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BULEVAR DEL RÍO

"Al bulevar lo veo con ojos de mamá": Elly Burckhardt

La arquitecta Elly Burckhardt diseñó el bulevar de la Avenida Colombia.

7 de mayo de 2017 Por: Redacción de El País 
La arquitecta Elly Burckhardt diseñó el bulevar de la Avenida Colombia. | Foto: Foto: Jorge Orozco / El País

Elly Burckhardt aún se encuentra fácilmente en el lugar de siempre: su oficina ubicada “en una casa vieja” de amplios jardines en la Avenida Circunvalar. (Firma Burckhardt & Echeverri - 1962).

En la pared cuelga, entre otras, una foto pequeña de una de sus creaciones: el edificio de Comfandi El Prado. La arquitecta caleña de apellido difícilmente pronunciable ha construido – literalmente - parte de la historia reciente de la ciudad.

Burckhardt también diseñó la Unidad Deportiva Jaime Aparicio para los Juegos Panamericanos de 1971, el hotel Club Campestre y hace unos años el hundimiento de la Avenida Colombia y su respectivo bulevar.

- Lo que pasa es que quiero tanto a Cali… Desde que me gradué como arquitecta me la he pasado pensando en darle solución a los problemas de la ciudad, como los trancones de la Avenida Colombia. Fue así como se me ocurrió la idea del bulevar.

-¿Cómo surgió el proyecto?

Hace por lo menos 20 años había un problema de tráfico terrible en la Avenida Colombia. Era una tragedia pasar por allí. A partir de las 7:30 a.m. los conductores se peleaban para ver quién salía primero de ese embrollo.

Entonces, en la administración de Mauricio Guzmán, se me ocurrió proponer como solución hundir la Avenida para descongestionar el tráfico y hacer encima un bulevar. Pero eso no era nada novedoso. Mucha gente pensaba lo mismo.

La idea también era recuperar lo que siempre habíamos tenido los caleños: un gran paseo. La Avenida Colombia, hace 50 años, era el paseo de la ciudad. Un momento especial. La gente iba a pasear en carro por la Avenida. Era el sitio donde la gente se veía, se encontraba, pero con el crecimiento de Cali, el tráfico comenzó a acabar con eso.

-Y cuando usted hizo la propuesta en la Administración de Guzmán, ¿qué pasó?

Siempre me decían: hacer eso cuesta mucha plata. Y sí, eso valía plata entre comillas porque: ¿cuánto le cuesta a una ciudad no ser eficiente? ¿Cuánto le cuesta a una ciudad que los ciudadanos que trabajan y producen se la pasen dentro de los trancones?

-¿Qué pasó después?

Recibí una llamada. Me dijeron que el alcalde Jorge Iván Ospina quería reunirse conmigo. Y se me ocurrió todo, menos que me quería hablar del bulevar.

Me dijo: “yo la he oído hablar de una posible solución el problema del tráfico de la Avenida Colombia. Estoy convencido de que lo que usted está proponiendo es la solución. Yo quiero que usted haga el diseño”.

Casi me desmayo de la emoción, porque era la oportunidad de transformar la ciudad. Me fui para la Emru a firmar el contrato. Era junio. En diciembre debía estar listo el diseño, porque ese mes se abría la licitación. Así que lo que hice desde que hablé con el Alcalde fue correr.

Una de mis satisfacciones es que por esos días todo el mundo me decía que cómo se me ocurría el hundimiento si eso se inundaba. Espérate que llueva, me decían. Y ha llovido todo lo que ha querido y jamás se ha inundado.

-¿Cómo fue ese proceso de diseñar una obra tan grande como el bulevar?

No me inspiré en ningún bulevar en especial, pero sí en el significado de los bulevares. Estos espacios engrandecen las ciudades, las hacen importantes.

Y mientras hice los diseños siempre tuve la intención de que la Avenida Colombia volviera a ser un sitio para pasear en Cali, encontrarnos, disfrutar de este maravilloso clima, la famosa brisa de la tarde. Creo que eso se ha logrado. La gente disfruta mucho del bulevar.

Infortunadamente, hay algunos que siempre ponen en la balanza lo malo. Solo hablan de lo malo. Pero para mí el bulevar es una gran satisfacción, así le vean los ‘peros’ que le vean. Con él y con el hundimiento se solucionó el problema que teníamos con el tráfico en ese punto tan neurálgico de la ciudad.

Todavía hay problemas, las soluciones no son perfectas, pero el bulevar definitivamente le abrió a Cali nuevas perspectivas.

- De lo que usted imaginó en el diseño, ¿qué se quedó por fuera?


Todavía se requiere que el Municipio entienda las oportunidades que tiene el bulevar en lo económico, lo cultural, lo social. Entiendo por ejemplo que Cine Colombia va a proyectar documentales abiertos al público.

Ese tipo de actividades elevan la satisfacción del ciudadano con su entorno. Para la buena convivencia en una ciudad lo más importante es que la gente tenga espacios públicos donde todos se encuentren. Espacios que el ciudadano sienta como propios, como el lugar donde deben estar, un lugar para gozar. El bulevar lo logra, pero las alcaldías deben estimular más la presencia de cafés, librerías, fuentes de soda en el bulevar, que es una gran oportunidad social y económica para Cali que, repito, no se ha aprovechado aún.

- ¿Qué piensa de que el MÍO vuelva a pasar por el bulevar?

Estoy de acuerdo. El bulevar se planteó teniendo el MÍO por una razón fundamental: todos tenemos que ir al CAM y a la Gobernación. Y no nos podemos olvidar de la gente que tiene que ir en bus. El MÍO pasaba muy despacio por el bulevar y debería de volver.

- Por cierto: ¿qué tanto va usted al bulevar?

Al bulevar todavía lo miro con ojos de mamá, pero no voy con la frecuencia que siempre pensé que iba a ir porque tiene otro ‘pero’, y es que no es fácil parquear. Eso también ya debería haberse solucionado.

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