La capitán Ayda Elena Córdoba Murillo se convirtió el pasado miércoles en la primera mujer, durante los 87 años de actividades del Benemérito Cuerpo de Bomberos de Palmira, en llegar a la comandancia de esta institución.
La oficial fue elegida en desarrollo del Consejo Directivo de la institución donde obtuvo 17 votos de 31 posibles, imponiéndose así a otros cuatro candidatos.
Abogada de profesión, casada y con un hijo, la oficial lleva 28 años en la entidad, de los cuales 15 se ha desempeñado en la dirección administrativa.
Asimismo, durante 22 años ha sido Secretaria de la Asociación Departamental de Bomberos lo que le ha dado una gran experiencia que la catapultó a dirigir uno de los principales cuerpos de bomberos de la región.
Lea además: Valle ya es el primer departamento del país con más quemados por pólvora
"Durante dos oportunidades he sido subcomandante y he tenido que reemplazar al comandante cuando sale de la ciudad o se va de vacaciones y es allí donde uno demuestra o deja ver si va a desarrollar un buen trabajo", dice la capitán Córdoba.
Sostiene que sus compañeros la escogieron debido a su seriedad, trabajo y dedicación para sacar adelante las tareas que le han asignado.
"Definitivamente el tiempo que llevo como secretaria de la Asociación Departamental de Bomberos me ha dado una experiencia muy grande, conozco ampliamente las necesidades de los cuerpos de bomberos y las soluciones que se les pueden aplicar. Creo que eso fue lo que vieron las personas que votaron por mí", reitera.
Respecto a ser la primera mujer en dirigir este organismo, la capitán Córdoba afirma que las mujeres han sabido demostrar que han sacado adelante las instituciones que han tenido a su cargo.
"Estar 22 años como secretaria de la Asociación Departamental de Bomberos me ha permitido evidenciar la experiencia de otros comandantes, algunos de ellos mujeres, de manera que tengo muchos ejemplos a seguir afortunadamente", dice la oficial.
La nueva comandante del Cuerpo de Bomberos de Palmira ingresó a la institución en 1991, cuando se graduó como abogada de la Universidad Libre.
Desde que estaba en el colegio Politécnico siempre tuvo la necesidad de servir y ayudar a los demás y allí hizo parte de un grupo voluntario para emergencias.
Con la ayuda de un teniente se vinculó a los bomberos, pero advierte que "definitivamente hay que tener sangre y espíritu bomberil para sostenerse porque esto requiere sacrificio, dedicar gran parte de tu tiempo y para las mujeres es más difícil por nuestras obligaciones en el hogar, entonces hay que amar la institución para poder pertenecer a ella y sostenerse que es lo más difícil", enfatiza.
La capitán Córdoba Murillo admite que le encanta estar en su casa en su tiempo libre debido precisamente a las largas jornadas que debe permanecer en la institución bomberil.
Afortunadamente, su esposo también hace parte de la entidad y ha sabido entender sus múltiples compromisos.
Cuando se le pregunta si manejará con mano de hierro la institución, ella no puede evitar reír al asegurar que la llaman "la mamá de los pollitos". Sin embargo, aclara que cuando debe ser fuerte lo es, y ahora con mayor razón porque es la comandante.
"Tengo que andar con mano fuerte pero definitivamente aplicando la razón con el corazón, hay que tratar con mucha humanidad, pero sí hay que exigir un poquito, pero sé que aquí van a responder muy bien como siempre lo han hecho", subrayó.
El Cuerpo de Bomberos de Palmira cuenta con 120 voluntarios, además de 73 empleados vinculados, 60 de los cuales también son bomberos.
Asimismo, además de la sede principal que queda en el centro, tiene otras tres subsedes: una en el norte que ya está operando y otra en el sur que está en construcción y la tercera en el corregimiento Palmaseca.
El interés de la nueva comandante que reemplazó al también capitán William Moya que dirigió los destinos de la institución durante diez años, es seguir ampliando y fortaleciendo los procesos del organismo para brindar un mejor servicio a los palmiranos.
Lea además: Valle ya es el primer departamento del país con más quemados por pólvora