Hace unas semanas en plena realización de la COP16, funcionarios de la Corporación Autónoma Regional del Valle del Cauca (CVC) decomisaron a ‘Nata’, un caimán aguja, en una residencia de Palmira, en donde vivía desde 1970. Jesús Leonardo Escobar, el hombre que tenía al animal en el patio de su taller de metalmecánica, aseguró que en dicho año un policía le regaló el caimán a su padre.
Tal como se anunció en ese entonces, el cocodrilo fue evaluado con personal de la estación Roberto Franco de la Universidad Nacional, ubicada en los Llanos Orientales. Por lo tanto, el centro educativo entregó su reporte y anunció que la especie puede ser trasladada a sus instalaciones para su cuidado, ya que la CVC advirtió que no puede ser devuelta a medio natural porque no tendría los comportamientos para sobrevivir.
El profesor Carlos Alfonso Moreno, director de la Estación, destacó que uno de los aspectos más llamativos fue la aparente tristeza del animal. “Lo primero que nos llamó la atención antes de capturarla y examinarla era que estaba muy triste y deprimida, aunque agresiva”.
En la revisión médica, el académico confirmó que se trata de un cocodrilo y no de una caimán como lo reportaron algunos medios de comunicación. Además, explicó que en territorio colombiano solo existen dos verdaderas especies de cocodrilos: el del Magdalena (Crocodylus acutus) y el del Orinoco (Crocodylus intermedius).
“Este ejemplar pertenece a la especie del Magdalena, un tipo de cocodrilo que ha sido cazado en Colombia durante décadas debido al alto valor de su piel, un factor que contribuyó a la disminución de su población. Las características genéticas y morfológicas la diferencian de otros reptiles, lo que hace que su conservación sea prioritaria en programas de investigación y rehabilitación de fauna silvestre”, indicó Moreno.
Ante el estado de salud diagnosticado, los expertos de la UNAL le aplicaron de inmediato a la hembra una serie de tratamientos médicos para estabilizarla, incluyendo hidratación y administración de medicamentos.
“Dado el avanzado deterioro de su salud, una recuperación total no es algo que se logrará de inmediato, y antes de considerar su traslado a la UNAL para su cuidado y protección será necesario asegurarse de que se encuentre en condiciones estables, ya que cualquier operación de movilización debe ser cuidadosamente planificada para evitar el estrés adicional del animal”, enfatizó el profesor Moreno frente a la posible llegada de la cocodrilo a las instalaciones de la Universidad Nacional.