Es una operación relámpago. Transportar vacunas contra el covid de forma aérea no toma más de dos horas de ida y regreso. El punto de partida es la Escuela Militar de Aviación Marco Fidel Suárez, de Cali. Y el destino, Zarzal, municipio ubicado en el norte del Valle. “Voy a salir a volar, ¡bendición!”, dice un uniformado de la Fuerza Aérea a una familiar suya por videollamada, un par minutos antes de que el helicóptero Black Hawk encienda los motores y las hélices acallen cualquier otro sonido que no sea el suyo.

A las 8:00 a.m. del miércoles 2 de junio había llegado a la Base un camión de carga por parte de la Gobernación del Valle, en donde estaban conservados un total de 12.504 biológicos de Sinovac y AstraZeneca a una temperatura que llega a los ocho grados celsius.

Una vez superados los cordones de seguridad, el vehículo llega a la pista de aterrizaje, en donde lo espera el equipo del UH-60 Black Hawk. Debido a los bloqueos que han impedido el transporte del antídoto a diferentes municipios en el marco del paro nacional, la Fuerza Aérea ha servido como cadena para que la inmunización no frene bajo ningún motivo.

“Nosotros somos un equipo utilitario, es decir, estamos en la capacidad de hacer evacuación aero-médica tanto de personal militar como civil. Y dada la situación adversa que enfrenta el país en estos momentos, tenemos toda la capacidad para transportar tanto vacunas como insumos médicos”, explica el capitán Francisco Javier Rodríguez, piloto del Black Hawk y especialista en búsqueda y rescate de la Fuerza Aérea.

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Son las 8:25 a.m. El camión de carga estaciona en frente del helicóptero y luego los funcionarios que hay en él empiezan a trasladar las cajas, en donde están las vacunas, hacia la aeronave. Adriana Viáfara, quien es funcionaria de la Secretaría de Salud del Valle, señala que todo está sincronizado metódicamente, pues apenas hayan transcurrido 35 o 40 minutos del despegue, en Zarzal ya estará esperando una ambulancia para recoger los biológicos y los insumos, como guantes y jeringas.

“Estas 12.504 vacunas de hoy miércoles no serán únicamente para la población de Zarzal, dado que allí llega el personal médico de otros municipios, como La Victoria, Roldanillo, La Unión y El Dovio, para recoger la cantidad que les corresponde esa semana. Cuando no había paro, el proceso era similar: por ejemplo, para llevar los biológicos a los puntos más apartados de la región, como El Cairo o El Águila, los dejábamos en el Hospital de Ansermanuevo. Eso sí, cuando íbamos por tierra siempre estábamos escoltados por la Policía”, anota Adriana Viáfara, una de las encargadas de la recepción, almacenamiento y distribución de la vacuna de la Secretaría.

El helicóptero se eleva sobre la pista a las 9:02 a.m.. La Escuela Militar, el norte de Cali, la ciudad entera empiezan a achicarse a medida que la aeronave se aproxima a la misma altura de las nubes. El clima de ese día es ligeramente gris. Además del piloto y copiloto, la misión la acompañan dos uniformados de apoyo y un grupo de periodistas que debe sentarse en el suelo, dado que las 30 cajas en donde están las vacunas ocupan casi la mitad del volumen del Black Hawk.

Desde arriba, a más de 1300 metros de altura, se alcanza a visualizar un bloqueo en la salida hacia el Aeropuerto Alfonso Bonilla Aragón, a la altura del puente de Paso del Comercio. No hay más de 10 manifestantes que han cerrado el paso vehicular con troncos y alambres de metal. Si bien ya se han levantado más del 52 % de los bloqueos en las vías del Valle y han habilitado rutas humanitarias para la misión médica, el plan de vacunación apenas está operando a dos tercios de su plena capacidad en el departamento.

Esto se traduce en que cada día no se puedan vacunar 10.000 personas al día, pese a que hay un promedio de 20.000 actualmente en la región. “Estos puentes aéreos llegan a donde hay guarniciones militares para luego hacer cadenas, o sea que un municipio recoja toda la carga de vacunas y luego otro a este y así sucesivamente. Ha sido una coyuntura muy difícil, aunque el Valle sea un buen departamento vacunador”, asevera María Cristina Lesmes, secretaria de Salud del Valle.

Es por eso que el destino del Black Hawk es el Batallón de Instrucción Número 3 del Ejército en Zarzal, al cual aterriza hacia las 9:30 a.m. A pocos metros están dos enfermeras que se acercan para cargar con las cajas en donde se encuentran los biológicos y quienes pronto reciben la ayuda de soldados de la base. En los 10 minutos que demoran en retirar la carga, el helicóptero no apaga los motores, las hélices no dejan de girar. Es una operación relámpago y los miembros de la Fuerza Aérea deben regresar a Cali en el menor tiempo posible.

“La vacunación es una responsabilidad social, pero también una responsabilidad consigo mismo, con su familia. Es un bienestar en todos los sentidos”, comenta el capitán Rodríguez, piloto de la misión, que a las 10:00 de mañana ya está de nuevo en Cali.

¿Pero qué tan lejos llegan los biológicos? Por ahora, a poblaciones rurales que no estén a más de dos horas de distancia de los cascos urbanos. Por ejemplo, El Raizal, una vereda de Argelia, Valle, en donde personas como Aide Cifuentes, de 60 años, ya recibieron las dos dosis de Sinovac.

“Ya van dos veces que han venido a vacunar al puesto de salud de la vereda, que no queda a más de 20 minutos del casco urbano. Con la vacunación uno ya se siente más protegido, es que es un bien que se hace a sí mismo, pero no por eso hay que descuidarse, sobre todo si soy hipertensa”, señala Cifuentes.

Según explicó Lesmes, las visitas a zonas rurales que queden a más de cuatro horas de camino y con dificultades en el transporte, como el Cañón de Garrapatas, todavía no se realizarán, hasta tanto no se cuente con la vacuna de Johnson & Johnson, que solo requiere de una dosis.

“Por ahora nos encontramos en la zona urbana, en donde está el 80 % de la población del Valle. Las jornadas en la zona rural dispersa solo las haríamos cuando tengamos oportunidad de hacer barridos completos”, aseguró la Secretaria de Salud del Valle.

Mientras en tierra aún ocurren hechos anormales y violentos, el cielo conserva su serenidad impasible. Nubes sin forma clara avanzan con calma y de repente son atravesadas por una oscura y pequeña silueta. Es el Black Hawk de la Fuerza Aérea, que por estos días transporta vacunas, transporta vidas. Los pilotos lo llaman ‘El Ángel’.

Vacunación en los barrios

Llevar jornadas de vacunación a los barrios de Cali es una de las estrategias de la Secretaría de Salud Municipal para fortalecer la aplicación del biológico en medio de las dificultades de movilidad durante el paro nacional.

Según la jefe del despacho, Miyerlandi Torres, estas visitas se han hecho principalmente a unidades residenciales de la Comuna 16 desde hace dos semanas, actividades que también se llevarán a cabo en la 17.

”Estamos priorizando los barrios en donde hay dificultades de movilidad y barreras de acceso a la vacuna. Además, los megacentros ya no están solo en los puntos cardinales, sino también dentro de los barrios, como Ciudad 2000, La Base o en 1 de Mayo”, destacó la funcionaria.

Por ejemplo, este sábado se llevaron a cabo jornadas en los barrios Nuevo Horizonte, Orquídeas, Valladito y Valle Grande, en el oriente de Cali. En estas, también se llevaron a cabo actividades de salud con mascotas.

Y el pasado jueves se realizó una visita al Polideportivo República de Israel. Uno de los beneficiados, Jorge Enrique López, expresó: “Lo de las protestas ha sido algo delicado. Mire que hace pocos días en Mariano Ramos, un paciente que tenía un requerimiento médico le dañaron el carro en el que iba. Por esta razón de seguridad y otras más, es que esta dinámica me parece maravillosa para la comunidad y más si estamos en tercer pico”.