En huelga de hambre se declaró, este lunes, un interno del patio de alta seguridad de la Penitenciaría de Palmira, para exigir una mejor atención frente a los casos positivos que se estarían presentando al interior del centro carcelario.
Sebal Castillo Ceballos, quien paga una condena de 40 años por los delitos de secuestro extorsivo y agravado, aseguró que tomó la decisión porque no se estaría "tomando con seriedad" la alta circulación del virus en la cárcel que ha hecho que la enfermedad se propague rápidamente en casi todo el establecimiento penitenciario.
"Hasta el momento lo único que ha dicho la Directora es que tengamos fe, pero no nos da una solución real. Cuando alguien se enferma llevan una enfermera que, además, se enoja. Si a esto no se le presta la debida atención, ni la seriedad que amerita, van a haber muertos. Por eso, si no se sienta un precedente con la huelga de hambre, no se va a visibilizar esta problemática", sostuvo.
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Para Castillo, el manejo que le están dando a la enfermedad, es como si disimuladamente le aplicaran la pena de muerte a la población privada de la libertad.
"Cuando presentamos alguna maluquera debemos recurrir a los medicamentos que tenemos a la mano o que algún compañero nos regala, pero son el Inpec o el Estado, los que deben garantizarnos la prestación del servicio en salud, al igual que los medicamentos. Por ese motivo es que yo entro en huelga de hambre", insistió.
Acusó de complicidad a los jueces de ejecución de penas, la Defensoría, Procuraduría, y la Contraloría, porque no se han pronunciado frente a lo que estaría pasando al interior de la penitenciaría.
También calificó de irresponsable al Personero de Palmira, quien luego de realizar una visita al centro carcelario, a mediados de julio, para verificar si había casos confirmados de covid-19, salió a los medios locales a negar los contagios.
"O sea, hasta qué punto quieren tapar esto. Lo que queremos prevenir es que no vaya a haber un muerto, que nos den el tratamiento adecuado y que el Ministerio de Salud en cabeza de la Secretaría de Salud de Palmira haga las pruebas correspondientes para establecer quiénes tienen la enfermedad y quiénes aún no están contagiados para que se tomen las medidas idóneas", subrayó.
Dijo también que, la respuesta de las directivas ante los reclamos de una mejor atención en salud, es quitarles el agua o aislarlos totalmente en las celdas.
"Exigen tapabocas y elementos de bioseguridad, pero no los dan, y si los dan, no son permanentes, entonces hay que ser claros en eso: la irresponsabilidad viene tanto del Estado como del Inpec. Esta cárcel recae sobre la directora y las directivas de este establecimiento".
Y agregó: "La amenaza de ellos es, lo sacamos en remisión, pero a estas alturas de la vida para donde lo saquen a uno es ganancia. De todas formas, a la cárcel donde uno vaya hay coronavirus, o sea que da lo mismo. Es el temor que quieren infundirle a los internos para que no denuncien. Por eso, desde este lunes entro en huelga de hambre y por eso mi familia va a venir a hacer un plantón o huelga de hambre, en la puerta de esta cárcel".
Castillo Ceballos reiteró que se ha guardado un hermético silencio sobre lo que realmente estaría pasando en la cárcel palmirana.
Actualmente se encuentran aislados los patios 1 y 2 y los, los del patio 5 también están dentro de sus celdas, en las que conviven cuatro y hasta cinco internos.
"No nos han dado los elementos de bioseguridad como se debe, porque un tapabocas que es desechable, que debe durar un solo día, tiene uno que tenerlo quince, veinte días y hasta un mes. Sí dan jabón y alcohol en gel, pero no es constante. A eso es lo que me refiero. Si nosotros mismo no tenemos medicamentos, no nos aliviamos porque el Inpec lo que nos proporciona son dos o tres acetaminofén", reiteró.
Enfatizó que cuando reprochan el gran número de internos enfermos, las enfermeras se enojan.
"Esto es una manipulación porque no quieren que la gente se entere de que aquí hay covid-19. No podemos decir a ciencia cierta cuántas personas están contagiadas, pero en este patio, hay unas diez personas graves, casi que postradas en una cama, pero no hacen exámenes. Tenemos el aislamiento dentro de las celdas, donde pernoctan cuatro o cinco personas, pero lo que queremos es que tomen medidas para que esto no avance", precisó.
Entre las exigencias están que la Secretaría de Salud tome pruebas de covid-19 a los internos para determinar quiénes tienen la enfermedad y de esta manera prevenir que aumenten los contagios
Resaltó que las únicas medidas tomadas restringen los derechos de las personas privadas de la
libertad porque no les está permitido salir a la calle, ni siquiera a los que gozan del beneficio de las 72 horas, los cuales, para Castillo, deberían tener detención domiciliaria.
"No dejan salir a nadie, prefieren que la gente se contagie dentro del establecimiento. En todas las cárceles que ha habido la enfermedad lo único que se aplicó fue la ley del garrote o bala. Por eso pienso que es falta de voluntad o una mala intención de que la gente se muera, en la cárcel porque la mayoría de los internos sobreviven a esta pandemia es por sus propios recursos, porque cuando está a punto de fallecer es que lo llevan a un hospital", manifestó.
Castillo Ceballos es el único interno, hasta el momento, declarado en huelga de hambre en la Penitenciaría de Palmira, desde donde anunció que mantendrá su decisión hasta tanto se cumplan sus peticiones como son tomar las pruebas de covid-19 y un trato digno para la población carcelario.