La industria automotriz trae los ojos bien puestos en el corazón de los vehículos, es decir, en el motor. El objetivo es reducir su tamaño y, a la vez, conseguir igual o mayor desempeño que el que se obtiene con propulsores más grandes.

Esta tendencia se conoce como downsizing y es en este contexto que adquieren protagonismo los motores pequeños. “Se trata de máquinas que cuentan solo con tres cilindros, a diferencia de los medianos, de 4 y 5 cilindros y de los grandes, que tienen 6 en adelante, pudiendo llegar hasta los 16”, afirma el ingeniero automotriz Eduardo Tapias.

Los cilindros son las cavidades ubicadas en la caja del motor por los cuales suben y bajan los pistones, que a su vez, mueven los gases que se generan durante la quema de la gasolina o del diésel (combustión). Allí se origina la energía mecánica que luego se convierte en energía cinética (movimiento) para hacer rodar el vehículo.

Dado que a menor número de cilindros la potencia del motor disminuye, el truco para hacerlo igual, e incluso, más eficiente que uno de 4 cilindros, que es el más utilizado actualmente, consiste en poner una turbina que le inyecta más aire y oxígeno a la combustión para generar una mejor explosión. En otras palabras, estamos hablando de una especie de ventilador que se mueve con los gases que emite el carro durante la combustión.

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“Esta es la magia del sistema turbo, agregar potencia al motor convencional, el cual para funcionar requiere 3 elementos: el combustible, el aire y la chispa que produce la explosión del mismo. Gracias a esta tecnología, el vehículo gana más torque (fuerza), de tal modo que puede, sin ningún problema, sobrepasar a otros o arrancar rápido en una pendiente”, explica José Manuel Estrada, gerente de producto de Volkswagen.

Sus ventajas

Uno de los mayores beneficios de los motores pequeños asistidos con turbo es el ahorro de combustible, pues a menor cilindrada, se gasta menos gasolina o diésel. Aunque todo depende del estilo de manejo del conductor, pero se estima que la reducción puede estar alrededor de un 20 %, con respecto al de 4 cilindros.

En consecuencia, al gastar una cantidad menor de combustible, el vehículo emite aproximadamente un 25% menos gases contaminantes y de efecto invernadero.

Por otro lado, como tienen menos piezas que reemplazar y necesitan menos aceite para lubricarse, la reparación y mantenimiento pueden ser más económicos.

Además, al suprimir un cilindro, también se elimina peso del vehículo.
Otra ventaja se nota al transitar en regiones de mayor altura sobre el nivel del mar, porque a diferencia de los motores tradicionales, en los sobrealimentados con esta tecnología se reduce menos del 10% de la fuerza que normalmente se pierde cada 1000 msnm, dado que le entra más aire a la combustión.

Algo de historia

El auge de los motores turbo de menor cilindrada viene de países europeos y, especialmente, de marcas alemanas. “Después de Audi vinieron Mercedes Benz y BMW”, anota el experto de Volkswagen, al agregar que hasta hace cinco años únicamente los ofrecía el segmento Premium.

En gran medida, estos desarrollos obedecen a las estrictas normas ambientales europeas, como la Euro 6, que obligan a los fabricantes a disminuir las emisiones de gases en los vehículos.

Hoy por hoy son varias las casas automotrices que le apuestan a estas tecnologías. Ejemplo de ello son las camionetas Peugeot 2008, Volkswagen Nivus y Chevrolet Tracker, recientemente lanzadas, entre muchos otros modelos que demuestran que una menor cilindrada no es sinónimo de carro pequeño o de poco desempeño, pues de hecho, también los vehículos 4x4 pueden tener 3 cilindros con este sistema de sobrealimentación.

Es decir, que estas máquinas tienen la capacidad de mover grandes carrocerías. “Un caso concreto es la Volkswagen Tiguan, que no es una camioneta pequeña, sino mediana, del tamaño de la Mazda CX5 o la Toyota RAV4”, aclara José Manuel Estrada.

Lo que sí se pierde con estos desarrollos motrices es velocidad final, “pero no es un problema, porque en Colombia en muy pocas carreteras el límite máximo permitido es de 120 kms/h, mientras que en el caso de un tricilíndrico que alcance 114 caballos de potencia, puede recorrer entre 160 y 170 kms/h”, aclara el experto.

De otro lado, frente a aseveraciones según las cuales estos propulsores pueden presentar cierta vibración por desequilibrio, al no tener un número par de cilindros, hay que decir que “esto es más bien un mito, porque están muy bien balanceados”, indica Alejandro Tobón, director nacional de servicio de BMW y MINI, marcas que disponen de camionetas y automóviles de diferentes series con 3 cilindros.

Los tricilíndricos también se combinan con un motor eléctrico, lo que da como resultado un vehículo híbrido, como en el caso de la camioneta XC40 de Volvo Car o el automóvil deportivo BMW i8, ambos de 1.5 litros.

-Es de anotar que la inducción forzada de aire no es exclusiva para motores de 3 cilindros, pues los pueden tener hasta los de 12. Incluso, hay vehículos deportivos que tienen 2 turbos.

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Otros datos

Por el hecho de contar con motores pequeños, los carros cuyo motor es de tres cilindros no son necesariamente más económicos, dado su alto desarrollo en accesorios y tecnología, tal como lo advierte el ingeniero automotriz Eduardo Tapias.

En cuanto a cuidados y mantenimiento tampoco hay diferencia con los de mayor cilindrada. Más bien, hay que “seguir las recomendaciones del fabricante en cuanto al uso de combustible y aceite”.