“El Gobierno nos vende quimeras”. Con esta frase algunos empresarios de Buenaventura resumen las promesas que año tras año se le han hecho al principal puerto sobre el Pacífico colombiano.
Quimeras por que se anuncian soluciones mágicas como, por ejemplo, una gran inversión China. “No conozco en Latinoamérica la primera inversión de China, ellos a lo que le jalan es al comercio”, afirma el empresario del sector logístico José Pablo Castillo quien considera que a lo largo de la historia le ‘han metido mucho cuento’ a esta comunidad.
El Gobierno Santos hace dos años informó que con un préstamo de US$400 millones del BID se atenderían las necesidades urgentes de cuatro ciudades del Pacífico, entre ellas, Buenaventura que recibiría US$80 millones. La promesa con este dinero es que el puerto tenga 24 horas de agua, hasta ahora la gente sigue esperando.
Al mismo tiempo, se anunciaron inversiones en educación, como la nueva sede del Sena, proyecto en ejecución y el megacolegio de San Antonio, las cuales generan esperanza, pero su desarrollo lento y lleno de tropiezos causa la sensación de que nada de lo que llega es suficiente.
Lea aquí: 'Gremios de Buenaventura piden a Gobierno y directivas del paro restablecer el diálogo'.
El padre Adriel Ruíz resume en dos aspectos lo que pasa en Buenaventura: un abandono sistemático del Estado, lo que ha generado pobreza (80 % de la población está en esta condición), desempleo que afecta al 60 % y analfabetismo (17%). Por otro lado, “la institucionalidad del Municipio no funciona y todo lo que se hace resulta mal hecho o cae en manos de la corrupción a lo que se suma la violencia”.
Pero los problemas de Buenaventura van más allá de la falta de recursos. Alexander Micolta, presidente de la Cámara de Comercio, considera que la fragilidad de la institucionalidad social, afectada por la inseguridad (narcotráfico y las bandas criminales), han creado un caldo de cultivo que coarta a la comunidad. “Veo el paro cívico que se desarrolla en este momento como una oportunidad de hacer una catarsis, podría ser el camino para que la sociedad se empodere”, opina.
Buenaventura tiene una cobertura de alcantarillado del 60 % y 76% de cober-
tura de acueducto urbano. El Ïndice de Necesidades Básicas insatisfechas es 3 veces mayor que el de Cali.
Ahora el Gobierno lanza otro plan, el proyecto de nuevas ciudades que busca crear otra Buenaventura, generar 60.000 empleos en los próximos 20 años y atraer 150 empresas. ¿Otra quimera? se preguntan muchos bonaverenses.
Pero mientras la ciudad parece naufragar, el sector portuario marcha a toda vela. En los últimos dos años se han hecho inversiones por más de US$400 millones. Al año, el comercio exterior que pasa por el puerto le deja al país $5,8 billones, similar al recaudo de una reforma tributaria.
No hay hospital
Hace cerca de tres años Buenaventura está sin hospital de segundo nivel, se cerró por los malos manejos administrativos y laborales. La deuda de esa entidad sumaba $20.000 millones. En junio del año pasado se aprobaron regalías por $7094 millones para la remodelación de la institución de salud y se acordó en su momento con el Ministerio de Salud el apoyo para la reapertura con otras inversiones.
María Cristina Lesmes, secretaria de Salud del Valle, dijo que ese hospital no se puede reabrir hasta que culminen las remodelaciones en las que se han invertido $5000 millones, recursos que no han sido suficientes. “Buenaventura es un Distrito y la Gobernación no tiene competencia, pero se ayudó en la gestión con el Ministerio de Salud para buscar más recursos. Se espera que en septiembre de este año se pueda reabrir la institución”, dijo.
Los bonaverenses cuentan con un hospital de nivel medio, centros de salud y una clínica. “La gente tiene razón al pedir más servicios de salud, Buenaventura tiene unos 400.000 habitantes y lo que hay no es suficiente. Es innegable que los procesos han sido lentos y se han presentado problemas en la contratación del hospital”, reconoció la funcionaria.
La mayoría de la población de Buenaventura tiene Sisben y la tasa de mortalidad infantil es de 27,6 por cada 1000 nacimientos, la más alta del país.
Se estima que este año han bajado alrededor de 60 % los homicidios en el puerto. Pero crecen el control de bandas criminales en los barrios y territorios del puerto.
Sin agua
Uno de los principales problemas de Buenaventura es la falta de agua.
El 71 % de la población recibe entre 4 y 8 horas del servicio día de por medio. Para lograr un servicio 24 horas se han hecho innumerables proyectos, el más reciente fue el plan de choque que planteó el Gobierno Santos en el 2014 con inversiones por $161.000 millones, el cual no está ejecutado en su totalidad.
El gerente de Vallecaucana de Aguas, Luis Alfonso Chávez, recordó que la optimización de la planta de tratamiento de agua potable de Venecia en fase 1 debía haberse entregado esta semana, pero no fue así. La entrega de la optimización de la planta de Escalerete está prevista para agosto y las otras dos obras: Diagnóstico de la tubería 27 y rehabilitación de la línea de conducción 27, aún no tienen fecha de entrega.
Aquí se han invertido $36.000 millones y estas obras las lideran entidades del Gobierno Nacional. Fuera de esto, dijo el directivo, la empresa Vallecaucana de Aguas financió un estudio con el que se construyó el plan maestro de acueducto que tiene 42 obras, de las cuales se priorizaron siete. Estas se financiarán con los recursos del préstamo que hizo el Gobierno con el BID. De ejecutarse estas obras, el puerto quedaría con una cobertura del 84 % en acueducto, estima Chávez.
Parte de la problemática del agua ha sido la corrupción. Hace unos meses se acordó la liquidación del contrato con la empresa Hidropacífico, que presta el servicio de acueducto, pero hasta ahora no se sabe cómo terminará este proceso.
¿Y la educación?
En Buenaventura hay 41 instituciones educativas que integran 222 sedes. Estas escuelas atienden los tres niveles: preescolar, básica y secundaria. Según la Secretaría de Educación, la cobertura promedio es de 71 %, pero se estima que el analfabetismo afecta el 17 % de la población. En Colombia el porcentaje es del 5,7 %, de acuerdo con el Dane.
La comunidad denuncia que el 50 % de los establecimientos públicos están en malas condiciones, por eso el mejoramiento de la infraestructura es uno de los puntos que reclama el comité del paro.
El Gobierno Nacional dispuso recursos ($56.000 millones) para la nueva sede del Sena, con el fin de albergar más estudiantes, obras que están en marcha. Asimismo, se inició el megacolegio de San Antonio, pero el contrato de obra se liquidó por irregularidades. Ahora se estima que en octubre reiniciarían los trabajos y en enero del 2018 se podría iniciar la primaria. Pero no hay garantías de que esto suceda.
Alexander Micolta, presidente de la Cámara de Comercio de Buenaventura, dijo que estos hechos como el incumplimiento de contratistas generan mucha desconfianza. “El British Council nos iba a ayudar con el colegio bilingüe, pero eso está veremos por lo que ha pasado”.
Pesca, a la baja
Se estima que en el 2008 había en Buenaventura 247 barcos con permiso de pesca. Hoy 97 están autorizados, pero en realidad 27 tienen permiso para salir. Según Judith Segura, directora de Acodiarpe, este sector aún genera 13.000 empleos entre directos e indirectos, pero cada día está en declive por la falta de inversión y apoyo.
“Lo que le estamos pidiendo al Gobierno es que no nos cierre los espacios de pesca. Se puede hacer conservación del ambiente sin prohibición”, dijo.
Transporte
En Buenaventura solo existe una línea de transporte de personas y carga que comunica al puerto con las poblaciones del Pacífico. Se trata de Atransmaflupa que agrupa a 86 barcos (mueven víveres, pasajeros y materiales). Javier Torres, presidente de esta agremiación, dice que hay dos problemas que los aquejan: la falta de infraestructura, pues no hay un muelle exclusivo para el cabotaje y el costo del combustibles que representa el 65 % de la operación. “Requerimos ayuda para formalizar el sector y apoyo para hacer una reconversión tecnológica
“Empleo no se puede concentrar solo en lo portuario”
Hace unos meses se inauguró en Buenaventura un nuevo terminal marítimo con grandes inversiones. Este sector no para y el año pasado, según la Superintendencia de Puertos y Transporte, se movilizaron 17 millones de toneladas de carga de comercio exterior.
27 %
de lo que recaudan las aduanas del país se hace por Buenaventura. Es la de mayor recaudo.
17,60
millones de toneladas de carga de importación y exportación se movió en 2016 por Buenaventura.
Los cinco puertos generan alrededor de 5000 empleos directos, pero la cifra sube a los 10.000 si se tienen encuenta los puestos indirectos que generan las empresas de ransporte y las compañías aduaneras, entre otras.
Muchos se preguntan por qué el sector portuario funciona bien, mientras gran parte de la comunidad no tiene oportunidades de empleo.
Víctor Julio González, gerente de la Sociedad Portuaria de Buenaventura (SPB), considera que los esquemas de administración de los sectores público y privado son totalmente opuestos y esta es una de las razones por la que los puertos muestran una cara distinta a la de la población bonaverense.
“Mientras el sector empresarial trabaja sobre metas y objetivos con unos tiempos fijos para cumplir, el sector público trabaja a corto plazo (4 años por alcalde), en los cuales se dedican a cubrir ‘chicharrones’ y no piensan en el largo plazo”, explicó.
Según el directivo, el sector estatal tiene una dinámica distinta, “los ministerios no tienen continuidad y se da esa ruptura de lo que debe ser una ciudad enlazada entre lo público y privado, pero esta situación no se da solo en Buenaventura, sucede en otras capitales”.
Para González, los problemas de Buenaventura van más allá de pensar en que los puertos trabajan bien y la ciudad trabaja mal.
“Definitivamente la generación de empleo está centrada solo en el sector logístico y portuario y eso no puede seguir así, porque estas empresas no son capaces de suplir todas las necesidades”.
La Sociedad Portuaria de Buenaventura le ha entregado al municipio, en su historia, $162.000 millones en dividendos, más $38.000 millones en contraprestaciones. “Son dineros que habían podido servir para cubrir las necesidades de la población”.
José Pablo Castillo, miembro de la Junta Directiva de la Cámara de Comercio, coincidió en que la generación de empleo ya no puede estar concentrada en el clúster portuario y que se deben mirar otros sectores como: pesca, madera y turismo.