Hace 6 años, María Victoria Corrales fundó el Grupo de Bicicletas Antiguas Cali, en el que sus integrantes, 22 a la fecha, cultivan el arte de coleccionar bicicletas que rememoran el Siglo XIX y que cobran gran importancia en la historia del país. ‘Bici Corrales’, como es conocida en este mundo de dos ruedas, recuerda que en su caso todo empezó gracias a una vieja Monareta marca Monark, que le heredara uno de sus tíos. Fue así como, con la colaboración de su esposo, ha logrado nutrir su colección con 3 triciclos y 14 bicicletas, que ha exhibido en eventos como la Feria de Cali 2015 y el desfile de Autos Clásicos del 2018. Entre sus reliquias, destaca “una Raleigh Sotanera de 1920, que era utilizada por los sacerdotes como medio de transporte. Se caracteriza por tener una barra más baja de lo normal para que los curas pudieran montarse sin que la sotana se enredara, es una de las más completas de la ciudad, pues fue restaurada con piezas 100% originales”. Tiene stop y lámpara de petróleo, timbre Lucas, sillín Brooks B66 inglés y manzana trasera de 3 cambios Sturmey Archey.

Otra de las joyas que decidió comprar, luego de haber observado un vehículo de iguales características en la cinta cinematográfica Reina Isabel, es un triciclo que en el film utilizaba el Príncipe Carlos. Semejante adquisición se distingue por tener un timbre Raleigh de 2 pulgadas, un baúl trasero y canasta delantera, ambos de color blanco, así como por su silla Dunlop negra y marco rojo. Según Corrales, incluir este curioso vehículo en su colección fue complicado, no solo por la inversión económica y el transporte que implicó, sino porque al ser original es más difícil de conseguir. Y es que justamente, la originalidad es uno de los requisitos inquebrantables para quienes coleccionan bicicletas antiguas, pues entre más piezas propias de la marca conserve, mayor valor económico y emocional tiene la ‘bici’.

Para gomosos como Octavio Castaño Gonzáles, quien a través de su negocio Ciclo Castaño Repuestos Antiguos, fomenta la cultura del coleccionismo, también es importante la funcionalidad. Bajo esta premisa, y motivado por su padre y su abuelo paterno, apasionados por el ciclismo y partícipes en sus tiempos de juventud de competencias de aficionados, ha logrado nutrir su abanico de dos ruedas. A la fecha suma ya 20, más unos 30 triciclos del mismo tipo; aunque confiesa que ya vendió algunas. No obstante, en su colección conserva la primera monareta que compró: una Monark Galaxia restaurada con piezas originales. También tiene en su haber una de las más antiguas que conoce, una Peugeot París.

Otra de las pasiones de Castaño es la colección de literatura de ciclismo, incluidos libros y recortes antiguos, que con ayuda de amigos y conocidos, ha ido mejorando. Asimismo, a través de su blog bicicletasmonarkcolombia avanza en lo que él espera sea la ventana para que más personas se motiven a recopilar y difundir información relacionada con la colección de bicicletas antiguas. Tal como lo recuerda, la decisión la tomó debido a que en la misma época en la que se inició la Vuelta a Colombia en Bicicleta, la sueca Monark abrió las puertas de su fábrica en Cali, lo que coincidió con la fiebre por el ciclismo. “Y en 1951 se fundó en la ciudad la Fábrica de Bicicletas Monark de Colombia S.A., desde donde se comenzó a abastecer a colombianos y extranjeros con bicis tan populares como la Refuego, de alta competencia”. Lo cierto es que como enfatiza Castaño, gracias a una Monark muchos caleños aprendieron a montar en un 'caballito de acero', por eso, creemos importante rescatar el legado histórico que tuvo la firma en las experiencias de nuestros padres y abuelos, incluso en nuestra propia historia de vida y en la de las nuevas generaciones, que cultivan el amor por el coleccionismo de bicis y triciclos antiguos”.

Unidos para pedalear

A nivel nacional existen muchos grupos de coleccionistas de bicicletas antiguas en los que participan personas de todas las edades y profesiones. Así lo asegura Hugo Alberto Caicedo, líder de Ciclas Clásicas Colombia, fundado hace 14 años en Cali, para compartir experiencias e inquietudes en torno al tema. Hoy ya tiene 110 miembros. “Hay gente de Bogotá, Medellín, Cali, Pereira, Manizales y otras ciudades. También de EE.UU. y Europa. Hemos consolidado una familia de talla internacional y los de Cali somos líderes en Colombia y el extranjero", comentó. Además, “antes de la pandemia nos invitaban a muchas ferias en ciudades cercanas como Buga, Palmira y Jamundí; asimismo, hacíamos presencia en la Feria de las Flores, en Medellín. No obstante, con la emergencia sanitaria todo ha cambiado, pero a pesar de ello seguimos siendo líderes en el país”. Desde esta perspectiva, los coleccionistas de Cali son miembros infaltables del stand de jurados del Encuentro Nacional de Bicicletas Antiguas, un evento imperdible para estos gomosos, efectuado en Ubaté, Cundinamarca, donde se exhiben bicis originales y trajes de la época. Lo más importante en esta clase de encuentros, según explica Caicedo, es que las bicicletas que se exhiban sean originales y estén en buen estado. "Se tiene en cuenta la originalidad, no importa que estén rayadas o peladas, lo que revisamos es qué tan original son sus piezas y el estado en el que la exhiban. De eso depende la puntuación”.

Datos claves

- Si bien hoy en día es común que circulen bicicletas con diseños antiguos, como la San Tropel, esto no significa que sean originales. - A través de Facebook y WhatsApp, los coleccionistas de bicis comparten información, cotizan piezas y establecen relaciones de compra y venta. - Las bicicletas francesas de marca Automoto figuran entre las más apetecidas por los coleccionistas, ya que se hicieron populares en el mundo porque la marca patrocinó a un equipo de ciclismo profesional. Sin embargo, son difíciles de adquirir, porque en Colombia las más comunes son las marcas inglesas, suecas y alemanas.