En los últimos años la industria de la moda ha apropiado el concepto de “sostenibilidad” en sus prendas. Las redes sociales y la globalización han hecho visibles los problemas ambientales que el ‘fast fashion’ o moda rápida traen consigo.
Los modelos de producción acelerados crean grandes baches ambientales por el gran consumo de elementos naturales a la hora de fabricar las prendas. Según datos socializados en la Conferencia de la Organización de las Naciones Unidas, ONU, sobre Comercio y Desarrollo, “cada año se utiliza en la producción de ropa 93.000 millones de metros cúbicos de agua, lo que se traduciría en el volumen suficiente para satisfacer las necesidades de cinco millones de personas”.
Asimismo, se afirmó que “cada año, la industria tira al mar alrededor de medio millón de toneladas de microfibra, lo que generaría el mismo impacto de 3 millones de barriles de petróleo”.
La importancia de combatir la crisis climática ha provocado que la moda de hoy no se comprenda sin una perspectiva sostenible y social. Casas de moda internacionales han evolucionado sus marcas pensando en hacer prendas desde la conciencia social y ambiental, enfocadas en la cadena de valor; factor que en el Valle del Cauca ha resonado ampliamente.
La moda sostenible busca disminuir el impacto de la industria textil en el medio ambiente, mediante una adecuada producción, utilización y reutilización de los recursos.
Eco.kleider, moda sostenible
La unión de dos amigas hizo posible la creación de Eco.Kleider hace más de un año. Vera Luz Ramírez Echávez y Daniela Guerrero iniciaron su emprendimiento como una idea para vender la ropa que ellas ya no usaban. Y viendo el ejemplo de otras chicas caleñas, decidieron unirse a esta revolución de darle más uso a la ropa de segunda mano.
“Lo más sostenible que puedes hacer es utilizar lo que más puedas lo que tienes en tu hogar”, expresa Vera Luz, quien agrega que con Eco. Kleider no desea promover el consumismo, sino que a través de esta marca, las personas aprendan sobre el minimalismo, salgan de lo que ya no usan y que, además, tengan presente que todo en exceso es malo.
A Vera no le resulta extraño el auge que está teniendo la moda circular en la ciudad. Comenta que frente a este tema, debemos ser conscientes y críticos. Hace un llamado también a que los caleños participen de los eventos de emprendimientos sostenibles que se realizan en la capital del Valle, como la Ecoferia del Río, que se celebrará este domingo 17 de octubre a partir de las 10:00 a.m., en el Teatrino del Río (Avenida Primera Norte No.4N-30), junto al Bulevar del Río.
Con el respaldo a los emprendedores vallecaucanos que tienen en cuenta el cuidado del medio ambiente en su labor, Vera está convencida de que Cali, además de ser la Sucursal del Cielo, se convertirá en la ‘Sucursal de la moda sostenible’.
Lea además: Festival de Títeres vuelve de manera presencial desde este viernes: prográmese y disfrútelo
Maathai Organics- Ropa interior sustentable y con alma social
Esta firma familiar de Palmira refleja la sostenibilidad no solo a través de sus productos y empaques sino también por medio de la moda social.
Jéssica Soto, fundadora y presidenta ejecutiva de Maathai Organics manifiesta que a través del algodón orgánico cuidan la salud de las mujeres y del planeta. “Nosotros dejamos a la semilla de algodón tal y como es. L o mismo queremos reflejar con el amor propio. Queremos que las mujeres sean ellas mismas, queremos que la naturaleza haga su trabajo y que eso se refleje en nuestras prendas”.
En la búsqueda de prendas más resistentes y que sean amigables con la zona íntima femenina, Jéssica se encontró con el algodón orgánico, para el cual, en comparación con el algodón convencional, no se hace uso de químicos, ni se produce con exceso de agua.
Además de impactar positivamente con sus prendas, también buscan hacerlo con sus empaques, hechos de un papel no esmaltado, 100% a base de caña y 0% químicos blanqueadores, los cuales se descomponen en 180 días.
Este emprendimiento dirigido por madre (Magnolia Montoya) e hija busca impactar la vida de las mujeres que compran sus productor, pero, en especial, la vida de las mujeres que trabajan con ellas. Por medio de su taller promueven la calidad de vida de las personas que hacen “con amor y pasión” las prendas íntimas.
“Nuestro pensamiento es global, pero la forma como hacemos todo es local. Nuestras prendas son hechas en Colombia, de esta manera, transformamos positivamente nuestro entorno, y por lo tanto, la cantidad y calidad del empleo nacional que contratamos con mujeres, en el que ellas, bajo un modelo de comercio justo, hacen nuestras prendas”, expone Jéssica.
Maathai Organics no solo ha al empleo nacional, sino también en el exterior, pues por medio de la confección de ropa interior, ayuda a 120 familias en Perú que son las encargadas de cultivar el algodón. Asimismo, desde hace más de tres años exportan sus productos a Alemania, gracias a su propuesta de moda ética.
Maathai ahorra 2700 litros de agua en la producción de cada prenda gracias al algodón orgánico.
Lea también: Érika Arango, la diseñadora caleña que viste a madres e hijas como 'almas gemelas'
Gualá- Tejido Consciente
A través del sobrante textil Ana Cristina Angulo ha demostrado que se puede hacer moda consciente, cómoda y versátil. El nombre de Gualá nace de la inspiración de las raíces afro de su creadora queriendo expresar la mejor parte de la historia de sus antepasados, devolviendo el valor a lo que ya se ha perdido.
Desde el 2018 Gualá encontró una oportunidad por medio del tejido crochet y como principal insumo el trapillo o desecho textil, el cual se extrae a partir de los retazos de tela producto de la fabricación de otras prendas y los utiliza para la elaboración de carteras.
Sus carteras y billeteras obligan a salir de lo convencional, apostando por la calidad y la sostenibilidad, pues al momento de la creación de estos productos se evita que entre 200 y 300 gramos de desecho textil caigan en desechos sanitarios por prenda.
En la fabricación de sus bolsos Ana Cristina busca tener el menor desperdicio posible y potencializar el up-cycling o supra reciclaje. “En muchas ocasiones quedan sobrantes de retazos de tela de los bolsos Gualá, lo que hacemos es introducir en una botella las telas o productos sólidos y posteriormente creamos ecoladrillos para donarlos”, expresa la creadora.
Ana Cristina manifiesta que el siguiente paso para Gualá es entrar a las tiendas de maquillaje con su producto insignia y de bajo costo, las cuales son sus “moñas Gualá” y expresa que estas son la prueba de cómo se puede transformar y aportar positivamente al medio ambiente hasta en las pequeñas acciones.
Según la Organización de Naciones Unidas, ONU, la producción textil es responsable del 20 % de las aguas residuales globales y del 10 % de las emisiones globales de carbono.
Prendas únicas, moda circular
Este emprendimiento caleño, creado hace casi tres años, producto de la conscientización de su fundadora de los perjuicios que tiene para el medio ambiente la moda rápida o ‘fast fashion’, trae a la ciudad una nueva perspectiva sobre la ropa y el aporte hacia la protección de la naturaleza.
Prendas Únicas busca cambiar el concepto de la ropa de segunda mano por medio de la sensibilización de las personas sobre el gran impacto que las industrias textiles tienen sobre el planeta.
Sara Galindo, fundadora de la marca, expresa que desafortunadamente el concepto de ropa de segunda se ha tergiversado. Expresa que desde su emprendimiento quiere darles una segunda oportunidad a las prendas y que la sostenibilidad y los productos ecológicos sean parte importante en la moda caleña.
“No quiero vender por vender, quiero que esto tenga un trasfondo. Quiero que las personas sepan que las prendas tienen más de una vida y que no necesariamente deben terminar siendo basura; las empresas de ahora tienen mucha responsabilidad ambiental y los compradores deben saber todo el proceso de la ropa hasta que llega a sus manos”, dice Sara.
Deseando ser pionera de la moda circular en Cali, esta joven de 18 años visualiza a Prendas Únicas no solo en el barrio San Fernando sino también en distintos puntos de la ciudad, generando una comunidad que se interesa por el cuidado del medio ambiente y la industria textil.