“La labor que realizo me ha permitido valorar lo que representa el reciclaje. Hoy en día nada es basura, es muy poco lo que uno no puede usar para sacarle un mejor provecho”.
Nancy Penagos, 45 años, es recicladora de oficio. Cada semana cumple con rutas por las calles de los barrios Chiminangos, San Bosco o Paso del Comercio, para recoger y separar entre los desechos el plástico, el papel, el cartón, el vidrio y demás materiales a los que se les puede dar un nuevo uso. Lleva más de doce años sosteniendo su hogar gracias a esta misión que, dice, la enorgullece por el sentido social y ambiental que tiene.
“El reciclaje es la empresa más linda que existe”, son las palabras de Gilberto Lerma, reciclador y uno de los fundadores de la Asociación de Mujeres Cabezas de Hogar y Recicladores del Centro de Cali, Amure. Hace cinco años, con la expedición del Decreto 596 de 2016, que reglamentaba la formalización de los recicladores de oficio, él y otros 24 habitantes del barrio El Calvario se unieron para crear esta asociación, evitando quedarse así sin su principal medio de sustento. En Cali, más de 2000 familias viven del reciclaje.
Diariamente, Nancy se levanta a las 4:00 de la mañana, trata de dejar el almuerzo preparado para sus dos hijas y, mientras el sol se perfila, alista su ‘kit’ para el trabajo: bebida, tapabocas, guantes, bisturí y costales de empaque. Con gran disposición intenta honrar su oficio, dando buen trato a las personas con las que se cruza.
En ocasiones regresa a casa luego de las 8:00 p.m., por el retraso que le provoca encontrar residuos que no han sido correctamente separados en la fuente. “Falta mucha cultura: cocas de comida junto al plástico, aceites regados, pinturas... eso complica mucho nuestro oficio, y nos hace correr riesgos sanitarios”, comenta.
El asunto tiene un panorama que requiere de mucha más atención. En promedio, Cali produce 15.232 toneladas al mes de material inorgánico con potencial de aprovechamiento. De esa cantidad, tan solo se aprovechan 2938 toneladas, según la última medición reportada en mayo de este año. Es decir, la ciudad recicla el 19 % de sus residuos sólidos aprovechables. Estos son datos de un estudio de la Universidad del Valle con apoyo de la Unidad Administrativa Especial de Servicios Público Municipales, UAESPM, y el Sistema General de Regalías. En él se identificó cómo es la dinámica de la oferta y la demanda en torno al consumo masivo de estos materiales.
La investigación, compartida en noviembre del 2020, dio sostén para ‘Cali circular’, estrategia liderada por la Secretaría de Desarrollo Económico que busca la transición del municipio hacia un sistema de circularidad como una oportunidad de desarrollo económico a partir de la transacción de los residuos sólidos aprovechables. Esto, a través de un sistema que conecte de manera eficiente a actores del sector público, privado, recicladores de oficio, ciudadanía, organizaciones cívicas y demás interesados en generar impactos positivos para mitigar el cambio climático.
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La ciudad gana en aprovechamiento
Carlos Urueña, exdirector de Extensión y Educación Continua de Univalle, que coordinó la investigación, dice que se hizo con el fin de organizar una problemática social: “Lo que ganaría Cali en términos del aprovechamiento, del reuso, de bajar costos, extender la vida útil de los materiales, de disminuir la extracción de los mismos, de ordenar el manejo ambiental, sería muchísimo. A largo plazo esos depósitos de basura a cielo abierto los estaríamos acabando.”
Se estima que cerca de 300 toneladas diarias de residuos caleños son susceptibles de ser aprovechadas lo que, en términos de costos, podría salvar aproximadamente $71.000.000 diarios, de acuerdo con ‘Cali en cifras’.
Omar Jaramillo, líder de Economía Circular de la Secretaría de Desarrollo Económico del Municipio, asegura que el proyecto es una forma de mejorar la falta de conexión entre los generadores de residuos sólidos (sector doméstico, industrial y de servicios) y los que recogen estos materiales (recicladores), uno de los motivos que explican el bajo índice de reutilización en la ciudad.
“Lo que hicimos fue crear un ecosistema donde se integraron 1385 recicladores caracterizados a nivel espacial por comunas y barrios en Cali. Eso funciona en una página web donde hemos generado estrategias de visibilización para que las personas y las empresas sepan a qué horas pasan los recicladores de oficio por su barrio y les entreguen a ellos ese material. Esto para impedir que se vaya todo de un camión de basura a un relleno sanitario”, explica.
En calicircular.cali.gov.co , por medio de un mapa interactivo que visualiza la ciudad, se brinda información sobre los gestores de residuos y los lugares donde pueden llevar elementos. Además, cualquier persona o empresa puede inscribirse para comprar materiales o crear una oferta de los mismos , crecentando la vida útil de residuos sólidos a través de ventas o donaciones.
El diseño de esta plataforma fue realizado por El Lab Innovación. Santiago Gómez, su cofundador, afirma que este software es un punto de partida. “Se pensó como la punta del iceberg que permitiría abrir muchos más caminos. Contribuye a comunicar la circularidad de la ciudad, observar oportunidades y tomar decisiones”, dice, al tiempo que destaca que la iniciativa debe trascender un proyecto para convertirse en una perspectiva y una cultura de ciudad en la que el diseño de los productos se esté pensando desde el principio para la reincorporación.
Paralelamente se ha venido abriendo paso la asignación de ‘puntos limpios’, lugares dentro del espacio público donde los caleños pueden llevar sus residuos sólidos para la posterior recolección por recicladores que añaden estas rutas a sus recorridos. En uno de estos están las máquinas de Ecobot, que nacieron como alternativa para incentivar el reciclaje. En ellas las personas pueden insertar sus botellas, empaques de aseo y del hogar a cambio de cupones de descuento.
“Hicimos una alianza con la Secretaría para ser parte de ‘Cali circular’, lo que nos permitió estar en espacios públicos. Todo lo que se recoge es donado a diferentes asociaciones de recicladores, como componente social de la ruta”, manifiesta Santiago Aramburo, cofundador de la firma Ecobot.
Sin embargo, el verdadero legado que se le quiere dejar a la ciudad es cambiar el hábito de consumir materiales de un solo uso, para disminuir las toneladas diarias de desechos. “Para eso la administración comienza bajo una responsabilidad extendida a los productores, para que implementen nuevos modelos de negocios transformando sistemas de producción”, expone Omar Jaramillo.
Basados en esta visión, las economías de las empresas se benefician en ahorros en materias primas y costos de producción, a lo que Francisco García, abogado en derecho ambiental, suma que, “a nivel industrial la norma colombiana concede beneficios tributarios a aquellas empresas que invierten en materia ambiental adecuando sus acciones o productos a un contexto sostenible”.
La dinámica de este proceso tiene en cuenta la participación de las Organizaciones de Recicladores de Oficio (ORO), empresas asociadas al acopio de cantidades y la logística de entrega (intermediarias) y empresas de transformación. La Secretaría identificó 52 empresas, de las cuales 42 son transformadoras y 10 son intermediarias.
Para Nicolás Sarria, director corporativo de Carvajal Empaques, ‘Cali circular’ es una ruta que llega para fortalecer y creer en la apuesta de desarrollar materias primas de modo que resulten en productos cada vez más conscientes para sus clientes. “Hemos visto que se han recuperado mayor cantidad de materiales de los restaurantes. Lo importante es que las organizaciones de recicladores comprendan que este no es un modelo que ha llegado a competirles, al contrario, requiere de su aporte e integración en las rutas selectivas de recolección”, comenta.
Luz Eina Huila, vocera y representante legal de Amure, confiesa que poco a poco las asociaciones de recicladores van empatizando más con el proyecto. “Más usuarios nos están llamando. Se ha despertado un interés en saber qué se hace con el material. Estamos trabajando en cómo volvernos empresarios”.
Desde el barrio Alfonso López, donde vive, Nancy expresa que cualquier iniciativa de ciudad que promueva una mentalidad responsable hacia la descontaminación la llena de optimismo. Con ello realza el valor de su oficio, ese por el que se despierta cada día con más fuerza, porque entiende que aún queda un largo camino para dejarle un futuro más afable a las próximas generaciones.
Cali recicla el 19 % de sus residuos sólidos aprovechables, es decir, aprovecha 2938 toneladas, según la última medición reportada en mayo de 2021.
Apuestas dentro del marco de Economía Circular
Intervenciones
En lo que resta del presente año, la Secretaría de Desarrollo Económico del Municipio piensa intervenir 12 asociaciones de recicladores, 60 empresas y 40 productores agrícolas en temas de producción sostenible, desarrollo empresarial y aceleración de ideas de negocios circulares.
Cali Circular Vive Verde
Desde hace seis meses se viene implementando este plan piloto de rutas gastronómicas en economía circular, gracias al cual restaurantes, cafeterías y bares entregan directamente a los recicladores con los que se asocian para incrementar los niveles de recuperación tanto de residuos sólidos como orgánicos.
Con este programa los indicadores de aprovechamiento han llegado a las 33 toneladas de materiales como plástico, papel y cartón al mes, mientras que en residuos orgánicos se recogen 10. El 60% es llevado a huertas urbanas y el 40% restante a plantas de compostaje.
Se necesitan más estaciones
Parte de las conclusiones que dejó el estudio de factibilidad de la Universidad del Valle fue que Cali todavía no cuenta con las suficientes estaciones para clasificar y aprovechar residuos a gran escala.
Por ello se planteó la construcción de dos Estaciones de Clasificación y Aprovechamiento (ECA) de gran cobertura para el manejo integral de los desechos, como un complemento a las actuales fami-bodegas donde los recicladores llevan su material.
Dicho análisis también sugirió que los sitios que reúnen las condiciones de tamaño y frecuencia para montar estas estructuras se hallan en Flora Industrial y Sucre. “Cada una estimada en $6500 millones, para eso el Alcalde debe pedir los recursos a la Nación. Cali requiere diez de estas estaciones, pero inicialmente nos planteamos dos”, señala Jaramillo.
Estas plantas, dedicadas al pesaje y acopio especializado de residuos, juegan un papel preponderante a la hora de reincorporar materias primas a la cadena de valor, generar ingresos para el reciclador y reducir la carga contaminante que el volumen de residuos supone para el ambiente.
“La siguiente fase para que todo este modelo funcione sería la implementación de estas dos ECAS. En estos lugares se concentrará gran parte del flujo de todo lo que se recoja en el Distrito para hacer el aprovechamiento, vender y generar recursos”, dice Urueña.
Con la operación de estas ECAS se propone la creación de 101 puestos de trabajo, de los cuales el 85 % corresponde a perfiles que pueden ser desempeñados por recicladores de oficio como operarios de planta en los procesos de clasificación y transformación de materias primas aprovechables.
Reciclar en el hogar
La economía circular es un modelo económico que replantea el sistema lineal actual de extracción, fabricación, uso y eliminación de productos que dejan una huella ecológica que afecta gravemente al planeta. En ella se promueve la optimización cíclica de los recursos y la reducción del consumo innecesario.
Alejandra Ramírez, abogada especializada en derecho ambiental, apunta que, en la medida en que las casas tengan una adecuada separación de los residuos, la gestión posterior será mucho más efectiva. Una invitación que si bien parece evidente, no se manifiesta en todos los hogares.
“Hay una responsabilidad de nosotros como consumidores de poder encontrar el engranaje con los recicladores para que, efectivamente, los residuos se puedan aprovechar después. Muchas veces los llevamos al shut donde corren el riesgo de mezclarse y perder una separación real”, advierte Ramírez.
Para hacer un buen reciclaje en la casa sugiere el Ministerio de Ambiente: en bolsa blanca agrupar el plástico, vidrio, papel, cartón y metales; todos en condiciones limpias y secas. En bolsa de color negro, residuos no aprovechables como papel higiénico y servilletas, cartones y papeles engrasados o contaminados con comida, tapabocas. Por último, en bolsa de color verde, los restos de comida y engramados de jardín.
"Se pueden abrir más cadenas de negocio"
La secretaria de Desarrollo Económico de Cali, María Fernanda Santa Palacios, asumió en enero del presente año la responsabilidad de impulsar la reactivación económica de la ciudad pos pandemia, en reemplazo de Argemiro Cortés Buitrago.
Parte de los objetivos para esta profesional en Ciencias Políticas pasa por consolidar la transición al modelo de innovación de economía circular que permitiría a la ciudad reducir su crisis socio ambiental.
¿Qué representa este proyecto de gestión de economía circular para el municipio?
Las empresas de reciclaje son un sector que viene en expansión. Con esto podemos movilizar esa cadena de valor en pro del medio ambiente. Además de que hay un incentivo económico por la posibilidad de dar y generar mucho más empleo. Si logramos trasladar nuestras empresas a un medio de sostenibilidad, se pueden abrir más cadenas de negocio y emprendimiento.
¿Y en qué lugar quedan las organizaciones de recicladores de oficio?
Las posiciona como actores fundamentales del eje productivo de la ciudad. Dentro de la cadena de valor ellos son esenciales, demasiados importantes para que realmente haya un circuito de reutilización, por lo que, si avanzamos, se estaría dignificando mucho más su labor y se afianzaría su demanda laboral, mejorando sus ingresos y la calidad de vida. Son ellos quienes dan vida a todo lo que es la economía circular de la ciudad y sabemos que impacta a muchas familias.
¿A qué porcentajes de aprovechamiento de residuos sólidos aspiran a llegar?
El esquema actual nos marca que la recuperación está entre el 18 y el
19 %. Con esta planeación esperamos poder lograr un aumento hasta del 38 % para el 2030, teniendo un incremento del 2 % anual.
¿Qué se necesita para lograrlo?
Contar con un trabajo conjunto entre sector público, privado y la academia, que fue fundamental en ese primer estudio para poder intervenir las asociaciones y las empresas con las que hemos trabajado hasta ahora en un mejoramiento técnico, administrativo y de calidad del servicio.