Más allá de la polémica que se presentó el general William Fernando Prieto, comandante de la Tercera Brigada del Ejército, quien anunció en un video que retiraría sus tropas de la zona rural de Jamundí, lo que está ocurriendo en las zonas rurales del municipio es una situación de violencia grave.

De hecho, luego, la institución reculó y manifestó que seguirán haciendo el trabajo de control necesario.

Bajo esta premisa, fuentes consultadas por Semana afirman que el panorama en los corregimientos como San Antonio, Villa Colombia y La Ampudia, día a día se evidencian más casos de violencia y menos presencia de la fuerza pública.

Jamundí, un municipio a solo 20 minutos de Cali, está acorralado por la violencia. | Foto: Juan Carlos Quintero López/AFP.

Frente a esto, “los pobladores de las veredas de San Antonio, La Ampudia y Villa Colombia, mediante una asonada, bloquean el avance de las tropas en el sector oponiéndose al cumplimiento de la misión constitucional. Ante esto, y para evitar cualquier tipo de confrontación con la población y en compañía de la Defensoría del Pueblo, las tropas se retiran del sector”, explicó el brigadier general.

Las palabras del general, que fueron desmentidas por el Ejército no son descabelladas. Precisamente, según Semana, Prieto afirmó que en varias ocasiones la comunidad ha impedido la labor de sus tropas, situación que ha llevado a varios soldados a estar a punto de la confrontación con los civiles.

Sin embargo, un líder social que prefiere mantenerse anónimo habló con el medio de comunicación y afirmó que: “Desde hace tres años sucede lo mismo aquí: a la gente se le obliga a salir y bloquearle el paso al Ejército. Eso es un secreto a voces. ¿Quién los obliga? La columna disidente Jaime Martínez, que es quien opera en esta región”.

Por otro lado, gracias a la fuente consultada por Semana, se puede armar el rompecabezas de la siguiente manera: la columna Jaime Martínez es la única ley en la zona montañosa de Jamundí, dictan las normas sociales y son dueños de los extensos sembradíos de coca.

“También, de los laboratorios y las rutas para sacar la cocaína por la región del Naya hasta Puerto Merizalde, Pacífico vallecaucano, o López de Micay, Pacífico caucano. Con lista en mano, citan a reuniones de los diferentes gremios campesinos y cultivadores de coca y les dan una señal clara: cuando el Ejército quiera incursionar con operaciones fantasmas en la zona, deben salir a bloquear el paso y hacer cordones humanos”, resaltó el medio de comunicación.

Jamundí, sur del Valle del Cauca. | Foto: A.P.I

Ante esto, las Fuerzas Militares pierden toda posibilidad de maniobra. “Aquí no es que la gente quiera participar, es que le toca. No son gratis los recientes asesinatos de presidentes de Juntas de Acción Comunal, líderes campesinos y gremiales… Los han matado porque en algún momento les dijeron que no a las disidencias. Entonces, al ver eso, la gente no quiere repetir tragedias”, reseña uno de los líderes de la zona rural alta de Jamundí.

En conclusión, según Semana la disidencia Jaime Martínez se dio cuenta de que es más efectivo obligar a los cordones humanos que enfrascarse en un tiroteo de horas con el Ejército. La población es puesta como carne de cañón en una línea de confrontación invisible.

Frente a esto, el alcalde de Jamundí, Andrés Felipe Ramírez, a través de twitter respondió que “no es cierto que las tropas se hayan retirado, estamos trabajando actualmente con Policía, Ejército, Secretaría de Gobierno municipal y Secretaría de Seguridad departamental”.

Además, el funcionario anotó desde su gobierno se ha trabajado con el Ministerio de Justicia y con Néstor Osuna, ministro de Justicia y del Derecho de Colombia, para declarar a Jamundí zona PDET o PNIS y tener las herramientas que permitan intervenir de manera integral la problemática en nuestra zona rural. “Tenemos toda la esperanza puesta en este nuevo enfoque de lucha contra los cultivos de uso ilícito”, precisó.

Y por último, Ramírez ejemplificó diversidad de programas que han llevado acabo desde su gobierno para fortalecer la seguridad. “En San Antonio y La Meseta tenemos el primer programa colaborativo del país de Pago por Servicios Ambientales donde la administración le paga directamente a los habitantes de la zona rural para el cuidado de los ecosistemas y la prevención de la deforestación”, precisó.

Datos de interés

La columna Jaime Martínez, antes liderada por alias Mayimbú, es uno de los bloques más sangrientos del Comando Organizador de Occidente, la unión criminal de los ex-Farc que nunca se acogieron al proceso de paz y cuya cabeza visible es Iván Mordisco.

Operan en todo el cordón noroccidental del Cauca y el sur del Valle del Cauca. Los municipios con mayor presencia son Suárez, Buenos Aires, Timba y Jamundí. Allí lo controlan todo: desde quienes entran y salen hasta los horarios para transitar y las formas como se puede cultivar.

Ni las autoridades locales pueden hacer presencia en zonas vetadas por este grupo. Por ejemplo, a la zona rural alta de Jamundí no pueden llegar muchos funcionarios de la Alcaldía. El problema de violencia en ese municipio va mucho más allá de una administración municipal y regional. Es un monstruo de mil cabezas que, incluso, amenaza con sobrepasar a las entidades del orden nacional.

Jamundí está a escasos 20 minutos de Cali. En las faldas de la tercera ciudad más importante de Colombia, se presenta el crecimiento de cultivos más grande del país. | Foto: Juan Carlos Quintero Lopez

“En el 2016, luego de la firma del proceso tuvimos unos meses de mucha calma, pero luego empezaron a llegar hombres y mujeres armadas. Al principio eran pocos, pero ahora están por todos lados, lo controlan todo. Son dueños de la coca, de la minería, de las redes de extorsión y prostitución, de la producción agrícola y de la vida de las personas que vivimos aquí. No exageramos cuando decimos que vivimos en un secuestro permanente que parece no importarle a nadie”, señala un habitante de la vereda Villa Colombia que habló con Semana.