“Fue un día muy feliz, porque no conocía cómo era una sala de cine. La enseñanza de ‘Encanto’ fue que debemos cuidar la naturaleza”. Así es como Diana Sofía Rodríguez, de 8 años, recuerda la primera vez que vio una película en la pantalla grande. Había ido con otros 37 niños de su misma comunidad, el corregimiento de Tenerife de El Cerrito, Valle del Cauca, ubicado a dos horas de la ciudad de Cali. Era una actividad que la Fundación Paraíso de las Palmas lideró para finales de diciembre.
La fascinación que surtiría ‘Encanto’ en Sofía sería lo suficiente como para que ella se vistiera días más tarde de Dolores Madrigal, personaje con la que sí bien no compartía el poder de un súper oído, sí sentía afinidad con ella por tener el mismo cabello, un cabello afro.
Ese día aún no se desdibuja de su cabeza: los minutos en los que saltó por primera vez en un brinca-brinca o cuando una vez acabada la película, que proyectaron en el centro comercial La Estación, participaron de la novena que tenía lugar allí.
Su madre, Viana Ubenza Osorio, estaba con ella y llevaba incluso más tiempo de no sentarse ante una pantalla de dimensiones gigantes mientras comía palomitas: casi una década.
“Me pareció una idea muy bonita. De los 38 niños que fueron, solo 15 conocían Cali y apenas dos de ellos habían ingresado a una sala de cine. El único contacto que tenemos aquí con algo como eso es la televisión. Para uno ver cine como se debe le toca ir hasta Palmira, quedarse allá... Es más complicado por cuestiones de tiempo y economía”, cuenta.
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Edwin Muñoz, representante legal de la Fundación Paraíso de las Palmas, explicó que el hecho de haber elegido ‘Encanto’ y no otra película fue para que la comunidad se sintiera más familiarizada, dado que la nueva apuesta de Disney cobra vida en un escenario muy similar al de Tenerife, un paisaje de palmas de cera.
“La gente piensa que este ecosistema solo existe en el Valle del Cocora, en el Quindío, pero también se encuentra en zona rural de El Cerrito, a no más de 64 kilómetros de la ciudad de Cali. La actividad que realizamos en el centro comercial La Estación está enmarcada en el programa ‘Guardianes de Árbol Nacional’, donde creamos un entorno protector para niños en relación al medio ambiente. Es decir, son capacitaciones en educación ambiental con enfoque regenerativo, la conservación de la palma de cera, las abejas y la protección de derechos ambientales”, explicó.
Muñoz también recuerda: “Lo que para un niño de ciudad es una experiencia normal, para los de Tenerife es algo fuera de lo común, extraordinario. Ellos salieron muy temprano de sus casas, a eso de las 10:00 de la mañana, y partimos todos en chiva hacia el centro comercial. Algunos incluso tenían miedo de bajarse, porque nunca habían visto tantos carros, edificios y casas concentrados en un mismo lugar”.
“La actividad fue apoyada por Mr Tea y Asoamaime. Buscamos que más empresas nos apoyen para sacar adelante otros proyectos en Tenerife”
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Pero otra razón de peso para que los niños también vieran ‘Encanto’ fue de naturaleza histórica: su sutil abordaje al conflicto armado, aquel que también se vivió en el corregimiento hace más de 30 años con la llegada de las Farc y pocos después con las Autodefensas Unidas de Colombia, AUC.
“En nuestro acercamiento con la comunidad hemos visto varias historias interesantes, como el de un muchacho con el que yo trabajo que dice que quiere estudiar y trabajar para que su madre al fin conozca Cali. Este mes también planeamos llevar los niños al Zoológico e iniciar una actividad de qué animal les llamó más la atención y por qué. Todas estas acciones buscan que ellos también tengan más posibilidades de ser guardianes del árbol nacional, la palma cera, que está en peligro de extinción”, aseguró Muñoz.