según sea el caso.
Asimismo, María Isabel Alvarado, directora de la CCI en el Valle del Cauca, explicó que este es un proyecto a largo plazo que podrá ir avanzando en relación con los tramos que vayan contando con sus respectivos estudios, de ahí la importancia de que la Nación se comprometa.
Por ejemplo, el corredor Pacífico-Orinoquía incluye tres tramos del Valle del Cauca: Buenaventura-Loboguerrero, que está en estructuración para terminar las obras que faltan; Mulaló-Loboguerrero (31,8 kms.), que está financiado y contratado, pero no ha arrancado por la falta de licencia ambiental y el paso por Florida-Ruta 45 con 140,8 kms., que ya cuenta con estudios de prefactibilidad que fueron entregados al Invías en diciembre de 2019. El sector de Mulaló-Florida, de 62 kms., está construido y su mantenimiento estará a cargo de la nueva malla vial del departamento.
Sobre el tema el representante a la Cámara Juan Fernando Reyes Kuri, líder de la Comisión Pacífico-Orinoquía, afirmó que ahora más que nunca se hace necesario sacar este proyecto adelante. “Se deben priorizar los recursos, sabemos que es costoso para el país pero trae beneficios impresionantes para el futuro de la Nación”, dijo.
Por eso hizo un llamado al Gobierno para que los trámites como consultas, licencias ambientales, estudios, continúen con celeridad.
Durante la presentación de los estudios de este corredor, la vicepresidenta Martha Lucía Ramírez aseguró que “este es un proyecto que lo necesita Colombia. Hay que sacarlo adelante y requiere una gran coordinación interinstitucional y con el Congreso, necesitamos a las bancadas que han trabajado en el tema”.
Según la Vicepresidenta, el proyecto muestra una oportunidad de reconfiguración de la economía para explotar no solo el potencial agroindustrial, darle desarrollo al Pacífico y ampliar la capacidad económica del Pacífico.
Los otros tramos
El corredor, después de pasar por el Valle sigue al Tolima por la vía Colombia–La Uribe (65 kms). Los estudios de prefactibilidad fueron adjudicados en diciembre de 2019.
La ruta sigue hacia Mesetas, este año se reactivó el contrato para pavimentar parte de esa vía. Pasando al Meta está la ruta Mesetas-Puerto Gaitán, que está construida y en proceso de mejoramiento.
Esta carretera se conecta con Puerto Gaitán–Puente Arimena (69 kms), sector que ya tiene un contrato suscrito y en marcha. El tramo final es el más largo, con 659 kms. entre Puente Arimena y Puerto Carreño, en el Vichada, y en su mayoría está en etapa de estudios.
Aunque la apuesta es grande, los beneficios del proyecto, según la firma Geonómica, superan en un 96 % los costos de su inversión, operación y mantenimiento.
Impulso al desarrollo
Clara Leticia Serrano, directora Asorinoquia, considera que consolidar el corredor Buenaventura-Puerto Carreño permitirá el aprovechamiento de las áreas aptas para agricultura y ganadería en la Altillanura.
“El Meta tiene una frontera agrícola de 4,2 millones de hectáreas y usa el 12 %; el Vichada tiene 4,7 millones de hectáreas y solo usa el 1 %, mientras que el Valle del Cauca usa el 50 %”.
Agregó que la Orinoquía contribuye al 74% de la producción de petróleo del país, tiene el 42 % del área sembrada en palma de aceite y el 11,8 % del cacao del país. Además tiene el 56 % del área sembrada de caucho y el 22,4 %.
“Tenemos el potencial de convertirnos en la despensa alimentaria, por lo tanto promover este desarrollo es trabajar por la seguridad alimentaria de Colombia y el mundo. La conexión entre el Pacífico y la Orinoquía impulsará el desarrollo agroindustrial y fomentará el crecimiento económico”.