El aeromodelismo hace parte de la aviación deportiva y se caracteriza por el estudio aerodinámico, el diseño y la construcción de aviones miniatura, que pueden servir para ponerlos a volar o exhibirlos.

Por eso, Javier Ospina, socio de Club de Aeromodelismo Halcones, de Cali, explica que el aeromodelismo combina aspectos científicos que tienen que ver con el estudio mecánico, diseño y fabricación del avión, así como otros deportivos que se centran en hacer volar los aviones de distintas maneras, que pueden incluir la acrobacia y otras técnicas, por lo que aquí cuenta mucho la destreza del piloto.

‘’Ambas cosas deben ir de la mano para lograr buenos resultados. En este deporte no se trata solo de volar, sino de comprender todos los conceptos mecánicos y de aerodinámica de la nave’’, señala Ospina.

Si bien los aeromodelos pueden ser réplicas de aviones ya existentes, también hay diseños de prueba y exclusivos del aeromodelista.

Juan Camilo Jiménez, Instructor del Club Ícaros, de Cali, asegura que existen diferentes tipos de aeromodelos, dependiendo del nivel de aprendizaje de cada persona.

Para principiantes están los aviones ‘training’ o de entrenamiento, que por sus materiales, costo y ligereza son ideales para primeros vuelos. Tienen ala alta, lo que permite un recorrido tranquilo y maniobrable. ‘’Con ellos se vale cometer cualquier tipo de error, para eso son’’, precisa el experto.

También hay aviones a escala, que son los modelos que replican aviones reales en cada una de sus características físicas, maniobras y altura. De acuerdo con Jiménez, los que más se ven en Colombia son los de la Segunda Guerra Mundial y los de combate.

Asimismo, los aviones acrobáticos son máquinas más estilizadas, que tienen las alas en la parte media del fuselaje o en la inferior, lo que lleva a que tengan un perfil aerodinámico totalmente distinto, que favorece la versatilidad del vuelo. Para estos aeroplanos, que son más veloces, se requiere de mayor agilidad del piloto. Son construidos a base de fibras de vidrio, fibra de carbono, materiales compuestos y madera.

Por otro lado, vale la pena considerar los aviones de competencia. Se trata de modelos a escala, mucho más pequeños, que emplean acrobacias modernas y son diseñados para realizar los mismos movimientos de los aviones reales.

Finalmente, otro tipo de aeromodelo lo constituyen los drones o vehículos no tripulados, que sirven para operación desde tierra en trabajos cartográficos, seguridad o fotografía.

Por otra parte, desde Ícaros, resaltan que el tamaño de los aeromodelos radica en lo que busca el piloto y su imaginación, por lo que se consiguen aviones de 12 a 15 cm de envergadura y otros con hasta 5 metros de largo y peso de 20 kilos. Pero depende de lo que el piloto esté dispuesto a invertir y de lo que tenga pensado hacer con el avión.

Jiménez señala que en todo el país existen grupos de aeromodelistas que mantienen el hobby a flote, pero es en ciudades como Cali, Bogotá, Medellín y Pereira donde se pueden encontrar más aficionados. ‘’Aunque la mayoría son personas de edad avanzada últimamente estamos llegando a los más jóvenes que se han interesado por conocer más sobre esta pasión’’, enfatiza.

Piruetas de todo tipo
La acrobacia de los aeromodelos es una de las características que más atrae a los gomosos, según Mario Henao experto y fanático del aeromodelismo, quien explica que existen diferentes formas de maniobrar la nave y de realizar piruetas en el aire.

Una de ellas es el ‘looping’, que se ejecuta en un plano vertical, durante la cual el avión pasa sucesivamente en ascenso, asemejando un círculo, con un vuelo invertido y un picado que al final permite volver al vuelo normal.

Otra acrobacia se conoce como ‘Tonel’, y consiste en que el vehículo hace giros sobre sus propios ejes horizontales.

El rollo continuo, en cambio, se hace sobre el eje horizontal y aplica el mando sobre la derecha o izquierda para generar el movimiento sin necesidad de tiempos.

Otra técnica sencilla es el ‘Vuelo invertido’, la cual radica en hacer medio giro sobre el eje horizontal y volar de cabeza.

Existen muchas otras, como el Ocho Cubano, Immelman, Tonel Lento y Barrera Vertical, que se van aprendiendo a medida en que el piloto adquiere mayor experiencia.

Cabe destacar que este tipo de acrobacias ‘modernas’ también las puede realizar un avión real y es por eso que en los aeromodelos de este tipo se busca imitar con exactitud las características de las naves más grandes.

El Ocho Cubano, Immelman, Tonel Lento y Barrera Vertical son algunas de las piruetas que se pueden realizar con los aeromodelos.

Cómo iniciarse en este mundo
Los expertos coinciden en que lo que más se necesita para ingresar a este mundo es pasión y muchas ganas de aprender, aunque también insisten en que toda persona que quiera adoptar este hobby debe dejarse guiar para invertir correctamente el dinero y el tiempo.

No basta solo con comprar el avión, también se necesita de otras herramientas como el radiocontrol, un equipo de vuelo, la bomba y el calentador de bujías, equipo que puede costar como mínimo dos millones de pesos.

De igual forma, Juan Camilo Jiménez aconseja que para dominar este arte se necesita “tener los pies sobre la tierra”, o sea volar en un club o una pista autorizada, lo que se convierte en garantía de seguridad.

Cómo cuidarlos
Para Gustavo Vivas, presidente del Club Los Halcones, lo recomendable es guardar los aviones en lugares frescos, pero libres de humedad, pues esto afecta el avión, que en su mayoría se fabrica a base de madera como balso y tríplex.

Antes de volar lo mejor es limpiar los aviones con un trapo seco o en el caso de los de combustible con alcohol o algún desengrasante y limpiavidrios para evitar que el aceite derramado afecte las películas de decoración, conocidas como monokote.

Para los aviones eléctricos se puede utilizar un trapo seco o semihúmedo para retirar los residuos.